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Adiós a Marco Mira, el buque insignia del Balonmano Huesca

El lateral ha anunciado que deja las pistas después de trece temporadas y media en el club

Adiós a Marco Mira, el buque insignia del Balonmano Huesca
Adiós a Marco Mira, el buque insignia del Balonmano Huesca
R.G.

HUESCA.- Se marcha el estandarte de Bada Huesca. Marco Mira, un jugador que puede presumir de haber jugado trece temporadas y media, en dos etapas distintas, con la camiseta del club. Algo que pocos deportistas pueden decir.

Este jueves, ante la imposibilidad por la pandemia de hacer un gran homenaje o un acto de despedida, el jugador ha querido decir adiós mediante una rueda de prensa en el Palacio de los Deportes a la que ha asistido buena parte de la junta directiva del club, parte del cuerpo técnico y varios de los que ya son sus ex compañeros de equipo.

El jugador tenía contrato para la próxima temporada, pero la situación familiar y laboral le ha llevado a tomar esta decisión a sus 37 años y cuando seguramente todavía tenía cuerda para algo más.

El presidente del club, Pachi Giné, ha introducido el acto de despedida con unas sentidas palabras hacia el jugador cántabro. “A veces es difícil definir o explicar lo que significa una persona para una entidad u organización, y nos pasa ahora con Marco. Han sido muchos años de compartir más alegrías que penas, la verdad, y muchas emociones. Su entrega, trabajo… la verdad es que solo puedo decir cosas buenas porque ha sido mucha vida juntos”.

Y ha continudado. “Las imágenes a veces hablan más que las palabras, y en la web durante todo el año pasado estaba su imagen. Y es que ha sido, y es, nuestra marca comercial, la imagen de marca del club. Con un carácter luchador, competitivo, enraizado en Huesca. Es difícil una persona que reúna todo eso, con profesionalidad, y además en los últimos años siendo el capitán, con esa responsabilidad añadida de ser el primero en dar ejemplo. Y lo ha sabido hacer a las mil maravillas”.

Acto seguido, el propio jugador ha sacado un papel con su particular carta de despedida, y ha reconocido que le cuesta ser el foco de atención, pero que esta vez tocaba. “Tras 18 años de jugar de manera profesional, toda una vida disfrutando del balonmano, toca dar un paso al lado. Ha llegado un momento en el que conciliar la vida deportiva, laboral y familiar era imposible. Me acuerdo de todos los clubes por los que he pasado, pero en especial del Balonmano Huesca, donde he jugado 15 años, casi toda mi vida”.

El lateral cántabro ha seguido con su particular despedida. “En todas estas temporadas que hemos compartido ha habido momentos deportivos sobresalientes como el ascenso, el jugar en Europa o quedarnos a un solo gol de una final de Copa del Rey. En 2003, cuando aterrizé aquí, todo eso era impensable”.

Y ha destacado a las personas por encima de todo. “Con lo que me quedo es con el trato recibido, porque aquí hay gente excepcional, dispuestos y atentos sin esperar nada. Ese es el secreto del club, que me quedará el gran recuerdo sobre todo de las personas. También agradezco a todos los compañeros de vestuario, que han sido muchos, porque de todos he aprendido algo. Es otro de los secretos del club, el vestuario, en el que siempre se ha tratado de que reine la paz y que todos remáramos en la misma dirección”.

Ha tenido también palabras para la afición. “Siempre nos ha acompañado, algo fácil en los buenos tiempos, pero en los baches también ha estado ahí, como esta temporada. No nos salían las cosas y seguían viniendo y animando, y es de agradecer”. Y también ha querido mostrar su agradecimiento a los medios de comunicación por el trato y por la repercusión del club, algo en lo que son “afortunados”. “Seguiré yendo al Palacio y me seguiréis viendo”, ha finalizado, entre el aplauso de todos los presentes.

Preguntado por esa andadura en Huesca, con dos etapas diferentes, la segunda cuando incluso había dejado el balonmano, ha respondido que las cosas se dieron así. “Es un proceso sobrevenido, no planeado. Vine siendo un crío, con 20 años, e hicimos grandes temporadas, y el equipo creció. Primero en Primera Nacional, y tras ascender en División de Honor B. El equipo se asentó. Después estuve dos años en Santander y cuando volví, logramos subir a Asobal y el club siguió creciendo. Se ha avanzado, temporada a temporada, hasta la mejor temoprada de la historia del club cuando jugamos la Copa del Rey y la Copa Asobal y nos clasificamos para Europa. Desde ahí ha sido una lucha constante por conseguir algo similar, y se ha demostrado lo difícil que es. Ahora el club está bien asentado y este año, con la temporada anómala, ha sido un lapsus, porque seguro que el club va a volver al nivel de los últimos años”.

Ha tenido diferentes entrenadores como Toni Busto, Senosiain o Nolasco, y ha señalado que “cada uno con su carácter, intenté siempre sacar lo bueno que me aportaba cada uno. Te quedas con lo positivo”.

Llegó hace casi dos décadas como un lateral goleador, y termina como un pilar defensivo, una evolución marcada también por el físico. “Te vas adaptando al rol, y las lesiones también van marcando un poco el camino y modifican las cosas. He intentado siempre adaptarme a la situación del equipo y personal y ha salido así”.

El presidente, por último, también ha querido dejar claro que se plantean algún tipo de homenaje cuando se pueda. “Queremos hacer algunas cosas de despedida, sobre todo para ver si lloraba – ha bromeado -, y no lo descartamos. Queremos más adelante hacerle un homenaje más multitudinario, sobre todo con la afición”.

Y por último, como sorpresa, sus hasta hoy compañeros de equipo quisieron tener un detalle con él y le obsequiaron con un cuadro con un montaje fotográfico del lateral durante su trayectoria en el club.