SD Huesca

DERBI ARAGONÉS

El derbi dejó un fantástico ambiente en El Alcoraz a la espera de que se repita en Primera

Destacó la lucha de "igual a igual" sobre el terreno de juego

El derbi dejó un fantástico ambiente en El Alcoraz a la espera de que se repita en Primera
El derbi dejó un fantástico ambiente en El Alcoraz a la espera de que se repita en Primera
R.G.

HUESCA.- Quien esto suscribe se tiene que poner en modo nostálgico después de lo que nos está deparando la historia moderna del Huesca. En la "edad media" azulgrana, por no tan lejana, uno recuerda aquellos duelos de los azulgranas en Gelsa, Luceni o Monzalbarba (este último fue durante años un "clásico" en Tercera), donde había que morder el polvo. Por no ir más allá y a aquellos duros y eléctricos enfrentamientos en el barro de Utrillas, Escatrón y compañía donde pasaba el balón pero no la pierna.

El salto a Segunda nos trajo unos primeros duelos que se asemejaban, como los anteriores, a los de David contra Goliat por la evidente superioridad y objetivos del Huesca y el Zaragoza. Pero en las dos últimas confrontaciones, la del año del ascenso y la de la temporada en curso, sitúa a los dos equipos aragoneses en la pelea por alcanzar la cima. El Huesca ya no tiene que recurrir al tirachinas para derribar al gigante, que eso es el Zaragoza por todo lo que le rodea. Y allí está la clave que encierran esas líneas, la lucha de "igual a igual" sobre el terreno de juego, en el once contra once. El club azulgrana, por su gestión modélica, ha disfrutado de esas vistas de Primera y quiere volver a ese paisaje. Está bien situado y tiene la exigencia y la presión de mantenerse arriba con el cuarto presupuesto, sin olvidar que subió también con el cuarto, pero entonces fue el cuarto más bajo. Y el Zaragoza tiene condiciones y un enorme respaldo social para estar a la altura, como ahora mismo, solo un par de puntos por detrás.

Ni el Huesca debe presumir de mirar a su rival por el retrovisor ni venirse arriba por ganar este domingo, ni en Zaragoza deben montar la de Dios es Cristo por haber perdido en El Alcoraz. Hace unos años en Zaragoza hubo quien se jactó de que "ya está cada uno donde tiene que estar" por haber ganado el Zaragoza en Huesca y aquello fue una maldición porque el Huesca jugó la promoción y el Zaragoza se hundió en la miseria. Uno barrunta que los dos equipos pueden, en efecto, verse las caras en la máxima categoría la próxima campaña. Ahora mismo pueden lucir con orgullo la lucha de Goliat contra Goliat. Son dos gigantes.