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El Lobe Huesca gana y recarga confianza (91-58)

Derrota al Melilla de forma contundente desplegando su juego de robos de balón y transición y con mucho acierto

Scariolo, ante Luis García en el duelo de este sábado en el Palacio.
Scariolo, ante Luis García en el duelo de este sábado en el Palacio.
VERÓNICA LACASA

El Lobe Huesca La Magia ha logrado una victoria plácida y contundente, que le sirve para romper una racha de tres derrotas seguidas y para tomar confianza. El equipo peñista ha tenido su día en el tiro y el acierto y, además, se ha encontrado con un Melilla errático en todos los planos, débil en defensa y muy fallón en ataque, con infinidad de pérdidas. El equipo oscense se ha encontrado así con su partido favorito, de recuperación de balones y juego en transición. Y todos los jugadores, incluidos los canteranos Francho Lascorz y Pablo Gállego, han tenido su protagonismo en el día del estreno de Bellver con la camiseta peñista.

Tras un inicio en el que los ataques no han podido con las defensa, al Lobe Huesca han empezado a entrarle los tiros, especialmente desde la línea de tres. Pero, sobre todo, ha sido capaz de desactivar al Melilla y de recuperar numerosos balones para poder jugar en transición y anotar con mucha fluidez y desde distintas manos (Scariolo, Stümer, Rubín o Bastante). Melilla no ha podido cambiar la tendencia ni a base de tiempos muertos y su dinámica de pérdidas le ha pesado. El cuarto ha cerrado con 29-11.

Los intentos melillenses por cambiar el partido no han tenido efecto en el segundo cuarto. El Lobe venía crecido por el acierto, le entraba casi todo, seguía recuperando balones y estaba en su salsa. Así, las diferencias se han ido por encima de los veinte puntos, con Rubín o Scariolo luciéndose sucesivamente (42-16). Los locales solo se han frenado levemente al final y Melilla se ha acercado un poco, pero no para inquietar. Se ha llegado al descanso con 45-23 y el duelo casi decidido, al menos aparentemente.

La vuelta a pista ha deparado más de lo mismo. El Lobe Huesca estaba disfrutando, con Rubín y Nogués corriendo, mientras que los melillenses tenían el día negro. Estaban muy blandos en defensa y erráticos en ataque. Un caramelito para los locales, que han rozado los treinta de ventaja en varias ocasiones. Rafa Sanz ha ido repartiendo minutos y protagonismo entre la primera plantilla y los jugadores lo han agradecido elevando su confianza. Melilla ha elevado la agresividad, aunque el partido lo tenía perdido, y le ha valido para que las distancias no pasasen de treinta. El cuarto ha cerrado con 67-40.

Los treinta de renta han llegado ya en el tercer cuarto, con Stümer bombardeando desde la línea de tres y lo demás, casi inalterable (75-42). El resto ha sido ya un festejo local, con intercambio de canastas y unos minutillos al final de sus canteranos Lascorz y Gállego. El marcador ha quedado en 91-58.