Cultura

Festival Internacional de Cine de Huesca

Paula Labordeta se lanza a la ficción en busca de respuestas sobre el duelo

'Los armarios no se vacían solos' se proyectó en el Teatro Olimpia durante la jornada ‘Ventana Aragonesa’ del Festival Internacional de Cine de Huesca

Elena Gómez, Paula, Ana y Ángela Labordeta, y Elena Cid.
Elena Gómez, Paula, Ana y Ángela Labordeta, y Elena Cid.
Laura Ayerbe

Vaciar un armario cuando una persona se va puede volverse el acto más complicado. El duelo es un estado de desamor, porque el ser amado ya no está; por eso su ropa y su calzado deben permanecer intactos. Los armarios no se vacían solos de Paula, Ángela y Ana Labordeta habla de la pérdida, de la soledad, del miedo, de la esperanza y de la forma en que cada ser humano se enfrenta a ese instante de la vida, porque siendo capaces, como somos, de enterrar o incinerar a un ser querido, sin embargo, no sabemos cómo empezar a vaciar un armario.

“Desgraciadamente, siempre podemos perder a alguien, y, ante eso, cada uno tiene una manera de afrontarlo”, explicó Paula, quien dirige este cortometraje que se presentó ayer en la Ventana Aragonesa, jornada dedicada al talento de casa que realiza el Festival de Cine de Huesca.

La historia cuenta la historia de Diana (Ana Labordeta), quien ha perdido recientemente a su mujer, (interpretada por María José Moreno) y afronta este vacío “de una manera cruda. Se mete en un pozo del cuál no quiere salir, ni quieren que le ayude a hacerlo”. A esta se suma la segunda protagonista, su sobrina (Malena Casado), que se va a vivir a su casa ya que esta le había prometido trasladarse cuando empezase el máster. “Es una historia inmensa reducida en 20 minutos en la que se ven esos dos planteamientos: la pérdida de una pareja, pero también la de una tía.”, continuó Labordeta.

La directora explicó que la intención que tiene el corto era el de enseñar cómo cada uno afronta la pérdida. “Nosotras lo hemos querido mostrar así y, nos sentimos identificadas”, explicó.

Este es el primer trabajo coral en el que las tres hermanas trabajan. Y es que, aunque están acostumbradas a realizar trabajos juntos, es la primera vez que están en la producción, el guion y el reparto “Nosotras teníamos una productora con la que hacíamos documentales para Aragón TV. Luego yo hice Labordeta, un hombre sin más. Eso fue una cosa muy grande en la que acabó participando el productor más importante de Aragón, Gaizka Urresti, quien también estuvo en la dirección. Todo ese viaje fue increíble. Y sobre todo fue gracias a los aragoneses que nos llevaron en volandas”, señaló.

Ganaron el Goya a la mejor película documental y de repente cuando se planteó hacer otra cosa le pareció difícil volver al documental. “Después de la aventura, ¿qué hago?, pensé. Nada me apetecía. Entonces, Ana y Ángela me dijeron: ¿Por qué no hacemos ficción?”. Y meses más tarde, este trabajo ha sido su estreno en el género. “Nos tiramos a la piscina sin saber si estaba llena o vacía, pero el resultado merece la pena”, subrayó.

Los armarios no se vacían solos llegó a la capital altoaragonesa casi recién salida del honor. Y es tras pasar por Zaragoza, Tudela, el Festival de Málaga y Oviedo -donde recibieron un premio- aterrizó en Huesca. “Es un trabajo muy reciente, y su camino pasa por los festivales”, dijo.

Además, se mostró muy satisfecha por estar en el Festival de Cine de Huesca porque es un certamen difícil de estar. “Simplemente, que nos digan que estamos dentro de la Ventana aragonesa para nosotras es una locura”, apuntó.

Las reacciones han sido muy buenas y, como confesó ella, antes de la presentación, en muchas ocasiones cuando termina la gente se les acerca y les dice: “Yo todavía no he vaciado el armario”. “Somos capaces de hacer cosas más grandes, pero en cambio no somos capaces de vaciar un armario. Pueden pasar años y nos sentimos incapaces de afrontar algo tan real”, finalizó.