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El Quebrantahuesos cae en la orilla y pierde la liga

A pesar de caer 31-40 contra el USJ Fénix, los altoaragoneses disputarán la fase de ascenso a División de Honor B

Imagen de la final.
Imagen de la final.
Quebrantahuesos

El pasado sábado en el campo de rugby de los Sotos de Monzón, se disputó la final de la liga regional aragonesa entre el Quebrantahuesos Rugby Club, líder de la fase regular y el USJ fénix. El partido se prometía de alto octanaje, con victorias contundentes en ambos casos en las semifinales y con dos equipos que llevaban la plantilla al completo para llevarse el gato al agua.

En una tarde soleada y un ambiente espectacular, al que quizás le faltó un poco de representación oficial para una final de campeonato disputado en una población periférica de Aragón.

El Fénix parecía más concentrado en la preparación al partido, mientras que el QRC, cosa habitual en él, entró frío al partido. Los visitantes, activaron su línea de “trois-quarts”, en su mayoría procedentes de la colaboración entre el club zaragozano y la Universidad de San Jorge, y en menos de 20 minutos encarrilaron la victoria con dos ensayos.

La cosa pintaba mal para el Quebrantahuesos, el primer golpe dio la impresión de haberlos noqueado, pero este equipo tiene cositas, una de ellas la capacidad de levantarse y seguir luchando. Poco a poco los locales recuperaron balón y la entrada de Mike Ferrando puso un plus de potencia física en los contactos que aupó al QRC a una remontada imposible minutos atrás (minuto 36, 14-14).

El USJ Fénix no sabía parar la ola naranja y tuvo que recurrir a indisciplinas merecedoras de tarjeta amarilla, que acabó dejando al equipo con 13 jugadores temporalmente.

En un partido con tantos matices, este momento fue uno de los puntos de inflexión, en vez de aprovechar la oportunidad y golpear de nuevo al Fénix con sus mejores armas, fallos en la toma de decisiones y errores no forzados dieron alas a un rival que con dos jugadores menos consiguió una vez más ensayar en juego abierto, de la mano de Marius Ortega.

El primer tiempo acababa con un ajustado 14-21 y con la sensación de haber dejado escapar medio título. No obstante, aún quedaban capítulos por escribir de esta apasionante novela. De la mano de la delantera y de la conservación de balón, los locales fueron incrementando la presión sobre el contrario y avanzando metros hasta golpear de nuevo y adelantarse en el marcador (minuto 53, 24-21).

El Quebranta estaba de nuevo metido en el partido, pero seguía concediendo regalos al contrario en forma de balones adelantados o momentos de indisciplina, que obligaban a remar contracorriente. El Fénix movía banquillo y los jugadores de refresco dieron un plus para facilitar dos ensayos de delantera nada más pasar el ecuador del segundo tiempo (24 -33).

Nueve puntos parecían una distancia insalvable pero una vez más el Quebranta obró el milagro, y gracias a un buen trabajo coral, Palacín consiguió mayoría parlamentaria y plantó su voto oval en zona de marca “bleu”. Ángel seguía haciendo las delicias con su guante en forma de pie y el quebranta se quedaba a tiro de piedra (minuto 65, 31-33). Al Fénix le quedaba un último as en la manga, con un equipo con más profundidad de banquillo y más acostumbrado a partidos de guante negro. Un ensayo del ala Florin Laplace (min 68) puso las cosas más cuesta arriba al Quebranta, que sin gasolina y enredado en mil peleas acabó ahogándose en la orilla al caer 31-40.

Un partido más que digno para una final de liga regional, donde se vio rugby de calidad.