SD Huesca

FÚTBOL - SEGUNDA DIVISIÓN

Visión periférica

Visión periférica
Visión periférica
Gofi

Una de las cualidades que nos han de alumbrar es la curiosidad. La capacidad de captar no sólo lo que se nos coloca delante de las narices, sino también apreciar el entorno. El ojo avizor. Justo encima de este comentario, se sitúan los resultados y clasificaciones. Ni uno sólo de los marcadores ha superado el gol de ventaja para el triunfador, lo que significa que la igualdad es extraordinaria y que quien piense que el camino va a ser avasallador ya puede ir trasladándose al mundo de Carolina Martín y Marc Márquez.

"Es la Segunda, estúpido", paralelismo con la apelación a la economía de James Carville sobre el que se cimentó el triunfo de Bill Clinton. Para vencer, hay que ser conscientes de la atmósfera, del ambiente, de las posibilidades propias, de las carencias y virtudes, del acecho de los rivales y de la aplicación con esa humildad que hace dos años nos elevó hasta lo difícilmente soñado.

Ser observador también favorece la reflexión sobre las etapas que nos han conducido hasta aquí. Hace una semana, decía que estamos en pretemporada en pleno calendario liguero. Es rigurosamente cierto. Incluso todavía. El verano ha sido tediosamente molesto. Como dice algún directivo del club, nos robaron la ilusión, pero es que de paso las trincheras se agolparon para que el periodo normal de contratación se demorara, entre la avidez de jugadores y agentes y las rigideces de un mercado difícil. No somos los únicos, pero esta campaña la parimos bajo la intensa presión de la madre de todos los males.

Entendamos, pues, que es razonable el estado físico, las caídas de ritmo en las segundas partes y las rogativas a san Álvaro el de las manoplas milagrosas. Expresemos nuestras preferencias -yo quiero ver a Cristo de nueve, por ver si es la salvación-, pero mantengamos la fe porque hay que trillar la tierra antes de alcanzar el cielo. Salvo que alguien tenga mejor solución. Hay mimbres y poco a poco se van ensamblando.