Juan Carlos Nájera: "Volver después de tres años ya es todo un acontecimiento"

Juan Carlos Nájera, alma mater de la prueba, mostraba este miércoles su satisfacción por que por fin se pueda celebrar la edición número veinte. Atrás quedan dos años sin Orbea, con una edición online por el camino y mucha paciencia. “Siempre hay nervios, y miedo, más que en la primera, porque ahora sabemos a lo que nos enfrentamos. No hemos preparado nada especial por las veinte ediciones porque volver después de tres años ya es un acontecimiento. Ha sido un parto difícil y también tenemos ganas de que llegue y pase, porque primero fueron los retrasos y ahora la inquietud por el tiempo”.

También explicaba que él personalmente no ha dejado de venir a Monegros estos tres años, y que el trabajo es intenso, previo y posterior, ya que una semana después de la Orbea se realiza una primera reunión para analizar su desarrollo y proponer mejoras.

Volvía a ensalzar el territorio monegrino, en el que la zona de Jubierre es como el Monument Valley de Estados Unidos, pero a la monegrina, y también hablaba sobre la evolución en las bicis, un aspecto que varía de año en año. “La prueba no tiene afán competitivo, y de hecho no hay clasificaciones, pero tenemos el perfil del pro que quiere competir y ganar y el que quiere completarla, hay de todo. En cuanto a las bicis, están las 26 pulgadas, las 29, las eléctricas y las gravel”. De las gravel, que fueron mayoría entre los primeros hace tres años, decía que no contemplan hacer un cajón específico. “Dan mayor velocidad, pero no vamos a hacer una parrilla para ellas. De hecho las parrillas este año se hacen de acuerdo al tiempo que cada participante estima que va a necesitar. Tenemos 285 bicis graves, y eso que no las fomentamos, y está claro que Monegros es territorio gravel. En el futuro ya veremos”.

Y sobre las eléctricas también ha dicho que son algo más de un centenar pero que no favorecen su asistencia, ya que, por ejemplo, no hay puntos de carga.