SD Huesca

FÚTBOL - SEGUNDA DIVISIÓN

El Huesca, dentro del laberinto

El Huesca, dentro del laberinto
El Huesca, dentro del laberinto
V.L.

Un majestuoso arco iris coronaba el feudo azulgrana mediado el partido. Una curva polícroma que rasgaba el cielo repleto de nubes, preámbulo del inicio de una emocionante segunda vuelta. El colorido espectáculo natural, contrastaba con el sentir monocromo del deporte rey. Incierto lugar donde no existen los matices ni el termino medio, en el que se transita del blanco al negro en función del resultado de turno. Anteayer éramos el equipo a seguir, ayer un equipo cuestionado y mediocre, hoy volvemos a ser una referencia, mañana...

El budismo dice que la virtud reside siempre en el camino medio, en la mesura y el equilibrio para huir de los extremos. En el territorio del balón estos conceptos no existen. Cabalgamos en una vertiginosa montaña rusa entre cumbres y depresiones. Calientes aún los rescoldos del derbi, con el termómetro de la ilusión por las nubes, nadie se acuerda de ese verano negro en donde reinaba la incertidumbre, los fichajes no llegaban y la única opción era la permanencia. Posteriormente, se construyó un equipo fantástico, una selección de segunda decían, que desplegó un fútbol maravilloso las primeras jornadas, generando admiración y respeto en los rivales. En los últimos días, tras dos partidos sin ganar, algunos pedían la cabeza del entrenador y cuestionaban la confección de la plantilla. Hoy, terceros y a un punto del ascenso directo, se vuelve a ver el horizonte despejado, mientras nos empuja el cierzo por la popa.

El 2019 se desvanece, se acaba el año en que nos caímos del olimpo futbolístico, los aplausos de agradecimiento mientras descendíamos. La añada que conocimos los bajos fondos del fútbol, las tramas, los sumarios "secretos", las portadas sensacionalistas. Un periodo que nos debe hacer reflexionar para salir reforzados y encarar la senda del futuro con firmeza y determinación. Cuando pierdes, no debes fijarte en aquello que has perdido, sino en lo que nos queda por ganar.

En este laberinto ambiguo y complejo que es el fútbol, nos espera una segunda vuelta para soñar con el regreso al Edén. Partidos para disfrutar en la parte noble de la categoría de plata y una primavera trompetera donde se decidirá quiénes son los elegidos. Volverán los momentos duros, los baches y las cumbres, pero estoy convencido de que, en la recta final, en el momento clave, seguiremos residiendo en las posiciones de privilegio, las que abren la puerta de la liga de las estrellas.

Siguiendo los preceptos de John Gregory, futbolista inglés de los 70, cuando exponía que "los delanteros ganan partidos pero los defensas ganan campeonatos", afrontamos la segunda fase de la competición como una de las escuadras menos goleadas. Con la asignatura pendiente del gol, y con el mercado invernal a la vuelta de la esquina, esperamos la llegada de algún refuerzo en el ataque que ponga la guinda de un excelente plantel.

Entretanto, El Alcoraz sigue su maravillosa metamorfosis que lo ha convertido en un emblema de la ciudad. Un coliseo moderno y agradable del que el club y los oscenses nos podemos sentir muy orgullosos. La grandeza de un estadio no reside en el tamaño sino en la fuerza y la pasión que transmite, en ese magnetismo que cautiva y genera ilusión cuando vibra con su equipo.

Como la gratitud en silencio no sirve a nadie, muchas gracias por tanto S.D. Huesca porque, como dijo el gran Rafa Nadal, "la gloria no consiste en ganar siempre, sino en disfrutar del camino, entrenando, esforzándose al máximo e intentando superarte a ti mismo. La gloria significa ser feliz". Pues eso, disfruten de estos días. Felices Fiestas.

SERGIO BERNUÉS

Empresario, consultor, conferenciante y profesor de Marketing.

Autor de "El penalti de Panenka. Una parábola de Marketing, Innovación y Personas""