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SENDERISMO

Peque Guara recorre los abrigos prehistóricos del Vero

Ruta familiar desde el mirador hasta la villa medieval de Alquézar

Peque Guara recorre los abrigos prehistóricos del Vero
Peque Guara recorre los abrigos prehistóricos del Vero
P.G.

HUESCA.- Nueva excursión de Peque Guara en familia. El pasado domingo, un grupo de casi cuarenta personas entre niños y adultos, partimos de Huesca hasta las proximidades de Lecina,en el parking de la Portiacha, punto de partida de la excursión. Ruta familiar desde el mirador del Vero, a la villa medieval de Alquézar, con paradas en los abrigos prehistóricos, de Mallata, Arpan y el Trucho. Destacando el cruce del río Vero por el puente medieval de Villacantal, antes de tomar la senda de subida que nos conduce a la villa medieval de Alquézar.

Desde el mirador sobre el río Vero vemos el barranco de Basender, el de la Choca, quizás algún buitre...Desde aquí nos dirigimos hacia las pinturas de Mallata. Aquí nos desviamos para ver los abrigos y las pinturas, regresamos al punto informativo y continuar recto. Siguiendo por este camino, llegaremos a las ruinas de la iglesia de San Caprasio.

Podemos, igual que en Mallata, visitar los abrigos de Arpan, donde contemplaremos otras pinturas rupestres, éstas de arte levantino, entre las que destaca ,muy mucho, un detallado ciervo.

Retomamos de nuevo el camino en claro descenso dirigiéndonos a la fuente y Cueva del Trucho. Un pequeño descanso antes de una buena subida, hasta un collado donde pasaremos a otro barranco, el Lumos, ya todo de conglomerado. Podemos elegir ir hacia abajo, hacia el barranco (aunque si es época de lluvias nos podemos mojar los pies), o seguir hacia la derecha, por la parte superior, Los dos caminos llevan al mismo lugar, al puente de Villacantal, otra de las joyas de este camino. Elegimos la segunda opción. Antes de llegar al puente habremos pasado por el cruce que sube a Asque. Por fin llegamos al puente de Villacantal, sobre el rio Vero, parada obligatoria donde los críos disfrutaron de lo lindo jugando con las piedras e incluso botaron un pequeño barco.

Alquézar queda cerca ya, pero la subida al collado de San Lucas, en principio impone, pero estos pequeños no le tienen miedo a nada y en poco más de media hora, nos plantamos en el collado de San Lucas. Desde aquí, nos queda una buena bajada hasta Alquézar para tomar un buen refresco, una buena charrada y helados para los críos, que nos lo hemos ganado después de recorrer más de ocho kilómetros, y rondando los quinientos metros de desnivel.