Fútbol

FÚTBOL - TERCERA DIVISIÓN

El Sabiñánigo perdona y se acaba hundiendo

Los serrableses suman su cuarta derrota seguida y caen a puestos de descenso

El Sabiñánigo perdona y se acaba hundiendo
El Sabiñánigo perdona y se acaba hundiendo
A.A.

SABIÑÁNIGO 0

CALAMOCHA 3

Sabiñánigo: Fran Navarro, Auría (Monge, minuto 71), Laguarta, Casero, Richy, Israel, Berdún, Osanz, Marqués, Ibra y Burgui (Barba,. minuto 60).

Calamocha: Guille, Utrilla, Mele, Obere, Ripollés, Bellido (Lanzuela, minuto 46), Alberto (Sancho, minuto 63), Cotoño (Rute, minuto 78), Zumeta, Ros y Matar.

Goles: 0-1 Minuto 68: Cotoño. 0-2 Minuto 86: Lanzuela. 0-3 Minuto 93: Zumeta.

Árbitro: Monterrubio. Amarillas a los locales Auría y Richy, a los visitante Mele, Cotoño y Zumeta. Expulsó a los segundos entrenadores de ambos equipos.

SABIÑÁNIGO.- El Sabiñánigo volvió a mostrar su cara más negativa y su desacierto total, como dice su técnico, Óscar Tiberio, tanto cuando le meten goles como cuando tienen la ocasión y no saben acertar. De oportunidades no se pueden quejar los serrableses porque tuvieron mil y una, pero cuando el balón está negado, no quiere entrar,

A los dos minutos pudo adelantarse el Sabiñánigo en una salida pletórica con un centro de Osanz y Laguarta, que sólo tenía que tocar el esférico, no lo hizo. Las llegadas del Sabi, no muchas pero con profundidad, ante un rival que no llegó con peligro en toda la primera parte, fueron perdonadas, pero los locales pudieron haberse adelantado hasta tres veces. La primera, la ya mencionada; luego, un gran remate de Osanz que el portero se encontró en el centro, y una falta botada por Berdún a la escuadra que Guille, a mano cambiada, sacó con un paradón extraordinario.

El Sabiñánigo se marchó al descanso como si le faltara algo porque tuvo ocasiones para marcar y no hubo forma, mientras el Calamocha seguía con su objetivo de no encajar.

La segunda parte empezó parecida, con dominio y llegadas locales, pero el balón se negó a entrar en cada oportunidad. En el 55 la tuvo Berdún, pero su disparo se fue junto al poste tras pasar por una nube de jugadores. Y así hasta que llegó el primer tanto visitante, en una falta insulsa, a unos diez metros del área. La barrera y Fran Navarro no estuvieron en condiciones de parar el balón, que se coló por el palo largo. Un gol que se podía haber salvado, pero el Sabiñánigo encajó de nuevo con facilidad. Pese a todo, los locales sacaron fuerzas de flaqueza y más ocasiones: Osanz fuera por poco, Berdún con disparo cruzado fuera por poco también, acercamientos de Barba que no llegan a puerta... y así una y otra vez.

El equipo se fue minando, la moral caía y en el 86, en una jugada tonta de la defensa serrablesa, el esférico entró en la portería llorando, sin que nadie la empujara, apareciendo esa rabia de no poder hacer nada y sentirse impotente ante un partido que había que ganar y que era imposible.

El Sabi bajó los brazos. El Calamocha se presentó con tres hombres ante Fran Navarro y la echaron fuera, y el tercero llegó en el añadido con un campo apagado y llevado por la angustia del encuentro.