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ESQUÍ ALPINISMO - RUTAS DE MONTAÑA

Travesía promocional de esquí de montaña para crear afición

Ascenso de Peña Guara al Espelunciecha y al Arroyeras por los ibones de Anayet

Travesía promocional de esquí de montaña para crear afición
Travesía promocional de esquí de montaña para crear afición
S.E.

HUESCA.- El ascenso por el barranco de Culibillas a los llanos de Anayet y desde allí al Espelunciecha y al Arroyeras es un clásico de comienzos de temporada de esquí de montaña, por ese valle que suele guardar nieve protegido por las paredes de la punta de la Garganta y los picos que forman el cordal del Culibillas desde el pico Royo. Si además se asciende al Espelunciecha y se encadena mediante una travesía rápida del llano de los ibones con el Arroyeras, resulta una completa travesía de esquí de montaña, que satisface el gusto por esta forma de recorrer montañas con esquís, y permite disfrutar de paisajes tan espectaculares como el que se observa desde los llanos de ibones helados al pie del pico Anayet.

Finalizado el curso de esquí de montaña de Peña Guara durante el mes de enero, se programan tres travesías promocionales en febrero, donde el objetivo principal es poner en práctica lo aprendido, ascender y descender montañas nevadas con esquís con la mayor seguridad posible que es la razón del esquí de montaña y observar y saber adaptarse al cambiante mundo de las nieves, un elemento sometido a la variabilidad meteorológica, que lo que un día es un gran paquete de nieve inestable después de una gran nevada, al cabo de pocos días se puede convertir en un bloque de nieves duras que exigen poner en práctica las diversas técnicas del montañismo invernal, como es el uso de crampones para salvar pendientes heladas, o transitar con las cuchillas en los esquís. Discernir cuál es el momento adecuado para usar uno u otro material e interpretar el terreno con anticipación y la mejor forma de recorrerlo es lo que se pone en práctica.

La mañana en la zona del aparcamiento de Anayet no es muy fría, un velo de nubes cubre el cielo, y la durísima nieve que esperamos parece que tiene una fina capa algo menos helada en la superficie, lo que anima al numeroso grupo de 30 participantes a transitar hacia el barranco de Culibillas, sin necesidad de poner las cuchillas, sabiendo que el arroyo está ahí al lado y no hay que dar opción al resbalón. Hay una dura huella marcada que facilita el tránsito. El valle se abre y el ascenso no presenta dificultades hasta la ladera que precede a los llanos de los lagos de Anayet, que se empina pero que gracias a su orientación ha transformado y se ha reblandecido para cuando llegamos a medio día. En el incomparable paisaje de los llanos de Anayet al pie de la cumbre rocosa, el Espelunciecha presenta una ladera inclinada y endurecida de orientación Suroeste. A mitad de ladera, poner cuchillas o no resulta opcional dependiendo de la confianza y destreza del esquiador. No se tarda en alcanzar la arista cimera, que se ha descarnado de nieve en los días de altas temperaturas precedentes.

Hay que dejar los esquís o volver con ellos a cuestas después de la foto de todo el grupo en la cumbre. El descenso no presenta dificultad y nos reagrupamos para decidir los que suben a la segunda cumbre opcional, el Arroyeras, que presenta una ladera que se adivina de nieve muy dura ya que es de orientación Norte y aún no le dá el sol. El grupo se divide, unos cuantos ya han tenido bastante como primera salida e inician el descenso acompañados y los demás ascienden al Arroyeras, que parece más lejano de lo que luego es.

Como era de suponer a la vista de las laderas el tramo final tiene nieve muy endurecida y la opción de cuchillas ha sido transitoria para la mayoría que termina optando por crampones con los que llegar al collado que precede a la ladera somital, con nieve mucho más transformada y fácil de transitar. Sólo los muy expertos alcanzan la cima con esquís. Al descenso calzamos esquís unos más arriba que otros y se decide descender hacia la Glera de Anayet mejor que por el barranco de Culibillas, por el paso colgado que flanquea la vertiente Sur del Espelunciecha, recorrido que sólo es conveniente cuando la nieve se ha transformado y no está dura, lo que a estas horas del día ocurre, por lo que se salvan unas canales empinadas sin mayor problema, para alcanzar las pistas de esquí de la Glera terminando cómodamente el descenso hacia el punto de partida en Anayet de Formigal.

Han resultado unos 1.100 metros de desnivel positivo y unas 6 horas de experiencia positiva para todo el grupo disfrutando del recorrido por un paisaje magnífico de montaña invernal.