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MONTAÑISMO / PEÑA GUARA: PEQUEGUARA

Érase una vez... una salida con récord

Los pequeños del club realizaron una actividad de dos días con pernocta en un refugio

Pequeños y grandes disfrutaron de una ruta de alta montaña.
Pequeños y grandes disfrutaron de una ruta de alta montaña.
Peña Guara

Y es que las buenas historias comienzan siempre así. Érase una vez alguien que en un club de montaña tuvo la genial idea de formar una nueva sección. Atrevimiento, originalidad, cariño a la montaña, amor a los peques y osadía fueron a partes iguales los ingredientes que dentro de la cocina de Peña Guara crearon Pequeguara. Este finde pasado Pequeguara rompió, alejó y elevó sus propios límites al hacer una salida de dos días a un refugio lejano y estableciendo un techo de altitud.

La mañana era gris y la predicción auguraba lluvia, pero ni una cosa ni otra preocupaba a ninguno de los 34 participantes que se ponían en carretera para llegar al lugar donde comenzaba la excursión, un increíble y lejano paraje escondido entre montañas a 2.200 m. de altitud. Las tres horas de viaje tuvieron un descanso en el pueblo de Arén, tras un almuerzo en su plaza recorrimos sus coquetas calles hasta llegar a los magníficos Museo de los Dinosaurios y Museo de la Ribagorza. Allí Borja y Dolors nos explicaron las maravillas contenidas.

Proseguimos viaje con las aventuras de la Pantera Rosa, que mantuvo entretenidas a las pequefieras hasta el embalse de Llauset. Es la hora de comer y hacemos los honores contemplando el espectacular paisaje. El cielo está gris pero no amenazante, el sol parece querer salir a ratos entre unas nubes que nos dan buena sombra para llegar al moderno, reluciente y acogedor refugio de Cap de Llauset.

Reparto de habitaciones, desglose de las normas de utilización del refugio y un rato de merecido descanso. La profe de naturales del Ayuntamiento de Montanuy, Helena Parga, nos imparte una interesante clase sobre la montaña y su medio natural. Con la lección aprendida llega el esperado momento. La cena, que fue espléndida, contundente y apreciada por peques y pataslargas, tanto que algunos platos se fregaron más por costumbre que por necesidad. Dientes limpios, pijamas, pipís, un cuento y a la cama. Esta noche soñaremos a 2.425 m. de altitud.

Son las 7:15 horas y atacamos el abundante desayuno. Hacer mochilas, ponerse botas y a las 9 comenzamos de nuevo a caminar hasta el estany (aquí llaman así a los ibones) de Cap de Llauset, donde Helena nos seguirá explicando la cantidad de animalillos y bichos que viven allí. Tras un buen rato de observación, descubrimiento y gracias al programa ‘Cita con las Cimas’ hemos aprendido un poco más de este sitio. Continuamos por la pedregosa senda hasta la Collada d´els Estanyets, punto culminante de la excursión a 2.524 m. récord de altitud para los peques y algunos pataslargas. Las vistas son magníficas y las algodonosas nubes decoran el cielo advirtiendo la lluvia. Descendemos hacia los estanys de Anglios para almorzar al sol y llegar hasta la cabaña donde nos desviamos para subir el segundo collado del día, el Coll de Anglós. El cielo está cerrado, el ambiente fresco, y un enorme quebrantahuesos nos sobrevuela. La bajada por una estrecha y vertiginosa senda hasta el autobús se hace alegremente, y en el autobús nos espera la comida. Breve visita a la presa del embalse para bajar el alimento y viaje tranquilo de vuelta a casa. Hemos recorrido 10 kilómetros y 600 metros de desnivel acumulado por encima de los 2.000 metros de altitud.

Y colorín colorado, la historia de la Pequeguara aún no se ha acabado.