Alaphilippe se viste de amarillo

NIZA.- El francés Julian Alaphilippe (Deceuninck Quick Step) volvió a vestir el maillot amarillo del Tour de Francia tras una emocionante victoria en un esprint entre tres en la segunda etapa, con salida y meta en Niza con un recorrido de 186 kilómetros.

Un reencuentro con el éxito, con el sueño amarillo para este francés carismático de 28 años que la temporada pasada hizo soñar a sus compatriotas con la conquista de París después de 14 días de líder. No fue posible porque Egan Bernal tomó el poder a tres días de llegar a la capital.

Una frustración que Alaphilippe se sacudió en el Paseo de los Ingleses de Niza, donde alzó los brazos después de provocar la escapada buena y batir por velocidad al joven suizo de 22 años Marc Hirschi (Sunweb) y al británico Adam Yates (Mitchelton). Triunfo con intriga firmado con un tiempo de 4h.55.27, a una media de 37,8 km/h.

Un exceso de control final del trío en fuga a punto estuvo de dar opciones a un pelotón que llegó con los favoritos a 2 segundos, comandado por el campeón olímpico belga Greg Van Avermaet.

Alaphilippe vuelve a soñar de amarillo. Buscó la quinta victoria en el Tour y la encontró, abriendo también su éxitos de la temporada. Podrá afrontar la tercera jornada como patrón, con 4 segundos sobre Yates y 7 respecto a Hirschi, campeón de Europa y del mundo sub-23 en 2018. Los favoritos se agrupan a 17 segundos, con el colombiano Sergio Higuita cuarto y el esloveno Pogacar quinto como referencias.

Mikel Landa, Alejandro Valverde y Enric Mas entraron delante y siguen en el grupo principal en la general. Marc Soler perdió un minuto en meta.

La empezó lanzada con una fuga inicial provocada por el Bora Hansgrohe, que cuajó con Peter Sagan y Pöstlberger entre los 7 expedicionarios. Con ellos Cosnefroy (Ag2r), Asgreen (Deceuninck), Skujins (Trek), Anthony Pérez (Cofidis) y Gogl (NTT). Sagan aprovechó para sumar puntos de la regularidad y Cosnefroy se puso líder de la montaña.

UAE se encargó de que la escapada no pasará nunca de los tres minutos y Pogacar pasó aputos debido a una avería en el descenso del Col de Turini. En el de Eze, Kristoff se quedó y ahí se esfumaron sus opciones de mantener el maillot amarillo.

En el Col D"Eze, el Jumbo hizo una selección, mientras que los favoritos no sacaron sus armas. En la subida a Quatre Chemins, un puerto no puntuable, tuvieron dificultades el colombiano Daniel Martínez, ganador del Dauphiné, y Valverde, por una doble avería, aunque el murciano pudo volver al pelotón.

El tren dirigido por Jumbo volaba pensando en la victoria de Wou Van Aert, pero las cosas se torcieron y buena parte de culpa la tuvo el mosquetero Alaphilippe. Cuando el francés ataca no es ninguna broma. El ciclista galo arrancó a 13 kilómetros de emta desnivelando el duelo entre Quick Step y Jumbo. Se pegaron a su rueda dos buenos ciclistas: Adam Yates y el suizo Hisrchi. El trío de cabeza abrió un hueco de 20 segundo que resultó suficiente. Además hubo colaboración entre ellos, querían llegar a la recta de meta para jugarse el triunfo entre ellos.

Con el viento en contra llegaron al animado paseo marítimo de Niza. A la hora de decidir, y con el pelotón a un paso, empezaron a mirarse, a controlar. Peligro máximo porque se aproximaba la marabunta. Alaphilippe decidió arrancar como un avión. Se despegó unos metros y se ganó las lágrimas de volver a la gloria de ganar en el Tour y vestir el maillot amarillo. Premio a la ambición.