Deportes

atletismo

Christian Iguácel: “No me conformo con solo ir a los Juegos”

El Mundial en Bahamas y el Europeo de Roma serán la antesala de París 2024 para el atleta de Intec Zoiti

El atleta belsetano con los colores del Intec Zoiti
El atleta belsetano con los colores del Intec Zoiti
S. E.

Se cumple un mes desde que el oscense Christian Iguácel lograra el oro mundial en el relevo 4x400. Lo hizo con la selección de Bélgica, superando en una emocionante final al gran favorito al título, Estados Unidos. Una vez pasada la resaca de aquel logro conseguido en Glasgow, el atleta hispanobelga, nacido en Javierre de Bielsa, mantiene claros sus objetivos y se centra en lo que viene por delante esta temporada.

Tras el éxito cosechado en pista cubierta, Iguácel tan solo se tomó “un par de días de relajación” para prepararse física y mentalmente para lo que está por llegar. Y es que el regreso a Bélgica del corredor aragonés fue ciertamente ajetreado. Además de ver a su entrenadora y planificar los próximos compromisos, tuvo que “cumplir con algunas obligaciones institucionales, como un homenaje en el club o ir a ver al Presidente”, cuenta el atleta.

Conocer a Alexander de Croo, primer ministro belga, resultó un acto protocolario que para Iguácel “no es algo que se haga todos los días”, pero que no le supuso la celebración más emocionante. “Si te soy sincero, me gusta más compartir los éxitos con la gente que te apoya en el día a día, te soporta, sabe lo que te pasa y todo el proceso que construyes para llegar hasta el objetivo”, afirma el corredor altoaragonés.

Un mes más tarde, Iguácel se encuentra en Huesca conciliando sus rutinas deportivas con la vida familiar. “Cuando no estoy entrenando suelo pasar tiempo con la familia, con mis tíos, mis primos. Los pocos días que podemos estar juntos me gusta aprovecharlos al máximo”, cuenta. También se dejará caer por Javierre de Bielsa, donde su abuela y sus amigos recibirán al oro mundial.

También ha vuelto a coincidir con sus compañeros del Intec Zoiti, club oscense en el que se ha convertido en atleta profesional. “Estoy entrenando con gente del club, con los que tengo dentro de poco jornada de liga. Estamos animándonos y haciendo grupo para que todo salga mejor”, cuenta el atleta belsetano afirmando que volver a ver a los suyos siempre “hace mucha ilusión”. Cuando empezó en esto del atletismo, Christian llegó a Huesca y el Zoiti le abrió las puertas para que pudiera entrenar. “Se pusieron en contacto conmigo y, tras varias horas hablando con el presidente, pude ver el amor que dan a los atletas”, finaliza recordando con cariño su llegada al club.

Con ellos competirá el próximo 13 de abril en la primera jornada de la Liga Nacional de Clubes, un evento que hace especial ilusión al corredor: “Hemos vuelto a la máxima categoría, a la división de honor, y creo que somos uno de los equipos más grandes de España. Empezaremos en casa, en un duelo aragonés contra el Scorpio, lo que seguro será una batalla divertida. Con la ambición que tenemos va a ser la leche”.

Esta será la primera, pero no la última cita de las que Iguácel tiene marcadas en el calendario. A nivel colectivo, en dos semanas iniciará la concentración con la selección belga para preparar el mundial al aire libre de relevos 4x400, que se disputará el 4 y 5 de mayo en Bahamas. El objetivo para Igualcel será llegar en su “mejor nivel posible” y el de “clasificar, tanto al equipo masculino como al mixto a los Juegos Olímpicos”.

A día de hoy, esta es la opción con más probabilidades para asegurar su presencia en la cita olímpica. “El equipo ha pasado por muchos Juegos, creo que llevan cinco seguidos estando cerca de llevarse una medalla”, afirma Iguácel. Para él, “sería un sueño estar en París 2024”, mientras que para el combinado belga la aspiración es conseguir un metal. Así, el corredor oscense alinea su pensamiento con el del equipo: “No me conformo con solo ir a los Juegos Olímpicos. Si el equipo puede sacar una medalla o tiene la ambición de ello, los atletas también tenemos que tener esa pensamiento”.

A nivel personal, sería la primera participación de Christian Iguácel en el evento por excelencia de la disciplina. “Es una de las cosas más importantes que le pueden suceder a un atleta”, cuenta, aunque para él un campeonato del mundo o de Europa “puede tener incluso más importancia”. Sin embargo, no esconde que “es algo especial, se compite cada cuatro años y tiene mucha repercusión mediática”.

La segunda vía que tiene para alcanzar la cita olímpica es la de sus logros individuales. Para ello, la cita del Europeo en Roma, que será después del Mundial y antes de los Juegos, se antoja vital. “Puede ser uno de los campeonatos donde mostrarme y sacar algo en el 400”, comenta Iguácel a sabiendas de que el resto de la temporada se enfoca en el relevo por equipos. Pese a que la mínima para París es “un tiempo muy rápido”, el atleta belsetano se ve capaz de conseguirla: “Por mi manera de pensar no puedo decir que no, siempre digo que todo es posible y veremos que pasa al final”.

Trabajar en el día a día

Pese a ser ambicioso, Iguácel no es propenso a fijarse metas: “Voy a seguir trabajando sin ponerme límites, porque al final eso te frena. No me pongo marcas, entreno lo suficiente como para llegar lo más alto posible”. De este modo, tiene clara la hoja de ruta a seguir para mantenerse entre los mejores. “Me gusta trabajar tranquilamente y si corro bien demostraré lo que valgo, los resultados hablarán por mi”, explica el atleta.

Un corredor al que, si le hubieras preguntado hace diez años, no hubiera imaginado llegar a este nivel. “Sabía que tenía cierto talento, que era rápido, y ese talento con horas de entrenamiento se convierte en lo que soy ahora”, cuenta Iguácel recordando a ese chico que se iniciaba en el mundo del atletismo. En este momento, con 27 años, tiene la oportunidad de seguir sumando logros a su carrera: “Al empezar quieres hacer una marca, en la siguiente carrera deseas clasificarte a un campeonato de España y, ahora, llegas a un nivel en el que estás tocando la puerta de los Juegos… ¿por qué no entrar?”.

Mirando al futuro más lejano, el atleta altoaragonés seguirá compitiendo “hasta que el cuerpo aguante” o “pierda el interés de mantener el nivel de exigencia tan alto del deporte profesional”. Después, su siguiente sueño será seguir vinculado al atletismo desde la fisioterapia, carrera, en este caso académica, que terminó hace dos años.