Cultura

LA ENTREVISTA

Antonio Praena: “Un poemario escrito por un cura inspira bastante curiosidad y cierto morbo”

El autor granadino es el ganador del LVI Premio Internacional de Poesía Hermanos Argensola de Barbastro con ‘La belleza del otro’

Antonio Praena, en Barbastro
Antonio Praena, en Barbastro
Á. H.

El estilo “praeniano” también existe desde que el autor granadino Antonio Praena ha ganado el LVI Premio Internacional Hermanos Argensola con el poemario La belleza del otro, el mejor entre 350 obras presentadas. La dotación económica es de 10.000 euros y la publicación a cargo de Editorial Visor. En opinión de Aurora Luque, presidenta del jurado, “parte de los poemas tratan de la doctrina católica, hablan de la fe, de la humildad, de las obras de misericordia, de la inteligibilidad de Dios. Luego hay un ingrediente muy chocante, el homoerotismo masculino”.

En este aspecto, “el libro de poemas está bien escrito. En uno de los temas principales hay un duelo por el padre, poemas sobre la nostalgia, el duelo ya superado, el lamento por no haber hablado con el padre, todo dicho de una manera poética”. El tema encaja en el autor granadino que pasa a la historia del Premio Hermanos Argensola porque es la primera vez, en 56 años, que lo gana un sacerdote, fraile dominico, teólogo y poeta. Trabaja en la Facultad de Teología en Valencia y en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas.

Autor de artículos de reflexión teológica, catálogos de artistas plásticos y varios libros acreedores de Premios, entre ellos Jaime Gil de Biedma (Visor, 2013), Emilio Alarcos, Tiflos, Nacional José Hierro, Crítica Andaluza y el Valenciano de la Crítica. En su trayectoria le faltaba el Hermanos Argensola en recuerdo de los ilustres barbastrenses a quienes conoce por sus obras. “Hace muchísimo tiempo que sigo el premio porque es una caja de resonancia de la cultura de Aragón. Además, en lo que más pienso es en la concurrencia de circunstancias porque los Hermanos Argensola son autores del célebre soneto Ni es cielo, ni es azul que termina con la palabra belleza, mi libro empieza por esa palabra”.

Por otra parte, “soy sacerdote como Bartolomé Leonardo de Argensola, son coincidencias, pero no sabía que soy el primer autor en la historia del premio. Un poemario escrito por un cura inspira bastante curiosidad y no pocas veces, cierto morbo. En mi obra se une el mundo contemporáneo sin ningún tipo de pudor, transcurren las circunstancias cotidianas, urbanas, con problemas y situaciones de todo tipo, sexualidad y política entre otros”.

En este aspecto, “el poemario tiene título de belleza, pero es muy ético. La idea es que no hay belleza sin ética. En el fondo, lo importante del arte, de la poesía y de la literatura son los que están detrás, los otros, los demás que nos han enseñado a hablar, que nos han escrito. En esta cultura propia de un yo encorvado, se necesita pensar más en los otros, me emociona”.

La poesía de Antonio Praena “es de línea muy clara, a veces demasiado, opto por la emoción de la comunicación, busco el corazón del otro y que a través del poema me pueda abrir el suyo”.

En resumen “tengo vocación a la palabra, en el púlpito o dando clases de Teología a las que me dedico”.