Hora de redimirse fuera de casa

La SD Huesca tiene la compleja pero necesaria tarea de redimirse tras los dos últimos tropiezos sufridos. Y debe hacerlo en un calendario corto a la par que exigente, con la visita al Real Valladolid como el primero de los últimos seis escollos para conseguir la anhelada permanencia en Segunda División.

Si algo ha demostrado el conjunto entrenado por Antonio Hidalgo desde su llegada al banquillo azulgrana es que sabe aguantar la presión que supone estar en una zona tan peligrosa como lo es la de descenso. Ahora, esas posiciones tan complejas las ve a tres puntos por encima, un colchón corto tras el conseguido hace unas semanas -llegó a estar a ocho- pero que le permite seguir dependiendo de sí mismo en este tramo final del campeonato.

Con todo en juego tanto por la zona alta como por la baja, el Huesca tiene como primera prueba de fuego el José Zorrilla, donde además le espera un Real Valladolid que llega lanzado a las últimas seis fechas. Sus resultados lo dicen todo, ya que el equipo entrenado por Paulo Pezzolano ha sumado cuatro victorias y un empate en los últimos cinco partidos disputados.

Los pucelanos gozan de una confianza y una moral por las nubes en estos momentos, aunque más por números que por el juego demostrado, lo que le ha llevado a estar a tan solo un punto de los puestos de ascenso directo con 61, los mismos que el Eibar que es segundo.

Sin olvidar que los azulgranas llegan casi con la obligación de puntuar ante el segundo mejor local de la categoría tras obtener 40 de los 61 puntos. El Valladolid no conoce la derrota en su feudo desde finales del mes de diciembre del año pasado, sumando de esta forma siete encuentros consecutivos a base de triunfos y empates que le han asentado en lo más alto de la tabla en estos momentos.

Un recuerdo amargo

El equipo de Hidalgo tampoco guarda un buen recuerdo del encuentro disputado en El Alcoraz durante la primera vuelta, en el cual cayó por 0-1 tras un penalti muy riguroso de Gerard Valentín que decidió el encuentro.

En el global, teniendo en cuenta todos los encuentros que ha disputado el Huesca en el José Zorrilla durante su presencia en el fútbol profesional, el balance tampoco es favorable. De las seis veces que ha jugado en el Zorrilla en la división de plata desde la temporada 2010/2011, el conjunto altoaragonés ganó en dos ocasiones y perdió en cuatro, mientras que en Primera División registró una victoria y una derrota.

No cabe duda de que el Valladolid siempre ha sido un equipo difícil de batir para la SD Huesca. Algo que no parece que vaya a cambiar este próximo domingo, aunque el conjunto azulgrana deberá demostrar que está capacitado para revertir la compleja situación vivida durante las últimas dos semanas y, sobre todo, hallar la manera de volver a ser un equipo sólido y fiable para conseguir puntuar en uno de los estadios más duros de toda la Segunda División.Un recuerdo amargo para conseguir puntuar en uno de los estadios más duros de toda la Segunda División.

La necesidad vuelve a ser máxima para un Huesca al que cada punto que consiga le va a ser de gran utilidad para lograr la salvación.