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GIMNASIA RÍTMICA

Inés Bergua se queda a las puertas de Tokio 2020

La gimnasta oscense y el equipo nacional han brillado con una octava plaza en el Europeo, pero no han podido con Ucrania

Inés Bergua (derecha) y sus compañeras, momentos antes de salir a competir en Varna.
Inés Bergua (derecha) y sus compañeras, momentos antes de salir a competir en Varna.
RFEG

La España de Inés Bergua ha rozado este sábado con sus manos el billete olímpico tras una brillante competición en el Campeonato de Europa de Varna (Bulgaria), donde la veteranía de Ucrania le ha arrebatado la plaza en el último momento.

La clasificación se antojaba difícil, pero las españolas han cumplido su parte del trato al clavar sus dos ejercicios, que les han llevado hasta la octava posición con una nota total de 80,85, con la que han superado en 10 puntos su mejor marca de la temporada.

La oscense Inés Bergua, Nerea Moreno, Valeria Márquez, Mireia Martínez, Ana Arnau y Patricia Pérez han salido a por todas en 5 pelotas, donde su actuación ha sido tan épica como su música.

Por este montaje han recibido 40,55 (32,8 en dificultad y 7,75 en ejecución), tres puntos más que su récord anterior.

Una nueva alegría ha llegado después en el mixto, con una coreografía más dinámica, llena de pequeños detalles, en la que han salvado todas las recogidas con precisión.

En este ejercicio de aros y mazas han superado, de nuevo, su mejor marca de la temporada por cinco puntos, con 40,3 (32,9 en dificultad y 7,4 en ejecución).

El pabellón se ha venido arriba con las españolas, especialmente el grupo de orgullosos padres que han visto a sus hijas brillar como nunca, y poco a poco sus directos rivales han ido colocándose por debajo de ellas.

No obstante, en cuanto Ucrania ha pisado la pista y ha ofrecido un ejercicio de 5 pelotas divino, las esperanzas de España han languidecido hasta desvanecerse del todo con el mixto del equipo eslavo, que aun con fallos, ha confirmado su plaza olímpica con 84,55.

Para sorpresa de absolutamente nadie, Rusia (90,25) ha ganado el oro pese a ofrecer dos ejercicios infumables, mientras que Italia (87,45) e Israel (87,4) han obtenido la plata y el bronce, respectivamente, tras el inesperado desastre de Bulgaria (86,2).

Así, Bergua y sus compañeras tienen que estar contentísimas con su actuación y su debut en un Europeo sénior, que este domingo les llevará a disputar las dos finales por aparatos. Se podrán ver, a las 12 horas, en Teledeporte.

Las individuales tampoco se clasifican para Tokio

Polina Berezina, en su ejercicio de aro.
Polina Berezina, en su ejercicio de aro.
RFEG

En la mañana de este sábado, las españolas Polina Berezina (94,15) y Natalia García (91,2) han dado lo máximo en la prueba individual, pero no ha sido suficiente para conseguir la plaza olímpica.

La primera de ellas ha terminado en la decimoquinta posición tras ofrecer la mejor competición de su carrera. Por su parte, la catalana ha estado un poco más imprecisa y ha acabado decimonovena.

Pese a mostrar una técnica corporal deplorable, la húngara Fanni Pigniczki (97,25) ha ganado el billete olímpico por su regularidad, que ha sido ampliamente reconocida por las jueces.

Las dos grandes sorpresas de la jornada las han protagonizado la rusa Arina Averina (109,1) y la búlgara Boryana Kaleyn (107,625), que han arrebatado justamente el oro y la plata a la gran favorita, Dina Averina (107,325), que se ha tenido que conformar con el bronce.

España firma su peor ciclo olímpico

Por primera vez en la historia, la gimnasia rítmica española no estará presente en unos Juegos Olímpicos, todo un batacazo para un país que ha ganado 1 oro y 2 platas desde que la modalidad debutara en Los Ángeles 1984.

La pésima gestión de la exseleccionadora Anna Baranova y la exentrenadora Sara Bayón, que fueron apartadas del equipo en agosto, responde a este fracaso estrepitoso, que también debería asumirse desde esferas más altas. 

Así que, aunque el conjunto de Inés Bergua haya conseguido ilusionar de nuevo a los espectadores, que ya sueñan con París 2024, ahora termina un ciclo olímpico que siempre será una mancha en la historia de la gimnasia rítmica española.