SD Huesca

ANÁLISIS

Metáfora de un país

Metáfora de un país
Metáfora de un país
GOFI

HUESCA.- Cuando el comentarista televisivo resumió el Huesca-Cádiz, disipó todas las dudas sobre el titular de esta columna. Conforme avanzaba la insulsa segunda mitad tras la decepcionante primera, pensaba en la escuela que ha creado el Getafe con émulos pequeñitos, los recuerdos del pasado, la atribución de mi amigo Sergio Bernués a la cuenta de resultados de la verdad definitiva en los negocios... Pero el narrador, con su aseveración de que el Cádiz había sido merecedor de la victoria, me recordó en qué país vivimos. Esto es, en el que en la escena pública lo de menos es el mérito, que es más rentable el oportunismo. Que da igual la preparación si, al final, los escrutinios favorecen. Que la creatividad queda a expensas de la fealdad caníbal. Que ni la ética ni la estética son capaces de imponerse a la picaresca. Que, al final, el relato se adapta camaleónicamente a los guarismos finales, sin importar cuanto acaece en el camino.

El Huesca-Cádiz fue la metáfora. Obviamente, pongamos la distancia adecuada para no perder el sentido de lo que hablamos, que, al final, sólo (o ni más ni menos) es fútbol.

Un amigo creyó ver un "dejà vu" de los momentos amargos de la pasada temporada. Y otro esgrimía que estamos en la jornada 2. Y otro que es del Cádiz, que el año pasado sacó cuatro puntos al Huesca con escuálidos mimbres.

Y, sinceramente, todas las impresiones las vivió este escribano durante el partido. En realidad, el castillo de naipes creado por la ilusión de cerámica de una semana antes cayó con la pifia de Andrés Fernández que regaló el cuero a Negredo. El calcetín de Villarreal se volvía en sentido totalmente contrario, pese a la ilusión por Siovas o por Borja García. En el estilo de la casa Sánchez, el Huesca fue un abusón que no dejaba el balón al otro niño, dolido por el zarpazo, pero incapaz de replicarle con un guantazo en forma de gol. El Cádiz, sin nada, 0-1.

Y, en la segunda mitad, llegó la sorpresa en forma de estímulo. Incomprensibles algunos cambios, estupefacientes algunas incorporaciones, desconcertante la ineficiencia. Ni sirve la excusa del mal Soto Grande o el VAR.

Hay que cambiar este Huesca. El país va por su lado.