Cultura

ARTE

El Museo de Huesca abre un lugar destacado para las piezas singulares

El c entro cuenta con una vitrina especial para objetos curiosos

Objetos de cosmética de las mujeres en la época romana.
Objetos de cosmética de las mujeres en la época romana.
Museo de Huesca

El Museo de Huesca sorprende al visitante desde la puerta de acceso y es que está lleno de curiosidades e informaciones de civilizaciones pasadas. Y así lo hace saber desde el minuto uno, ya que capta la atención nada más acceder mostrando sus piezas más peculiares, aquellas que se exhiben en un lugar privilegiado, bajo el nombre de vitrina destacada.

La figura de un toro, una quesera de la Edad de Bronce, una hebilla de cinturón de la primera Edad de Hierro, piezas de cosméticas empleadas por las mujeres de Roma o la paleta de pintor de Ramón Acín forman parte, entre otras muchas, de esta singular colección que se va mostrando cada cierto tiempo en este lugar preferente del Museo.

En estos días, la galería oscense exhibe en su vitrina destacada un vaso cerámico perforado que debió ser una quesera de la Edad del Bronce. “Contiene pequeños orificios circulares, dispuestos de forma aleatoria, realizados antes de la cocción con un punzón circular de fuera hacia dentro”.

El Museo de Huesca abre un lugar destacado para las piezas singulares
El Museo de Huesca abre un lugar destacado para las piezas singulares
S.E.

En concreto, relata María José Arbués, restauradora de Arqueología del Museo, a este periódico, que “en las excavaciones arqueológicas del año 2004 en el solar del Círculo Católico, apareció este vaso cerámico perforado en un contexto cronológico perteneciente a la Edad del Bronce, en su fase media. Los restos estaban asociados a estructuras ovaladas pertenecientes a cabañas que permitieron documentar la existencia de un poblado”.

“Estaba fragmentada, pero es una pieza muy sugestiva que nos habla del procesado del producto lácteo de la leche en el neolítico, y tras realizar la restauración, se decidió mostrar de manera destacada, antes de que forme parte de la colección permanente, que será próximamente”.

Cabe destacar que la idea de este lugar privilegiado surgió, explica Arbués, “en 2001, cuando se hizo la reapertura de la galería, desde la Asociación de Amigos del Museo se propuso hacer esta vitrina para poder mostrar piezas que aunque no estaban en la colección permanente eran muy interesantes para exhibir”.

Así que se creó esta “vitrina de tamaño reducido para la que se buscan piezas que puedan aguantar el cambio de temperatura y humedad porque la entrada no es una sala controlada como las zonas expositivas”, recuerda.

A lo largo de este tiempo han sido muchas las piezas o pequeñas colecciones que se han enseñado en este expositor acompañadas de carteles y códigos QR para contextualizar. Y es que, como apunta la experta, “dentro de lo grande que es el espacio expositivo del museo, es reducido para mostrar todo lo que tenemos y siempre hay algo que se sale de lo normal, pues eso es lo que incluimos en la vitrina”.

Entre lo expuesto, resalta Arbués el caso de la figura de un pequeño toro de cronología íbero-romana. “Una pieza que apareció en el término municipal de Castillonroy”, revela y que se mostró durante el año pasado, “aunque ahora lo hemos incorporado a la exposición permanente”.

Porque, en este aspecto, comenta que “a veces estas piezas pasan a las salas y otras, regresan al almacén”. Por ejemplo, comenta, que una de las piezas curiosas “fue una hebilla de cinturón de la Edad de Bronce, que se acompañaba de una radiografía, realizada gracias a la colaboración con el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, y por la cual se pudo recrear cómo era la pieza original, puesto que por la corrosión no se veía bien y, con esa radiografía, sacamos el dibujo y ahora mismo la estoy restaurando para exhibir más adelante”.

En cuanto a la muestra actual, la quesera del Círculo católico pasará a la exposición permanente y podría ocupar esta vitrina una composición de enterramiento romano en losa de caliza, localizada en Jaca, “que todavía está en análisis, pero mostraríamos una composición formada por una cerámica globular y varios ungüentarios”, confiesa la restauradora.