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La comedia sin filtros se apodera esta tarde del Teatro Olimpia

‘Hora treinta y pico: el show’, con Héctor de Miguel y el oscense Miguel Martín, continúa con el ciclo Huesca Humor

José Cabrera, Marina Lobo, Héctor de Miguel, Miguel Martín y Fernando Moraño.
José Cabrera, Marina Lobo, Héctor de Miguel, Miguel Martín y Fernando Moraño.
S. E.

La comedia sin filtros se apoderará del Teatro Olimpia con la actuación, a las 20:30 horas, de Hora treintaypico: el show, una propuesta en la que están detrás Héctor de Miguel, conocido como Quequé, Marina Lobo, José Cabrera, Fernando Moraño y el oscense Miguel Martín.

La capital altoaragonesa es la primera parada de este “experimento”, como lo llama Héctor, que se encuentra dentro del ciclo Huesca Humor.

Este espectáculo en directo nace del formato consolidado en la Cadena Ser, Hora Veintipico, que acumula 300.000 descargas mensuales en podcast, millones de visualizaciones en YouTube y actualmente, está rozando los 110.000 suscriptores en esta plataforma.

“Sin duda habrá guiños a ese formato del programa: a esos chascarrillos que la gente que nos ve ya conoce”, cuenta el cómico. Pero deja claro que habrá diferencias; sobre todo, porque el espectáculo en el Olimpia es de 90 minutos y en YouTube la duración es de alrededor 15.

“En este espectáculo cada uno de los cinco cómicos, tenemos 20 minutos para desarrollar un tema y aunar esas dos cosas: la velocidad del formato del vídeo podcast y lo que es actuar en teatro”, continúa.

“El que venga esperando comedia pura: su porción va a tener. Lo que pasa es que le damos una vuelta de tuerca más”, explica, a lo que añade: “Se podría decir que es menos costumbrista que, por ejemplo, las noches de El Club de la Comedia”.

Dentro del plantel, representando a la provincia estará Miguel Martín. Volverá a actuar en casa, después de su última aparición en El Veintiuno el pasado diciembre, aunque esta vez no lo hace solo.

“Y esto no suele ser lo habitual. Al final, la comedia es una profesión muy solitaria y tenemos suerte de que nosotros nos llevamos muy bien. Ya solo los momentos de la comida son otra cosa, es otro ambiente”, cuenta Martín.

Además de tener un cómico de casa, que Huesca sea la primera parada no es una casualidad. Es algo buscado “porque en Aragón siempre se mueve mucho público”. Además, del Olimpia, mañana harán una parada en Zaragoza, en el Teatro de las Esquinas, a las 13:00 horas y como cuenta Quequé: “Estas dos actuaciones las vamos a usar como termómetro. Si va bien, seguramente el año que viene nos animemos a hacer varias más”, continúa.

Humor desenfadado

En Hora veintipico no se cortan. Dan palos a todos los lados y todas las entidades, aunque Héctor prefiere matizar: “Pero no verás bullying... o si lo ves será a quien se lo merece (se ríe)”.

Desde el primer momento se lo dejamos claro a la Ser: Os vamos a dar vosotros, vamos a darle al Grupo Prisa, a mí sin piedad y a todos en general, porque sino no tiene sentido”, continúa. Y con esa premisa, el programa sigue creciendo cuando se encuentra en la recta final de la tercera temporada. Son casi 110.000 suscripciones, y cada vez que les llegan las estadísticas mensuales siguen creciendo con unas cifras que “ya son muy importantes”. “Nos alegra no haber tocado techo. Sabemos que un día llegará, pero mientras sigan habiendo elecciones cada tres meses...”, bromea Quequé.

Y es que para Martín, la clave de su éxito está precisamente en eso: que juegan con la actualidad, que por momentos parece “algo inagotable”. “Aunque, eso no significa que haya meses en el que sea más complicado rascar algo”, dice y continúa: “Ahora, cuando llega el buen tiempo y la gente sale a las terrazas se dicen más tonterías, incluidos los políticos (se ríe)”.

El programa de sátira política es bastante reconocido. Tenemos muestras en otras cadenas de televisión e incluso en distintos formatos, y según el oscense es extrapolable también a otros países. “Al final, creo que el cómo se gestiona un país da para chiste siempre. Ves decisiones que se toman para mucha gente que a veces no sé hacen con coherencia, entonces ahí es donde entramos nosotros”, explica.

Quequé comparte la visión del oscense e incluso se pone a enumerar: “En cada país hay uno o varios programas de sátira política, e incluso esto va por regiones: tienes tu Vaya Semanita en el País Vasco, tu Polònia en Cataluña o tu Oregón TV, aquí…”.

Críticas

La comedia está consolidada en España. Hay series, películas o espectáculos como el de esta tarde que giran alrededor de este género. Esto hace que la gente haya desarrollado una cultura importante. Y como opina Martín: “Se puedes saber de ello. Es como el que ve películas o fútbol durante muchos años”. Lo que sucede es que esto genera multitud de opiniones y algunas pueden faltar al respeto.

“A mi en particular hay una cosa de la crítica que me molesta. En este momento en el que hay redes sociales cualquiera puede dar su opinión, sin que nadie se la esté pidiendo”, explica el oscense. “Y también que quien lo hace, está escondido detrás de un avatar. A mi no me molestaría que vinieses y me dijeses por qué no te ha gustado, pero no de esta manera”, apunta Miguel Martín.

“Yo siempre les animo a que se suban a un escenario”, completa Quequé.

Los límites del humor 

“Se puede hablar de todo, la cosa es la piel fina que pueda tener cada persona”, explica Martín. Y es que entorno debate sobre los límites del humor, el cómico oscense considera que, en primer lugar, son ellos los que se “autocensuran conforme va avanzando la vida y el tiempo”. Héctor comparte la visión de su compañero y añade a la respuesta una tendencia que está viendo en algunos profesionales. 

“Ese tipo de queja en boga en ciertos cómicos de: ‘Es que ya no se puede decir nada’. Claro que se puede decir. Puedes decir lo que quieras. Lo importante es saber quien quieres que te aplauda, y sinceramente, no quiero que determinadas personas lo hagan”, apunta y finaliza: “De los monólogos que hacía hace 20 años no salvo nada. No me arrepiento, era otra época, pero me alegro de que la sociedad haya cambiado”.

Redes sociales

Las redes sociales han abierto un abanico de posibilidades para multitud de creadores que, a través del humor, están creciendo en las plataformas. Martín y Quequé prefieren no llamarlo intrusismo: “Porque al final, lo somos todos un poco”, afirma el oscense, aunque esto no quiere decir que todo el mundo se pueda dedicar a ello. “A mi me gusta cocinar y subo platos a mis redes sociales. Soy cocinero profesional, no. Me gusta cocinar y soy capaz de hacerlo, sí. Dedicarte a la comedia es lo mismo ”, afirma Héctor que sigue desarrollando la idea: “Tik Tok es una fuente de nuevos humoristas, de gente muy joven y con ideas muy buenas... Pero luego otra cosa es subirse a un escenario”.

A ellos les parece bien que se abran nuevos caminos para hacer comedia y por dedicarse a ello porque todo es reduce a una cosa muy esencial: “Al final, hay una selección natural que dictamina el público”, finaliza Quequé.