Acostumbrados a la cruz de cada año con las lesiones

HUESCA.- Bada Huesca parece haberse acostumbrado en los últimos años a las lesiones de larga duración, un problema del que no se han librado los de Nolasco y que han tratado de resolver como se ha podido en cada ocasión.

Desde luego que la suerte no acompaña en este sentido al equipo, y bien sea con fichajes a mitad de temporada o moviendo a los jugadores de puesto para tratar de que no se noten las ausencias, Bada ha ido subsanando esas bajas, que se han repetido de manera irremisible cada temporada.

Y con todo, el equipo ha ido haciendo buenas temporadas entre los mejores, lo que da todavía más mérito a unos proyectos que cada año se tienen que retocar casi sobre la marcha por las malditas lesiones.

Lo que está claro es que en el club oscense se han debido reunir todos los tópicos de mala suerte, y seguro que les gustaría vivir una temporada sin contratiempos. Pero como poco ya será la próxima.

El ejemplo más fresco es el de esta temporada. En pretemporada Iván Montoya se rompió el menisco. El pivote será operado el próximo lunes día 16 y aunque hasta que no pase por el quirófano no se sabrá el grado de su lesión y por tanto la recuperación, estará fuera varios meses. Y a él se ha unido el lateral Marco Mira, con una úlcera en la rodilla y para el que ahora mismo tampoco hay un plazo fijo de recuperación, pero tampoco parece corto.

Sin empezar la liga, y dos piezas fundamentales fuera de juego para tiempo. Esto llevó al club, la misma semana del inicio liguero, a fichar al pivote Rodrigo Benites, quien de hecho el sábado ya debutó en la pista de Sinfín. Un pivote que debe aportar defensa y ataque y al que hará falta integrar cuanto antes.

LA "SOLUCIÓN SERBIA"

La temporada pasada, algo parecido. El lateral izquierdo Joao Pinto, uno de los fichajes más importantes y el jugador llamado a suplir a Teixeira, se lesionó en el primer partido de pretemporada con rotura de ligamento de la rodilla. Baja para toda la temporada y a recomponer el equipo fichando, también en el inicio de liga, al serbio Radovan Ostojic, al que le hizo falta un tiempo de adaptación hasta que pudo ir aportando y que este año continúa en el equipo.

El año anterior, otro palo duro. En la sexta jornada de liga, en casa ante Teucro, el central Eloy Félez, que estaba siendo uno de los mejores jugadores del equipo, se rompía también el ligamento de la rodilla en una acción de juego y decía adiós a lo que quedaba de temporada. Con la liga ya iniciada al club le costó más tiempo encontrar recambio, y en enero llegó el serbio Stefan Ciric, que cuajó una segunda vuelta de liga correcta.

Y en la temporada 2016-17, otra vez maldición. También fue en este caso un central, Diógenes Cruz "Dijá", en un partido en la pista de Villa de Aranda, en la quinta jornada, también con el curso recién empezado. Sufrió una fractura y luxación en el pie izquierdo, por la que tuvo que ser operado y prácticamente se perdió lo que quedó de la temporada. En su lugar, ya en el mes de noviembre, llegó el enésimo jugador serbio, el central Bojan Todorovic, al que le costó adaptarse y que no hizo una temporada para tirar cohetes.

Cuatro temporadas seguidas con una, o varias, lesiones de larga duración y de jugadores fundamentales, algo a lo que desde luego los oscenses se han acostumbrado, pero que desde luego mina a cualquier proyecto deportivo un año sí y otro también.

REPESCAR UN CEDIDO, SOLICITAR UN APLAZAMIENTO...

Y antes de estas cuatro aciagas campañas, quizá en menor medida, también las lesiones han afectado en alto grado al club. En la campaña anterior, la 15-16, se lesionó con una fractura con desplazamiento en la mano el central Abraham Rochel, por lo que se perdió también varias jornadas de liga, y el club tuvo que repescar a Agustín Casado, que estaba cedido en el ARS Palma del Río de División de Honor Plata, para recomponer el equipo.

Y la temporada anterior el club vivió una situación límite y que de hecho se sigue recordando. Las lesiones, de mayor o menos grado, se acumularon hasta tal punto que el club solicitó el aplazamiento de su partido en casa ante el Frigoríficos del Morrazo Cangas porque contaba con nada más y nada menos que diez lesionados al mismo tiempo. Al final se jugó, y el equipo casi gana dando un ejemplo de pundonor, pero esta ristra de bajas afectó durante varios partidos y desde luego que hizo que algunos puntos se quedaran por el camino.