Cultura

LA ENTREVISTA

Laureano Debat: "A la semana de estar instalado, me enteré de que ambas eran prostitutas"

El escritor y periodista argentino ha hablado este lunes en el IEA sobre su novela ‘Casa de nadie’

Laureano Debat.
Laureano Debat.
Laura Ayerbe

El escritor y periodista argentino Laureano Debat ha protagonizado este lunes en el Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA), de la Diputación Provincial de Huesca, un encuentro literario en el marco de una de las sesiones del grupo de lectura La Llave de la Biblioteca del IEA, moderado por el escritor oscense Oscar Sipán, que se centró en su novela Casa de nadie (editorial Candaya ) en la que narra la historia de Sonia y Jimena, una madre y una hija chilenas, ejerciendo la prostitución en Barcelona.

“Una crónica con forma de novela”, así definió a este periódico, el autor su libro en el cual cuenta su experiencia personal.

Y es que así relató  cómo al venir a España, en 2009, para estudiar un máster en Barcelona y buscando donde hospedarse en la ciudad Condal, “encontré una habitación en un piso donde vivían una mujer y su hija, me pareció todo perfecto, y a la semana de estar allí instalado, me enteré de que ambas eran prostitutas y trabajaban en casa”.

Así que, teniendo en cuenta que estaba lejos de casa, en otro continente, en época de estudiante, decidió seguir en la vivienda: “Viví 9 meses con ellas y, como periodista, aproveché esta experiencia”.

En este aspecto Debat reveló que Casa de nadie “cuenta mi experiencia de esos meses, pero sobre todo la historia de ellas, de cómo había llegado desde Chile a Barcelona, cómo se convierten en prostitutas..., cuenta todo aquello que no se ve y que los clientes no suelen saber, lo que pasa antes y después del sexo”.

El escritor puso sobre la mesa el trabajo que le había llevado este libro. Advirtió que “tomé muchos años para leer mucha literatura sobre prostitución”, antes de lanzarse a escribir, y añadió que “traté de mantenerme en los hechos tal cual sucedieron”. Entre otras cosas, desveló que la realidad había superado la ficción porque “es que, además, desde el balcón de mi habitación se veía un convento de monjas, yo tenía en un lado el patio de las montas y en el otro el reverso”.

Por otro lado, destacó las bondades de estos encuentros literarios con los autores e indicó que “me encantan porque hay una parte importante de poder compartir. Como autor me gusta conocer las opiniones y que haya feeback , además, este libro tiene muchas lecturas”.