SD Huesca

segunda rfef femenina

El Huesca gana al Espanyol B con un golazo de Palo (1-0)

Segundo triunfo consecutivo en casa para las de Vero, que hicieron un partido serio

Laura Royo conduce un balón ante una jugadora del Espanyol
Laura Royo conduce un balón ante una jugadora del Espanyol
Javier Navarro

Huesca1

espanyol B0

Huesca: Nuria, Micó, Iris Arnas, Esther, Palo, Royo, Royo Sanjuán (Palomino, 64), Akane (Carol, 76), Moe (Ramírez, 64), Helena Vives y Yuki (Martina, 71).

Espanyol: Andrea, Ariadna, Aina, Xesca, Ennia (Nayara, 75), Ruth, Judith, Ylenia, Claudia, Cano y Lucía (Nora, 61).

Gol: 1-0 Minuto 59: Palo.

Árbitro: Denise Alvarado. Amarillas a Royo Sanjuán y las visitantes Aina e Ylenia.

Incidencias: Partido jugado en San Jorge con buen ambiente y luz artificial casi todo el encuentro.

El Huesca parece haberle cogido el aire a la categoría y este sábado ha sumado su segunda victoria seguida en casa y la tercera en cuatro partidos.

Eso sí, ha costado lo suyo batir a un filial perico que plantó mucha cara durante los 90 minutos.

La primera parte ha estado igualada y ambos conjuntos se han repartido las ocasiones. Akane y Yuki han tenido dos buenas ocasiones en la primera mitad, pero las mejores han sido visitantes. Nuria ha arreglado con una buena parada un mal saque y en una falta lejana del Espanyol el balón no entró por muy poco.

El partido en todo caso estaba muy cerrado, con los dos equipos bien plantados atrás y sin demasiadas ideas en la ofensiva.

Nada más empezar la segunda mitad Akane ha tenido el tanto con un remate en boca de gol, y un minuto después, penalti para las azulgranas que la propia Akane ha mandado fuera en unos minutos aciagos para la atacante japonesa.

El Huesca hacía méritos para adelantarse y en el 59 ha llegado el golazo de Palo. Balón parado, rechace largo y desde lejos la defensora ha enganchado un disparo tremendo que se ha colado por toda la escuadra.

El Huesca había hecho lo más difícil, y de ahí al final tuvo alguna ocasión, pero sobre todo ha tenido que aguantar las embestidas de las pericas, que tuvieron alguna ocasión, casi siempre bien resuelta por Nuria.