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La mitra del abad de San Victorián, en Toulouse

La pieza no volverá por lo menos hasta dentro de diez meses

Esta pieza es excepcional y única.
Esta pieza es excepcional y única.
S. E.

La mitra del abad de San Victorián salió de nuevo del Museo Diocesano de Barbastro-Monzón, cinco años después de la última cesión, para formar parte de la exposición Cátaros. Toulouse en la cruzada que se inauguró el viernes en la localidad francesa de Toulouse. Esta pieza excepcional y única, en medidas de 28 por 50 con ínfulas de 37 centímetros forma parte de la colección del Museo Diocesano de Barbastro-Monzón que la cedió para la muestra reconocida como de interés nacional por el Ministerio de Cultura de Francia porque se exponen cerca de 300 objetos alusivos a los cátaros y a la cruzada contra los albigenses.

La exposición se distribuye entre dos sedes, el Museo Saint-Raymond y el Convento de los Jacobinos, hasta el 5 de enero de 2025, por lo que la mitra estará 'fuera de casa' durante diez meses con las referencias del Museo Diocesano y del Real Monasterio de San Victorián, en el municipio de El Pueyo de Araguás, de donde procede. En este aspecto, compartirá espacio con esculturas, pinturas, trajes, armamento y documentos procedentes de la Biblioteca Nacional de Francia y de los Archivos Nacional.

En el patrimonio diocesano es una de las piezas textiles más antiguas que se conservan con la mitra de San Ramón y fragmentos de la de San Valero, en la catedral de Roda de Isábena. La pieza se restauró en 2018 para la exposición Panteones Reales de Aragón, que se celebró en Zaragoza del 20 de diciembre de 2018 al 17 de marzo de 2019 y por la que pasaron 18.000 personas. Al igual que ahora, el Obispado cedió la mitra para esta exposición porque el Real Monasterio de San Victorián está entre las cuatro Rutas de Panteones Reales de Aragón, con San Juan de la Peña, Huesca y Santa María de Sijena.

Es una pieza excepcional por su antigüedad (siglo XII), refleja fielmente la diversidad que ofrecía, entonces, la convivencia de conquistadores recién llegados y antiguos cristianos, llamados mozárabes, según se indica en el Catálogo del Museo Diocesano. Está hecha con tela de lino y decorada con una finísima cinta tejida con hilos de seda roja y oro con motivos de tradición persa a base de estrellas de seis puntas y aves afrontadas.

Tosco lino y fina seda árabe conforman esta hermosa pieza, destacan en el catálogo, con citas bibliográficas del catedrático barbastrense Manuel García Guatas en su trabajo El Arte en Aragón. El Museo Diocesano de Barbastro publicado en 1978.

En la información facilitada por los técnicos se indicó la posibilidad de que tuvo “decoración aplicada, metálica o pedrería, apreciable por la impronta marcada sobre el tejido, que le confirieron una belleza extraordinaria”. La mitra es un tocado litúrgico, distintivo de los obispos desde que la impuso el papa Inocencio II.

Algunos abades mitrados que gozaban de una dignidad especial tuvieron esa concesión, extensiva a llevar insignias propias de los obispos, como son báculo, sandalias, guantes, anillo o mitra. El abad del Real Monasterio de San Victorián (San Beturián en aragonés) fue uno de ellos y es todo un referente en la comarca de Sobrarbe.

En el Museo Diocesano hay precedentes con la cesión de la mitra de San Ramón (siglo XII) procedente de Roda de Isábena y el crismón de la catedral de Barbastro (siglo XIII) entre las 120 obras que se expusieron en la muestra Lux con motivo de la XXV edición de Las Edades del Hombre en la catedral de Burgos desde junio a diciembre en 2021.