SD Huesca

FÚTBOL - HUESCA-REAL BETIS

Huesca-Real Betis: Remontada de épica y magia

El conjunto azulgrana logra una victoria histórica ante los andaluces que alimenta sus esperanzas

Huesca-Real Betis: Remontada de épica y magia
Huesca-Real Betis: Remontada de épica y magia
EFE

HUESCA, 2

REAL BETIS, 1

SD Huesca: Huesca: Santamaría; Akapo, Exteita ("Chimy" Ávila, min.59), Insua, Pulido; Rivera; Miramón, Moi Gómez, Melero (Gallar, min.66), Ferreiro; y "Cucho" Hernández (Sastre, min.85).

1 - Real Betis: Pau López; Mandi, Bartra, Feddal; Francis (Joaquín, min.81), Javi García (Guardado, min.59), William Carvalho, Canales, Tello; Sanabria y Loren (Lo Celso, min.59).

Goles: 0-1. min.55: Sanabria; 1-1. min.74: Ferreiro; 2-1. min.79: Rivera.

Arbitro: De Burgos Bengoetxea (Comité Vasco). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Etxeita, Moi Gómez y "Cucho" Hernández y a los visitantes Javi García y Francis.

Incidencias: partido correspondiente a decimoctava jornada de Liga disputado en el estadio de El Alcoraz de Huesca ante 6.135 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Maria Luisa Laliena, madre del presidente y del delegado del Huesca, Agustín y Luismi Lasaosa, respectivamente.

HUESCA.- Una remontada épica en una noche envuelta de magia. Llegó la primera victoria del Huesca en El Alcoraz en la máxima categoría. Tanto se resistía y tan cruel había sido el destino de los azulgranas en jornadas anteriores que algún día tenía que llegar. Casi se podría decir que fue un triunfo que cayó por su propio peso y en el partido que menos ocasiones ha tenido de toda esa retahíla de desdichas que no hacían justicia al fútbol desplegado por los de Francisco.

LA VICTORIA ANTE EL BETIS, EN IMÁGENES

Bienvenida sea la victoria después de un partido en el que se combinaron pasión y emoción, tensión e intensidad y una especie de locura colectiva en grado superlativo a medida que el coraje del Huesca sirvió para levantar el gol del Betis, que parecía una losa de muchas toneladas.

Pero el equipo azulgrana volvió a demostrar que está contagiado del "sí se puede" que coreó la afición por momentos y al final del partido. No rebló, fue valiente y su tesón le dio el premio que otras tardes se le había negado y que habían sido tan amargas.

Francisco puso un 4-1-4-1 en el que Akapo y Pulido ocupaban los laterales y Etxeita e Insua s mantenían en el eje. Con Rivera por delante de esa primera línea, escoltaba a Miramón y Ferreiro en los extremos y Melero y Moi en el interior y por delante quedaba Cucho. Velocidad y apoyo defensivo con Miramón por delante de Akapo en una posición en la que en otros equipos ya se desenvolvía.

Con este dispositivo uno de los propósitos que tuvo el Huesca fue apretar las tuercas al Betis en su filosofía de jugar el balón desde atrás, algo que hizo casi al límite. Y eso le pudo costar algún disgusto porque la presión de los azulgranas propició más de un sobresalto.

Eso sí, cuando el esférico llegaba a Canales, un derroche de calidad digno de admiración después de haber superado las graves lesiones que ha tenido, y de William Carvalho, un portento físico que ejercía de pulmón entre los suyos.

Aunque el balón lo tuvo más tiempo el Betis, el Huesca se mostró más incisivo e intenso en su objetivo de empujar y de echar toda la carne en el asador en busca del gol. El Huesca lo intentó por tierra, mar y aire. Insistió mucho por los dos costados.

Con las incorporaciones de Akapo y Miramón por la derecha y con Ferreiro por la izquierda, Melero y Moi aparecían para apoyar y a su vez encontraban un buen pulmón en Rivera desde atrás. Con todo, si el Betis parecía más dueño del balón, el Huesca era más directo en sus acometidas.

Tuvo momentos de verdadero acoso, pero unas veces por la precipitación y otras por la falta de definición, nunca se encontró ese pelín de acierto para rematar las jugadas. Lo intentó primero Miramón, que tras una buena jugada por la derecha tiró demasiado fácil para que detuviera Pau.

Luego lo fue Ferreiro, desde la izquierda, el que puso un centro al segundo palo donde Bartra se anticipó a Miramón. En una contra, Cucho tuvo una galopada en la que perdió el balón tras forcejear con Feddal. De nuevo, ahora desde fuera del área, probó Miramón, pero con un disparo flojo.

A continuación llegó un centro de Cucho desde la izquierda que Melero dejó pasar sin que Miramón llegara por los pelos para machacar. En medio de esta ofensiva azulgrana el Betis, agobiado, tampoco encontró soluciones con el cambio de sus bandas, pasando Tello a la derecha y Francis a la izquierda.

Y poco antes del descanso, la última intentona oscense en una asistencia de Cucho a Ferreiro y tiro enroscado del gallego que detuvo sin problemas Pau.Un primer tiempo sin que el marcador se moviera pero con esa sensación de que el Huesca siempre estuvo más cerca del gol pero sin haber sabido concretar sus ataques.

El segundo tiempo empezó con el jarro de agua fría que supuso el penalti de Etxeita a Tello, que cayó cuando intentaba el recorte. Una caída aparatosa, pero diminuta, que al menos debió merecer la consideración de ser analizada por el VAR.

Pero el Huesca es presa fácil en esta tierra de gigantes, tanto como arbitrarle con un criterio que uno ya no sabe si es sibilino pero que seguro tiene pinta de ser desigual porque no se miden del mismo modo unas faltas y otras.

Sanabria tiró el penalti, Santamaría llegó a tocar el balón pero acabó dentro y el Betis se adelantó.

El Huesca malogró una ocasión de oro cuando Miramón tiró, despejó Pau y Cucho mandó fuera. El Betis puso más pólvora en el campo con ganas de sentenciar. Lo Celso y Guardado entraron en acción y en el Huesca lo hizo Chimy por Etxeita y se rehizo la defensa con Miramón y Akapo a derecha e izquierda y Pulido en el eje.

Y luego entró Gallar por Melero. El Betis tuvo una para matar el partido pero Tello estuvo mal y la zaga bien. Hasta que el Huesca encontró cinco minutos mágicos para voltear el partido.

Gallar le puso un balón de oro a Ferreiro, que remató en plancha, de cabeza y con el alma, para empatar.

Y en plena crecida, Gallar sacó una falta, despejó un defensa de cabeza y sin dejarla botar Rivera voleó a la red.

Se desató la locura en El Alcoraz. Se alargó la tensión hasta el 93 pero el Huesca esta vez estuvo impenetrable y guardó el tesoroi que tenía en su poder. Fiesta y esperanza.