SD Huesca

SEGUNDA DIVISIÓN

Pedro Ibaibarriaga: “La humildad debe ser de todos”

Ex futbolista y consejero, es el único “superviviente” del proyecto que surgió en el Huesca en 2006

Pedro Ibaibarriaga, en las gradas de El Alcoraz.
Pedro Ibaibarriaga, en las gradas de El Alcoraz.
SD HUESCA

Pedro Ibaibarriaga es el único “superviviente” del proyecto que emprendió el Huesca en el año 2006 en el actual Consejo de Administración de la SD Huesca tras la salida de Petón. Ha vivido una temporada con cientos de kilómetros siguiendo al primer equipo azulgrana, al filial y al juvenil de manera especial, aunque se ha asomado a numerosos encuentros del fútbol base y también del femenino en cuanto ha podido. Seguro que, entre todo el órgano directivo, es el que más se ha empapado del Huesca. Es un gran analista y sabe medir sus palabras.

Empieza la conversación sobre el primer equipo y su diagnóstico. “El inicio fue muy esperanzador en los primeros partidos. Ante el cierre del mercado, muchos pensaron que podíamos aguantar bien. Pero se vio que la plantilla era corta, que empezábamos sin centrales, y se demostró que así era”.

La mochila ya pesaba cuando se marcaron los objetivos. “Empezar con expectativas tan altas es perjudicial por una presión al jugador que es difícil de llevar. En cuanto llega un resultado malo, entran las dudas”.

Se venía de un año duro por la falta de público en los campos y sin que los aficionados hubiesen podido disfrutar de la Primera División. “Había muchas ganas y las expectativas eran muy altas por parte de todos. Esa responsabilidad, cuando las cosas no salen, se acrecienta”.

Recuerda que “cuando subimos por segunda vez a Primera, con Míchel, se hizo una plantilla amplia y compensada. Esa fue la clave del ascenso. Esta vez no sucedió lo mismo porque el nivel competitivo de la plantilla no fue igual. Bajamos con dinero, pero teníamos una masa salarial con una plantilla de Primera y aguantar el máximo número de jugadores te corta. Ya arrastrábamos unas fichas altas y cuando las cosas se tuercen todavía es más difícil”.

El discurrir de la temporada obligó a la destitución de Ambriz. “No sé si hubo precipitación o no. Cuando se tomó esa decisión se intentó actuar rápido. Al final el resultado es el que hemos visto todos. El equipo no ha transmitido nada a la afición. Lo sucedido es para no olvidar y analizarlo profundamente”.

La reforma de la estructura del club

Ahora el Huesca se enfrenta a un doble reto, recuperar la ilusión de la afición y armar un equipo competitivo con menos recursos económicos. “Hemos tenido un final de temporada bastante duro. Han sido muchas reuniones y se ha reformado la estructura del club para atajar todos los problemas que hemos sufrido anteriormente. Era necesario dar un cambio. Y ese trabajo se ha iniciado con buen pie porque hemos acertado con la elección del director deportivo y el entrenador”.

Con Ángel Martín González y Cuco Ziganda “se buscaba traer personas con experiencia y saber hacer y con un plan a largo plazo para darles tiempo a trabajar. También es necesario para el proyecto de la Base Aragonesa porque si no salen jugadores de la casa, las dificultades serán mayores para un club como el Huesca”.

Entiende Pedro que estas llegadas “nos van a ayudar mucho para dar esa estabilidad que es muy necesaria para progresar, lo que transmiten los dos es que las limitaciones económicas no son óbice para competir con cualquiera”. Y se respeta sin fisuras su trabajo, “ya dijo que el entrenador lo elegía él, como así ha sido, y también todas las decisiones de su parcela”.

Señala que con la irregular marcha que llevó el equipo este último curso, “el ambiente se había enrarecido”, de ahí la necesidad de “empezar de cero”, si bien valora la labor de Rubén García. “Ha sido trabajador y cercano, subimos a Primera con él y demostró que sabe hacer su labor”, lo mismo que el secretario técnico, Ramón Tejada, del que destaca que siempre ha sido un buen respaldo a la dirección deportiva y va a continuar.

Se habla de valores y de humildad, y en este apartado Pedro apunta a todas las direcciones. “La humildad la debemos tener siempre todos. Desde dentro del club y también la afición tiene que entender que somos una entidad modesta. Si por haber estado en Primera nos pensamos que eso es una obligación, es perjudicial. La humildad es cosa de todos y tiene que ser una esencia común. Los grandes ya se encargan de proclamar sus grandezas”, afirma.

Comparte la opinión que dio el director de cantera, Ismael Arilla, que valoró la progresión de los jugadores del filial pese a que los resultados le condenaron al descenso. “Cuanto más se trabaja, más fácil es que salgan jugadores. En los últimos partidos entraron varios en las convocatorias y antes ya habían debutado algunos. Es evidente que no todos llegan, pero hay materia prima. Tenemos la progresión de jugadores como Manu Rico, Kevin, Anglada, Euse o Pol Prats, por citar unos ejemplos. En los viajes, todos los rivales del Huesca B destacaban que era el que mejor juego hacía. Y estoy de acuerdo con Isma en que, pese al descenso, todos los jugadores han mejorado. Y a eso tambien ha ayudado el que muchos han podido entrenar con la primera plantilla”, indica, para añadir que “desde abajo, con cadetes e infantiles, se está progresando mucho. Cuantos más medios se pongan, mejores resultados habrá. Y estos últimos ascensos de los juveniles demuestran que nuestros equipos compiten a buen nivel con cualquiera”.

El consejero y ex futbolista observa también que no todo depende del dinero. “Lo estamos viendo todos los años. Quién apostaba por el Huesca cuando ascendimos hace cuatro temporadas con uno de los presupuestos más bajos. Esta última campaña la Ponferradina ha estado peleando hasta el final. Siempre aparece un equipo que no cuenta y se mete con opciones. Hay que acertar tanto en la dirección como en los mimbres y trabajar todos juntos, porque aquí hacen faltan todos”.

“La trayectoria del club demuestra que aquí todos son necesarios”

Pedro Ibaibarriaga, riojano, llegó a Huesca para estudiar en la Universidad Laboral. Jugó en el Sangarrén, pasó al Lamusa y de ahí al Huesca, con el que debutó con su larga melena en la temporada 73-74 cuando tenía 20 años. El equipo estaba en Regional Preferente (la única campaña en esta categoría en el último medio siglo) “y de allí hacia arriba”.

Después de ocho campañas de azulgrana, el central se fue al Sabiñánigo, donde permaneció cinco temporadas (con una fase de ascenso) y después otros tres años en el Peralta (con el ascenso a Tercera División). Hasta su regreso al Huesca, pero en tareas directivas.

“La trayectoria del club ha demostrado que aquí hacen falta todos y que todos son necesarios. Hace 16 años, cuando Agustín y Petón, junto con Armando Borraz y los veteranos dimos el paso adelante, veíamos que la marcha del Huesca era muy complicada. Jesús Viñuales, con el esfuerzo personal y económico, ya llevaba mucho desgaste y veía que era difícil progresar, y entramos con la idea de echar una mano por la experiencia que teníamos en el fútbol”.

Y en esa entrada destaca que “los dos primeros años fueron claves, con los veteranos muy metidos”. Como jugadores habían vivido épocas duras y aplicaron su experiencia “desde el punto de vista del futbolista, ofrecer lo que realmente se podía, tener el campo en condiciones, dotar del material necesario... esos pequeños detalles que desde fuera no parecen tener importancia pero que son los que al final marcan diferencias porque no se puede engañar a nadie”.

Con el paso del tiempo, señala Pedro, “el Huesca y Huesca como tal, hay que agradecer la implicación de toda la provincia. Da gozo y es una maravilla ver el apoyo de la gente que viene de todas partes, hay que mantenerlo y potenciarlo y favorecer la presencia de aficionados porque en la provincia somos pocos y nos necesitamos todos”.

Entiende la decisión de Petón de salir del consejo y centrar toda su energía en la Fundación Alcoraz. “Va a seguir trabajando para el club en la búsqueda de ingresos por otras vías que no sean las que proporcionan los derechos de televisión. Y está muy implicado en varios proyectos como el de la energía o el deporte de aventura, que nos permitirá seguir haciendo provincia. Y por supuesto el de la Base Aragonesa, que es clave para potenciar la cantera”.

Y por esa misma marcha de Petón entiende que en el Huesca, para seguir creciendo, “es totalmente necesario contar con el trabajo y la implicación de cuantos están en el club. El crecimiento que ha habido ha sido porque todos los departamentos que hay y la gente que trabaja en ellos son necesarios y hacen bien su labor