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Una mañana de tiempo primaveral para la Carrera de Navidad

Con casi 200 corredores, la cita deportiva recupera la tradicional Vuelta Larga 

La Carrera de Navidad ha vuelto en su esplendor en la mañana de este día 25 de diciembre y lo ha hecho en un día primaveral, casi veraniego, que permitió a los corredores disfrutar de la mañana deportiva en manga corta e incluso pasar calor, algo poco habitual en estas fechas.

Tras dos años sin poder celebrarse por la pandemia, la tradicional Vuelta Larga ha vuelto a demostrar su magnífico estado de salud y congregó a cerca de 200 corredores, más algunos andarines que la hicieron por delante.

Ha sido una jornada de reencuentro y alegría compartida, en la que no solo se juntaron los habituales de sus 43 ediciones, que la convierten en una prueba de gran solera, sino muchos jóvenes deportistas y aficionados a correr que se unían ayer por primera vez a esta iniciativa popular y participativa.

El paso de los años y la multiplicación de participación no ha variado el espíritu de la misma: un encuentro de amigos para hacer deporte, para disfrutar de la carrera en grupo, lejos del afán competitivo de otras pruebas y en estas fechas entrañables de reencuentro.

La prueba ha reunido ayer a personas de casi todas las edades, desde los veteranos que llevan muchas carreras de Navidad a cuestas a los chavales jóvenes que se están iniciando en el atletismo. Y también alguna familia con dos generaciones compartiendo la mañana atlética.

Sonia Armisén, una de las coordinadoras de la prueba, ha explicado que había muchas ganas de reencontrarse con la carrera y de que “no se pierda el espíritu” de la prueba, que al final se resume en juntarse, correr juntos y compartir un rato agradable.

Cerca de 200 personas se han reunido en el Camping de San Jorge a las 11 de la mañana dispuestos a completar los casi 15 kilómetros que se realizan al final de la mañana.

Juntos han ido a un ritmo controlado hasta Cuarte, cuando ya cada uno tomó el ritmo que consideró más apropiado, aunque con la mayoría en una ritmo suave, llevadero para todos los participantes y para poder mantener al mismo tiempo una charla distendida.

No han faltado tampoco los villancicos y un ánimo festivo y alegre que hizo más llevadero el esfuerzo.

Ni tampoco el paso por las localidades que atraviesa la carrera, o el recuerdo a José, de Banariés, que siempre salía a saludar a los corredores y cuyo hijo lo hace ahora en su recuerdo.

La prueba volvió a Huesca y en la entrada, enfrente de la ITV, tuvo lugar un momento de avituallamiento, cortesía de Distribuciones Correas y de Eboca.

Después aún quedaba el trote por el centro de Huesca, donde coincidían los corredores con los paseantes y con aquellos que disfrutaban de un vermú en los veladores de las Cuatro esquinas.

Y en el Camping se acabó esta jornada, que no tuvo incidentes en formas de lesiones y que todos pudieron concluir del mejor modo.

La prueba contó con el apoyo de la Policía Local y con la fundamental contribución de Intec Zoiti y de un grupo numeroso de colaboradores anónimos que la hacen posible.

Todos los participantes quedan con ganas de volver a citarse el 25 de diciembre de 2023, cuando se espera que vuelve a su cita la Carrera de Navidad de Huesca, en su 44 edición.