SD Huesca

COLABORACIÓN

"Tú calla, que no has pagado"

"Tú calla, que no has pagado"
"Tú calla, que no has pagado"
S.E.

No sé si sucede lo mismo en otras latitudes, pero desde que tengo uso de razón en El Alcoraz estamos más entrenadores que espectadores. Recuerdo las míticas verjas grises como único filtro entre los furiosos gritos del (supuestamente) respetable y el técnico de turno e incluso cómo se incidía todavía más en la crítica si el responsable de la disposición táctica era un villano local.

En una de éstas, mimetizado con la masa enfurecida de la gélida grada de cemento, me vine yo arriba y lancé una crítica al viento. "Tú calla, que no has pagado", me cortó en seco un anciano señor que devoraba un puro a mordiscos. Eran otros tiempos. El bar vendía más carajillos que pipas y a través de unas ventanillas que había en la pared trasera de Preferencia podías escuchar el sonido de los tacos en los vestuarios. Aunque vistieran como la Alemania de Lothar Mathäus (qué preciosa camiseta esa del Mallén), los rivales que en buena lid podían pintarnos la cara, eran modestos equipos de Tercera División. Como nosotros.

Hoy la SD Huesca está en Primera División. De ese Alcoraz codificado con verjas apenas queda el frío y la Covid-19 ha digitalizado los exabruptos llevándolos al ámbito de las redes sociales. Y es que no hay pandemia que pueda aplacar nuestros vastos conocimientos técnicos. Da igual que no veamos el desempeño semanal de los futbolistas, que no formemos parte de ese ente sacro llamado vestuario y que -en algunos casos en los que me incluyo- jamás hayamos recibido formación alguna en ámbito futbolístico: Basta una pantalla con conexión a Internet para sentirnos omnipotentes "mánagers" (lo de entrenador se nos queda corto) y emitir juicios sumarísimos sobre el trabajo ajeno con vitola de verdad absoluta.

No seré yo, bocachancla omnicanal (filósofo de masas, me llamaron una vez), quien niegue el derecho a que cada cual exprese su opinión pero sí creo que debemos alejar la nariz de la pantalla y aprender a ponderar adecuadamente la información que convive en la atmósfera digital. Tener muchos seguidores o recibir muchas ciberpalmadas en la espalda no te otorga necesariamente algo que sólo el tiempo da: la razón.

Hace exactamente un año, el equipo que luego terminaría la Liga ascendiendo como campeón perdió en casa 0-2 frente al Rayo Vallecano. Llegué a leer, más de uno lo recordará, que el entrenador se había dejado ganar por su ex equipo. Claro que hoy nos parece descabellada esa teoría pero, en aquel momento hizo daño y mucho, como obviamente duele (los humanos no somos de piedra) cualquier descalificación contra la profesionalidad de un trabajador (ya sea entrenador, futbolista, periodista o ingeniero).

Ocho puntos son pocos, sí. No digamos cero victorias. Pero no olvidemos que el Huesca ha perdido tantos partidos como el FC Barcelona o el Sevilla y uno menos que el Real Madrid. Pocos equipos nos han pasado por encima (tres, me atrevería a decir), aunque no es menos cierto que en varios de los empates logrados hemos pasado más tiempo del permisible a merced del rival.

La visita del Deportivo Alavés este sábado nos brinda una nueva oportunidad para que los tres puntos en liza se queden en el Alcoraz. Tratemos de dar todos (directiva, plantilla, cuerpo técnico, prensa y afición) lo máximo para ayudar a conseguir el objetivo, respetando el trabajo de los demás como nos gusta que respeten el nuestro.