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ATLETISMO

Monzón vivió un ‘paso de testigo’ cargado de emoción

Carlos Oriach se despidió del 3.000 Obstáculos corriendo junto a su hijo Pol

Carlos y Pol, felices tras terminar la carrera en la pista de Monzón.
Carlos y Pol, felices tras terminar la carrera en la pista de Monzón.
S.E.

La familia Oriach vivió el domingo un día especial, para el que llevaba muchos meses esperando con incertidumbre y que finalmente supuso el cumplir un sueño. En la primera jornada de la Liga de Clubes de Primera División, que además se disputó en casa, en Monzón, Carlos Oriach y su hijo Pol pudieron correr juntos con su club, el Hinaco CA Monzón, la prueba del 3.000 obstáculos. Y además de la oportunidad de correr juntos, la prueba tenía una carga emocional mucho mayor, puesto que para Carlos era la última vez que disputaba esta modalidad, y para Pol, la primera. Un paso de testigo en toda regla.

Además, fue a pedir de boca, puesto que Pol fue primero muy destacado, y con un crono de 8.56.79 logró marca mínima tanto para el Europeo como para el Mundial de su categoría, la Sub 20. Y Carlos fue sexto también con un buen crono en su adiós a los obstáculos. La mejor manera de celebrar este relevo generacional, que tuvo su imagen en el abrazo que se dieron ambos cuando el padre cruzó la meta, con su hijo esperándole.

Un sueño y meses de preparación

Carlos Oriach explicaba que era un sueño que tenían los dos y que la pandemia primero aplazó y ahora amenazaba con impedir que tuviera lugar. “Es una prueba muy dura para los veteranos, y yo tenía claro que sería la última. Era emotivo, pero también había presión porque no deja de ser una competición en la que representas a tu club. Estaba con molestias, porque arrastro una fascitis plantar, y tenía sobre todo miedo a no terminar. Yo quería llegar a meta y abrazarle”.

Un día por tanto de muchas emociones. “Es la prueba más grande para mi, la que ha marcado mi trayectoria, y era la despedida más bonita. Yo soy alguien de club, y mi competición son las ligas. Me hacía mucha ilusión correr en casa, con mi hijo y mi gente. Es el relevo generacional, y además también suponía repetir lo que he visto en este club antes, los padres dando paso a los hijos. Yo había dicho muchas veces, ojalá yo también puedo hacer eso, y lo he podido hacer, es algo precioso”.

A modo casi anecdótico, también destacaba que, a la primera, Pol mejoró su propia marca personal. “Yo tengo 8.58.26 como mejor registro, y también estaba ese reto de si podía mejorarme. A la primera lo ha conseguido. Corrió bien, inteligente, y tiene mucho margen de mejora”.

Y su hijo también vivió un día muy especial. “Desde hace tiempo ansiábamos hacer esta carrera, y con las restricciones parecía que no iba a poder ser. Cuando vimos que este año sí que iba a haber liga, y que la primera fase iba a ser en Monzón, volvió la ilusión. Los dos teníamos muchas ganas por correr juntos y porque suponía su adiós y mi debut. El ambiente fue muy bueno, pese a no haber público, y el resultado también”.

El momento álgido fue cuando Carlos cruzó la meta. “No sabía si le podía esperar en meta, porque en otras pruebas con las restricciones en cuanto terminas te hacen salir de la pista, pero pude esperarle y darle un abrazo. Nadie sabe lo que hemos pasado y todas las dudas de si podríamos hacerlo. El año pasado fue un palo gordo y ha tenido que aguantar la forma un año, es complicado”.

Sobre su carrera y su registro, contento pero ambicioso. “Sabía que me tocaba dar la cara si quería hacer marca, pero creo que, aunque es buena, no refleja lo que estoy entrenando y puedo ir más rápido”. Para ello, la clave pasa por participar en pruebas de más nivel. “Ahora voy a seguir entrenando y a ver si surge algún meeting nacional con gente más rápida que siempre me irá bien como referencia. No hay prisa porque la temporada es larga”. Eso sí, la doble mínima ya la tiene. “Los deberes están hechos para el verano, y ahora veremos si me puedo clasificar y ratificar esa marca”.

Y el “padre” de ambos, su entrenador, ‘Phondy’, se felicitaba por la gran jornada. “Lo llevaban planificando desde el año pasado y sobre todo a Carlos le hacía mucha ilusión. Es su prueba, en la que siempre ha defendido al club, y en la que se iba a estrenar su hijo. Y además los dos hicieron una gran carrera. Pol ahora mismo es primero del ranking europeo y quinto del mundial en su categoría, pero tiene que mejorar. Corrió solo, y le iba marcando tiempos de paso. Se trataba de encontrar sensaciones, porque no había corrido esa prueba, que es muy dura, antes, y siguió bien lo planeado, con buen ritmo y técnica”.