La Templar Race dice adiós de manera definitiva

La Templar Race dice adiós de manera definitiva tras nueve ediciones de absoluto éxito en Monzón. Así lo ha anunciado la organización de la prueba este miércoles, que ha lamentado la pérdida de esta gran carrera de obstáculos tan característica y reconocida en todo el panorama aragonés y nacional desde su nacimiento en el año 2012.

“No ha sido fácil tomar esta decisión, pero todo tiene un comienzo y un final”, ha explicado a este periódico Nicolás Fortuño, uno de los máximos organizadores de la prueba. Y el principal motivo por el que la prueba no va a continuar llevándose a cabo es que “no ha sido posible encontrar un sucesor para los que hemos estado hasta ahora, que hemos hecho malabares para realizarla cada año”, añade.

En ese sentido, recalca, durante los últimos seis meses ha habido “un trabajo arduo para que no se tuviera que decir adiós a la Templar Race, pero no ha sido posible ya que ninguna de las empresas con las que hemos hablado ha decidido dar un paso adelante”. Así, tanto él como el resto de organizadores actuales entendían que era el momento de dar un paso a un lado.

“Llevábamos tiempo preparando el decir adiós. Ya habíamos decidido que el año 2023 iba a ser nuestro último baile, pero contábamos con que alguien cogería el testigo”, ha agregado Fortuño. Pero por desgracia, la Templar Race no alcanzará su décima edición, en la que esperaban récord de participantes: “Lo que peor me sabe es que este año igual contábamos con 2.300 o 2.400 participantes. Este año iba a dispararse seguro”.

Desde la organización han querido transmitir también que no ha habido falta de apoyo por parte de las instituciones. Todo lo contrario, ya que como ha manifestado Nicolás, “las instituciones como el Ayuntamiento de Monzón siempre nos han apoyado en todo, pero esta vez no ha habido oportunidad ni de sentarnos con ellos para hablar porque no había nadie decidido a tomar las riendas de la prueba”. Principalmente el actual concejal de Feria y Festejos Jairo Sánchez, “que siempre nos ha ayudado y también ha estado durante los últimos meses buscando una solución para que no se perdiese, pero no ha podido ser”, lamentan.

Entienden también la indecisión de las empresas a responsabilizarse de la misma, ya que el crecimiento de la Templar Race ha sido constante con el paso de las ediciones, al igual que la magnitud de lo que supone hacerse cargo de una organización tan importante: “Hay que tener en cuenta que la primera edición costó 120 euros poder organizarlas, y la última del 2023 llegó a suponer una inversión de 83.000 euros. Hay que hilar muy fino con la organización, colaboradores, voluntarios… Entendemos la negativa de muchos”.

A pesar de todo ello, destacan, “preferimos quedarnos con el buen sabor de boca del año pasado, en el que se logró un éxito de participación y organización tras el parón por la pandemia”.

Los hasta ahora responsables no han querido olvidarse del “apoyo brindado por todos los patrocinadores, pero sobre todo a Francisco Expósito pues sin él no hubiera sido posible llevar a cabo todo lo realizado desde el año 2012”.