Cultura

la entrevista

Alfonso Gómez Villanueva: “El actor de teatro lo tiene más complicado para pasar al cine”

Explica esta tarde en un curso de Fundación Ibercaja (18:30) la relación entre ambas artes

Alfonso Gómez Villanueva.
Alfonso Gómez Villanueva.
S. E.

El ciclo de cursos de Alfonso Gómez Villanueva sobre Cine y Literatura de Fundación Ibercaja Huesca, en el Palacio de Villahermosa, sube el telón para abordar hoy a las 18:30 la relación del séptimo arte con el teatro. “Creo que ha estado en subordinación y de una forma negativa, el cine respecto al teatro. Se le ha dado un valor mayor al teatro que al cine, sobre todo en el aspecto de la interpretación”, afirma Gómez, licenciado en Filosofía y Letras y máster en Cinematografía. “Y yo creo que hace tiempo que eso está cambiando y se está haciendo una línea de potenciación de lo que es el actor de cine frente al actor de teatro”, añade.

“Igual que en el caso de la literatura, señala, lo que no se debe hacer nunca es una traslación. En el teatro, la clave es el espacio. Hay que romper los espacios para que se produzca el lenguaje cinematográfico, porque la cámara se tiene que mover”. Así, continúa, “la cámara en el teatro es el espectador y es una cámara estática y quieta”. Sin embargo, en el caso del cine, “la cámara tiene que moverse y coger diferentes puntos de vista que el espectador capta y multiplica”. Recuerda asimismo que hay “grandes adaptaciones de teatro a cine”. “Yo creo que Tennessee Williams es el autor que más suerte ha tenido en la adaptación al cine”, destaca del escritor de obras como La gata sobre el tejado de zinc caliente, llevada a la gran pantalla por Richard Brooks (1958). Otro nombre “con suerte” ha sido Shakespeare, gracias a Laurence Olivier, en especial, por su adaptación de Ricardo III (1955). Kenneth Branagh, “también ha adaptado muy bien a Shakespeare, porque ha abierto muchísimo los espacios, es muy cinematográfico”, afirma.

En el cine español, destaca el trabajo de Mario Camus, con adaptaciones como la de La casa de Bernarda Alba, de Lorca (1987) o la que firma Fernando Fernán Gómez sobre la obra de Miguel Mihura ¡Sublime decisión!, titulada en el cine Solo para hombres (1960). Y más recientemente, destaca La novia (2015), otra adaptación de Lorca, de Bodas de sangre, de la aragonesa Paula Ortiz.

En cuanto a la interpretación, “hay actores que en el teatro funcionan bien porque el espectador, aunque esté en primera fila, ve un plano general y por lo tanto no llega a ver los elementos más íntimos del rostro o la posición de las manos”, señala el ponente.

De esta forma, “el público de teatro va a fijar la mirada en el que habla, mientras que en el cine manda la cámara y la cámara hace un plano, contraplano, tanto del que habla como del que no”. En su opinión, “el actor de teatro lo tiene más complicado para pasar al cine, aunque hasta hace poco se estaba diciendo lo contrario”.

Y sobre cómo ha retratado el cine el mundo del teatro recomienda la película de John Cassavetes Noche de estreno (1977) y Birdman de Alejandro Gómez Iñarritu (2014). Las inscripciones para el curso pueden realizarse online en https://www.fundacionibercaja.es/actividades/cursos-y-talleres/.