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SENDERISMO - PEÑA GUARA: RUTAS POR EL ALTO ARAGÓN

Marcha circular en el entorno de Graus

Visita al pueblo de Grustán y asentamientos templarios

Marcha circular en el entorno de Graus
Marcha circular en el entorno de Graus
P.G.

HUESCA.- Salió buena la mañana y el grupo de 52 senderistas disfrutó de una magnífica jornada montañera. A las 7:30 de la mañana el autobús, guiado por el amigo Joaquín, arrancaba del lugar de costumbre y se dirigía por la carretera de Barbastro hacia la localidad de Graus, aparcando junto a las piscinas.

A las 9 comenzaba la andada tomando como referencia las señales que nos indican la dirección a Grustán. Es una ancha pista marcada como GR 1 "Sendero histórico". Se rebasan unas naves agrícolas y se va ganando altura hacia el despoblado.

Desde la lejanía se divisa la torre de la iglesia en primer lugar encima de la plataforma pétrea donde se construyó el asentamiento. Transcurridos unos 20 minutos, en un cruce señalizado giramos a la derecha para tomar una senda que está indicada como "Miradores de Graus". El camino asciende lentamente entre matorrales donde predominan algunos robles y matas de boj, enebros y aliagas. Es el momento para tomar el bocadillo y disfrutar de la visión espectacular del valle y de parte del Pirineo donde destacan la mole del Turbón y la singular cresta de Cotiella. La pena, comentada por el grupo, es la escasez de nieve que se observa en las montañas.

Llegamos a una pista y en unos minutos, tras salvar un desnivel de cerca de 400 metros, aparece la hermosa iglesia de Grustán (890 m.s.n.m.). El caserío, ubicado en la Sierra Torón, llegó a tener una veintena de casas y se abandonó en los años 60 del siglo pasado. Es un lugar privilegiado para contemplar panorámicas del valle del Ésera y del Isabena.

La visita a la iglesia, dedicada a Santa María, es obligada, al ser la única construcción del lugar que se mantiene en buenas condiciones. El templo, con un espectacular reloj de sol en la fachada, está protegido con llave pero los amigos del Ayuntamiento de Graus han tenido la deferencia de abrirnos las puertas. El templo está datado en el primer tercio del siglo XIII, de nave única y planta de cruz latina canónicamente orientada, es una construcción levantada con sillares bien trabajados por canteros especializados. Se realizó en ella labores de acondicionamiento de la techumbre pero falta una profunda remodelación en el interior pues vale la pena su rehabilitación.

Seguimos el camino pasando por las calles recubiertas de maleza observando las viviendas totalmente derruidas hasta alcanzar una pista. La tablilla marca a la derecha la dirección a Pano. Nosotros giramos a la izquierda y al poco tomamos una estrecha senda que se introduce en un pinar por el que descendemos hasta alcanzar el curso del arroyo. El descenso se hace lentamente, salvando de vez en cuando algún desnivel. Se cruza por última vez el cauce y en ascenso aparecen entre los pinos aparecen las paredes de la ermita conocida como San Miguel o de Los Templarios de Grustán. En el entorno conocemos un poco de la historia de los caballeros templarios y también el acondicionamiento de la ermita llevado a cabo en el año 2010 en el marco de un campo de trabajo promovido por el Instituto Aragonés de la Juventud a instancias del Ayuntamiento grausino.

Descendemos unos metros por la ladera hasta encontrar unas señales que indican que tenemos que andar una hora hasta llegar a Graus. Para ello tomamos un camino recuperado en el que se observan en la umbría manojos de violetas que crecen aprovechando la humedad. Es un camino denominado La Ubaga, también denominado cono "senda ornitológica". Salimos del bosque y el camino sigue por la solana desde donde se divisan hermosas vistas del entorno de Graus.

A la derecha, en las alturas, se ve la ermita de San Pedro y en ese momento abandonamos la pista para girar a la derecha y tomar el sendero PR 211 que desciende paralelo al barranco hasta llegar al casco urbano de Graus al que accedemos por la hermosa Plaza Mayor y de allí al punto de partida. Nos espera el equipo del restaurante El Pesebre con un buen menú para recuperar fuerzas y disfrutar de un buen rato de tertulia.