Javier Marquina: “En el fondo hay amor en todo lo que hacemos, creamos y escribimos”

Javier Marquina acaba de publicar El Bárbaro (Inuit), un cómic con cuatro historias que son, en realidad, iteraciones sobre uno de los personajes más conocidos de la fantasía y del género de la espada y la brujería: Conan el cimmerio.

“Son cuatro relatos cortos en los que se habla de su pasado, su presente y su futuro. Además, se cierra con una pequeña declaración de amor a toda una manera de entender la lectura y el proceso creativo”, ha asegurado a este periódico el divulgador, crítico y guionista (Huesca, 1975), que este viernes ha presentado este trabajo dentro del Evento Cómic de Másdelibros.

De dar forma a sus textos se encargaron los dibujantes Daniel Tomás, Rafael Pérez, Arnau López, Carlo Romero y Xavi Juan, con los que tuvo una comunicación “muy fluida” porque ya había firmado tebeos con ellos previamente.

“La verdad es que todo ha sido muy sencillo, tanto esta colaboración como acabar encajando todas las historias para que, a pesar de que se pueden leer de manera independiente, tuvieran un fondo común, una cohesión que pueda convertir al tebeo en algo sólido y coherente”, ha valorado.

En referencia a los dibujantes, “cuando sabes lo que es capaz de ofrecerte cada uno, el trabajo se simplifica de manera radical”, abunda. Por lo demás, “cuando basas tus historias en personajes que te han acompañado durante toda tu infancia y tu vida, los retos se convierten en puro disfrute”, ha agregado.

Y es que, aunque no podían usar el nombre de Conan el bárbaro por derechos de autor, “está claro que el protagonista de este tebeo huele, se mueve y recuerda en todo momento a la inmortal creación de Robert E. Howard”, ha confesado.

A este personaje no hace falta definirlo, ventaja de la que gozan “los iconos, mitos y arquetipos”, dice. “Su fondo es inmutable y muy reconocible hagas lo que hagas con ellos”, añade.

Todo lo que rodea a su “bárbaro” es fantasía, como no podía ser de otra manera. “En la historia que se desarrolla en el presente, los personajes pasean por un museo que puede recordar a cierto museo de historia natural que hay en Nueva York, pero más allá de ese detalle, es todo producto de la imaginación. Al fin y al cabo, estamos hablando de Conan, de monstruos de antes de la edad del hombre y de una tierra en la que Atlantis aún estaba ahí”, justifica.

Además de acción, violencia y sangre, en este relato también hay cabida para el romanticismo, un tema literario que no es su favorito, aunque “en el fondo hay amor en todo lo que hacemos, creamos y escribimos”, porque sin este sentimiento “es imposible avanzar o seguir adelante”.

“En mi caso, la parte de El Bárbaro en la que se toca este tema está relacionada con el amor a un personaje, Belit, la Reina de la Costa Negra, una mujer que personifica la profunda pasión que siento por la lectura. Una pasión que al final me ha convertido en guionista de cómics”, concluye este enamorado del noveno arte.