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Diego Saura regresa al terror con una película rodada en Huesca

El realizador oscense ha filmado en escenarios como el IES Pirámide y el casino.

Saura, en el centro, con el actor Pedro Eíto (derecha) y otro personaje cuya identidad es un misterio.
Saura, en el centro, con el actor Pedro Eíto (derecha) y otro personaje cuya identidad es un misterio.
Laura Ayerbe

El terror vuelve al cine aragonés de la mano del realizador oscense Diego Saura. Después de su ópera prima, TTT, Terror in Teruel Town, el joven autor trae su particular universo de horror a Huesca en una nueva obra, aún sin título donde tanto la preproducción, como la producción y la posproducción corren a su cargo.

El rodaje comenzó en noviembre de 2023, en las instalaciones del IES Pirámide de Huesca, y además del guion. “Nos dejaron todo el recinto para poder trabajar con el rodaje por las noches, por el raccord (continuidad entre un plano y el siguiente en una filmación)”, explica Saura, para plasmar una historia “ambientada en un marco bastante tenebrista y ya de corte serio”. Así, el metraje comenzó a correr en el colegio número 2 del IES Pirámide, para después expandirse a otros espacios, como el salón de actos y también al exterior y otras zonas. Las tomas más recientes -ya se han realizado más de 2.000- han llevado el rodaje hasta el casino de Huesca.

Las últimas jornadas de rodaje el equipo ha contado con cinco personas, “dependiendo de los días”, aunque han sido principalmente tres, “yo como director, el actor principal y el asistente”, afirma. “Para mayo si que es posible que contemos con más personajes secundarios, alguna actriz. Y para algunas escenas finales, las últimas que llevaríamos a cabo sí que contaríamos con bastantes extras”, prevé Saura.

Cuenta para todo ello con un presupuesto de 5.000 euros, a raíz de lo que consiguió “de forma completamente autónoma con TTT, en algún pase que realizamos en Bendita Ruina y ahorrando, principalmente”. De este presupuesto, afirma, “casi más de la mitad se ha ido en la cámara y el equipo”.

Este nuevo proyecto cuenta la historia de un vigilante de seguridad, encarnado por el actor Pedro Eíto, cuyo turno de noche se convierte “en una pesadilla”. Eíto, hasta ahora, se ha dedicado al interpretación como aficionado, si bien, “ha sido vigilante de seguridad toda su vida”. En el film viste incluso con el uniforme de la empresa Garda de los años 90.

Por otra parte, si el anterior filme se rodó siguiendo el manifiesto danés Dogma, desnudo de todo tipo de artificios, el cineasta busca ahora “crear un largometraje que tenga todo de terror y de retro en homenaje al cine de los años 70, 80 y 90, pero sin comedia”. “Es un drama de thriller y suspense con un corte clásico. Y aquí sí que está mucho más marcado el ejercicio estético del ‘giallo’”, comenta el cineasta, en referencia a la corriente de terror italiana cuya estética estaba ya presente ya en su anterior obra.

“Sobre todo, lo que está cuidadísimo es la dirección fotográfica y la atmósfera” afirma Saura. Y añade: “yo no quiero que sea un terror convencional ni comercial, tiene un tratamiento muy elegante en su estilo y es bastante formal a la hora de contarse, no tira del susto fácil, sí que puede haber algunos momentos en los que el espectador se puede sobresaltar, pero no tiramos de ‘screamers’, ni de recursos comerciales del típico cine que se hace en masa, continuamente”.

La música volverá a correr a cargo de Antonio Ballestín y su grupo Bitácora. Habrá también al menos una pieza del compositor Óscar H. Caballero.

La posproducción prevé que poder realizarla en junio o julio. Espera así que el estreno con público de su nuevo proyecto pueda realizarse en Huesca, “ya que es la ciudad en la que se ha rodado íntegramente”. Hace además suyas las palabras del director de cine Wes Craven, uno de sus favoritos: “El mayor monstruo que tenemos que buscar nosotros como directores para asustar al espectador es uno mismo”.