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Un frío y entretenido ascenso al Moncayo

La niebla y un fortísimo viento acompañaron a los presentes en la jornada de este fin de semana

Foto de grupo de los adultos y pequeños que disfrutaron de la zona del Moncayo este pasado fin de semana.
Foto de grupo de los adultos y pequeños que disfrutaron de la zona del Moncayo este pasado fin de semana.
S. E.

Parece que fue ayer, si pero han pasado ya diez años desde la última vez que los cursos de montañismo de Peña Guara no pisaban estos lugares. El Moncayo de 2.314 metros es la montaña más alta del sistema Ibérico. Abarca las comunidades de Aragón, Navarra, Castilla León y La Rioja, aunque la parte del Parque Natural del Moncayo pertenece íntegramente a Aragón.  

A las 7 de la mañana partíamos 86 montañeros rumbo a Vera de Moncayo y desde allí dirigirnos a las inmediaciones de Agramonte, lugar donde nos adentraremos en el parque natural del Moncayo, carretera estrecha, y con alguna curva tan cerrada que pone a prueba la pericia de nuestros conductores, que a eso de las 9:30 horas, nos dejaron en el aparcamiento Fuente de los Frailes. En cuanto a la meteo, sorpresa a medias, fuerte viento, amenaza lluvia, y niebla cubriendo todo el macizo montañoso. Equipados como si fuera casi puro invierno, emprendimos el ascenso al Moncayo.

En el mismo aparcamiento de la Fuente del Fraile, un poste con su cartel, nos indica la dirección a tomar, una ancha pista de tierra que en unos 300 metros a nuestra izquierda la cual dejaremos, haciendo caso a otro indicador, para adentrarnos en un magnifico bosque de encinas y robles. Entorno precioso que disfrutamos mientras subimos por la clara senda al santuario del Moncayo, donde hay un albergue. 

En este punto nos dividimos, los grupos los adultos dirección haya seca, ruta de ascenso al Moncayo menos frecuentada. La ruta parte justo desde el parking en donde vemos una cartel indicador y una escalera por donde iniciamos la senda. Vamos cruzando en suave ascensión un bosque de pinos, hasta que un poco más arriba el bosque ya desaparece.

Pasamos por una caseta derruida y pronto salimos a una vaguada despejada de vegetación, por la que vamos subiendo y desde la que ya vemos en la parte superior el collado de Castilla.

Desde este collado ya vemos la cima muy próxima y sólo nos quedarán subir los últimos 350 metros hasta que alcanzamos la cima y que es el tramo con más pendiente. El resto tomamos el ascenso tradicional, cartel que nos indica nuestro objetivo, cumbre del Moncayo, el sendero es un poco pedregoso, bastante bien definido, durante un largo trecho, hasta ese punto se transcurre entre una gran arbolada muy tupida sobre todo de pinos silvestres, en este punto paramos a tomar un tentempié para reponer fuerzas y acometer la verdadera ascensión al pico, continuamos la marcha ahora nos encontramos en el llamado Pozo de San Miguel, o el Cucharon justo este es el punto donde desaparece la arbolada empieza la verdadera ascensión al Moncayo. 

En un largo trecho solo nos espera una subida ininterrumpida, con sus interminables Zig zags, salvaremos más de 450 metros de desnivel, poco a poco vamos apareciendo en el collado llamado de las Piedras, que una vez superado este, ya es el cordal que nos llevará al Moncayo, con muy pequeños desniveles, unos 400 metros adelante, cruzamos por el Cerro de San Juan con 2.279 metros, las vistas seguro que son espectaculares, pero continuamos sin ver nada así que todos bien juntos siguiendo la silueta del que llevamos delante, que decir que en este punto el viento es infernal y muy frio, a nuestra derecha todavía subsiste una pequeña pala de nieve que todavía da más sensación de frío.

En poco más de 10 minutos desde el Cerro de San Juan, nos plantamos en la cumbre del Moncayo 2.314 metros donde estaban ya el grupo de adultos refugiados. Así que rapidita foto de grupo en la cima y de nuevo hacia el Cerro de San Juan, y al collado desde donde tenemos que emprender de nuevo la bajada. En este punto y a resguardo se encontraban los peques ya comiendo y descartando la idea de continuar a la cima ya que para ellos llegar a este punto es toda una proeza, más si cabe para los monitores por su insistencia y buen hacer. 

Ellos se quedaron un ratillo jugando parecía que no se hubiesen cansado. Nosotros a buena marcha descendimos la pedregosa ladera con intención de comer en el santuario parece que amenaza tormenta y lo mas sensato es estar lo más cerca de los autobuses. En cuanto llegaron los peques emprendimos este tramo todos juntos aguantando estoicamente la lluvia acompañada de algo de pedrisco. Ya solo nos queda continuar bajando por el mismo sendero de subida, para llegar de nuevo a la Fuente de los Frailes ,donde nos espera el bus y más de dos horas de viaje a Huesca.