Huesca

ENTREVISTA

Javier Martínez: "Midamos lo que midamos, veamos lo que veamos, hay una desaceleración clara"

Explicará en la jornada de ESIC del día 29 las perspectivas e incidirá en que "la formación continua no es sólo buena, es imprescindible"

Javier Martínez: "Midamos lo que midamos, veamos lo que veamos, hay una desaceleración clara"
Javier Martínez: "Midamos lo que midamos, veamos lo que veamos, hay una desaceleración clara"
S.E.

HUESCA.- Javier Martínez Suárez, director de la compañía Alantra, ofrecerá la conferencia "Perspectivas Económicas 2020" en la jornada de ESIC "Impulsando tu talento", el próximo miércoles, día 29, en la Cámara de Comercio e Industria de Huesca. El prestigioso economista sabiñaniguense expondrá los detalles de la actual coyuntura e incidirá en la importancia de la formación como vector competitivo para Aragón y España.

¿Cuáles son, precisamente, las perspectivas económícas 2020 en España y en Aragón?

Sin tener la bola del futuro, midamos lo que midamos, veamos lo que veamos, hay una desaceleración clara. Tú miras no sólo las ventas de las empresas, sino las perspectivas a futuro, las peticiones de crédito de las empresas o cualquier otro factor que se nos ocurra medir, y se aprecia que estamos en desaceleración. No significa que no crezcamos. Aragón, España y el mundo crecen, el mundo en un 3,3 %. Pero crecemos menos que el año pasado. Si todos estamos de acuerdo en que crecemos menos que el pasado y más del que viene, a partir de aquí podemos, más que hacer previsiones, poner medidas. En este momento electoral, lo que da miedo no es otra cuestión que el hecho de no sean conscientes de las cuentas. No ha habido ningún debate político en que se haya hablado de desaceleración. Y, para los ciudadanos, es una de las cosas más importantes.

Precisamente, este es uno de los meollos de la cuestión. Los indicadores macroeconómicos, al final, redundan en las rutinas del ciudadano.

Siempre pongo el mismo ejemplo y se sorprenden sobre todo los más jóvenes. La economía es mucho más importante de lo que nosotros pensamos, pero no por los grandes números de la gente que sabe mucho, sino porque nos afecta todos los meses. Muchos podemos dormir perfectamente sin saber cómo ha quedado el Huesca el domingo, aunque nos guste mucho. Sin embargo, no podemos vivir sin enterarnos de qué es lo que ha hecho la última reunión del BCE, que parece que es algo que no nos imputa. Pero, cuando llega a final de mes la hipoteca o el préstamo del coche, en ese momento vamos a enterarnos de si el BCE ha subido los tipos de interés o no. Si quisiéramos mañana cambiar de trabajo, sería interesante saber cómo está nuestro entorno, si hay desaceleración o no, si se está creando trabajo, si el sector de la comunicación tiene buenas perspectivas o no, si va a crecer la agricultura… Para cualquier decisión tonta que tomemos tú y yo hace falta entender y leer la economía en la prensa, algo que no hace falta en otros intereses. Pero, como no hacemos pedagogía, cuando llega la página de Economía la pasa. Y normalmente siempre está antes de los Deportes. Si la gente entendiese más lo que afectaría la economía, estaríamos mucho más atentos, exigiríamos a los políticos mucho más, gestionaríamos mejor y todo funcionaría mejor. Pero no lo entendemos y no lo sabemos explicar.

¿Cuáles van a ser esas repercusiones concretas e inquietantes a las que alude, y qué alternativas podemos contemplar?

Al final, lo que tienes que hacer es adaptarte a lo que hay. ¿En qué entorno nos encontramos? En desaceleración. Eso significa que no se van a crear empleos con la rapidez que se ha venido creando hasta ahora, que las empresas no van a contratar a tanta gente, porque no van a vender tanto, porque no van a producir tanto, y lo normal, como la economía es cíclica, es que dentro de dos o tres años podamos tener algún susto de que algún trimestre no crezcamos y suponga algún ajuste importante. Lo que tendríamos que hacer es, si somos conscientes de esto y es indiscutible porque todos los organismos coinciden, plantear que las medidas que se tendrían que poner ahora en marcha no son incrementar el gasto público, sino adecuar nuestra situación al entorno en el que nos movemos, que es de alegría porque crecer por encima del 2 % de España, ojalá estuviéramos muchos años, está bien pero no va a ser al 3 % prácticamente del año pasado.

El gran problema es que España tiene un cuerpo que se carga de "michelines" a costa de engordar las listas del desempleo.

El mejor año de crecimiento económico, 2007-2008, en que estábamos creciendo durante muchos años, la tasa de desempleo que llegó España era del 7,8 %. En un momento histórico en que crecemos por encima del 3 %, que se construía un montón y el sector inmobiliario es uno de los que más empleo demanda, nuestra tasa mínima fue esa. No comparo con la de EEUU de hoy, que es 3,6, pero cuando no llegamos al 5, que es lo que denominamos el pleno empleo, algo mal estamos haciendo. Generamos empleo lento pero, sobre todo, lo destruimos rápido. Y llega un momento en que, por determinadas circunstancias, no somos capaces de bajar más por debajo del 8 %. Echándole mucho sentido común, no hay que ser muy economista para deducir que algo en nuestro sistema de empleo falla, es poco flexible o lo que sea. A raíz de esta crisis y recuperación, también eso ha ido cambiando. En los años 2000, el inicio, teníamos que generar por encima del 3 % para creer empleo neto. Ahora, lo hacemos creciendo menos, nos hemos hecho más eficientes, ha incrementado la productividad. Pero, con todo, nuestro mercado laboral hace que seamos de los países con más paro de la OCDE con una actividad muy importante. Crecemos al 2,2 % este año.

Y, sin embargo, parece que no hemos aprendido demasiado la lección, que todavía producimos poco y que innovamos menos. Y, entonces, la recuperación viene de nuevo por el turismo o por la construcción.

El problema que hemos tenido este año es que hemos disfrutado tasas de turismo con visitantes históricos, con más de 80 millones que dejaban unas divisas muy importantes y que hace que de alguna manera enmascares tus problemas. El tema de la construcción va mejorando en los últimos años y es muy demandante de empleo, y eso hace que bajen mucho las tasas de desempleo y que nos relajemos porque ya estamos en camino. En un país como el nuestro no podemos pelear por producir algo que tenga un uso intensivo de mano de obra. La Opel llegó a Figueruelas porque éramos más baratos que otros sitios. Ahora, a duras penas. Ahí vamos todos los años con problemas, pero, si fuéramos a pelear por coste de mano de obra, todo el norte de África, el sudeste asiático, la Europa del Este son competencia de mucha calidad, que nos va a hacer abaratar cualquier producto que lleve mucha mano de obra. Tenemos que especializarnos e intentar hacer bien aquello en lo que creemos que podemos. Turismo lo hacemos muy bien, pero necesitamos sobre todo la parte de tecnología, que es donde seguiremos teniendo mucho valor añadido frente a países como China, India o todo el norte de África que todo lo que sea mucha mano de obra se lo van a llevar ellos. Siempre van a ser mucho más baratos. Cuando en Europa nos ponemos a vender, sólo el coste de las regulaciones en materia de medio ambiente hace que partamos un 20 % por encima del coste del mismo producto fabricado fuera de Europa. Tenemos que hacer cosas con mucho valor añadido, porque, si no, siempre vamos a estar peor desde la línea de salida y en la llegada.

LA FORMACIÓN, EL MAYOR FACTOR COMPETITIVO

En la jornada del día 29 de mayo de ESIC se va a poner en evidencia que la educación y la formación constituyen factores de competitividad imprescindibles para una economía sostenible.

Diferenciar lo urgente de lo importante. Con un matiz político, en cuatro años hay elecciones y, se solucionan los problemas con una subvención y una ayuda directa para que las cuentas salgan más atractivas. Luego está lo importante. Cómo generamos gente formada en aquellos sectores en los que debemos ser competitivos estando en Europa, con el Estado de Bienestar, con la juventud que tenemos, con la esperanza de vida, con el grave problema de las pensiones que alguna vez alguien tendrá que sentarse y hablarlo. Todo eso lo solucionaríamos con una formación importante desde la base. Cuando vemos cuáles son nuestros resultados en los indicadores de PISA o dónde están nuestras universidades en los ránquines de 500 mejores, nos quedamos con una cierta decepción. Si necesitamos un trabajo que no requiera uso de mano de obra intensiva porque tenemos mucha competencia, tiene que ser un campo especializado de calidad que no nos haga irnos de camareros. Para eso, hace falta un plan y un acuerdo de formación muy importante entre todos los grupos políticos empresariales, sindicatos, una FP Dual de calidad, una educación universitaria adaptada a las necesidades del mercado y las empresas… Eso es sentarse y trabajar mucho, y el resultado es a largo plazo. Lo importante es solucionar la educación. El otro día leía un dato de que los jóvenes entre 16 y 29 años tienen una de las tasas de fracaso escolar más altas. Significa que tenemos que romper esos argumentos de que tenemos una de las juventudes mejor formadas del mundo. Pues no. Tenemos muchos problemas que solucionar. Pero, mientras no seamos conscientes de que lo importante es esto, seguiremos teniendo problemas. Dentro de cuatro o cinco años, podremos hablar este mismo discurso porque hace 4 o 5 años ya lo podríamos haber hablado.

Yo oí decir a José Antonio Marina que, o cogemos el tren del aprendizaje, o nos convertiremos en el bar de copas de Europa. Curiosamente, las escuelas de negocios como ESIC van mucho más aventajadas que los niveles básicos.

La educación es un medio para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Con tantas leyes de educación de los últimos años, parece que es difícil que tengamos una línea educativa seria y clara para los siguientes veinte años, que sería lo que tendríamos que pensar. De momento, no tiene pinta. Los países anglosajones tienen más imbuido y claro el tema de la formación continua porque allí se suele cambiar de trabajo en una media de 5 años. Y eso significa que hace falta una formación y adaptación. Soy razonablemente optimista con la juventud. Doy clase a muchos jóvenes y probablemente sólo veo a los que tienen interés, pero siempre he peleado cuando se generaliza sobre la juventud, porque igual que cuando tú y yo éramos más jóvenes había de todo. Sí es cierto que cuando ves la calidad y, sobre todo, el número de alumnos que tienen escuelas de negocios como ESIC y otras españolas, que en los ránquines salen altas e incrementan el alumnado, la gente se da cuenta de que es importante seguir formándose. Soy optimista porque antes hablábamos de tecnología, entendida en cualquier empresa que antes se pensaba que era el departamento de los ordenadores o la empresa que los hacía, se ampliaba un poco con teléfonos, y hoy la tecnología en la empresa es todo. Desde los procedimientos a las relaciones con clientes y proveedores, la relación con los bancos, la aplicación del teléfono, compramos a través de Amazón o en la tienda de enfrente a través de la página web. Y esa relación que tenemos con la tecnología hace que tengamos que estar más actualizados. Creo que es con la misma intensidad de siempre pero mucho más rápidos los cambios. Cada vez nos damos cuenta de que tenemos que saber qué es esto de la tecnología y las redes sociales, los medios para comprar o movernos en el autobús. Eso hace que poco a poco vayamos entendiendo que esto de la formación continua no es bueno, es imprescindible. Hemos mejorado mucho y así lo dicen los números, pero falta una parte importante y es que nos demos cuenta de que tenemos que estar actualizados. Cada vez que se ve un sector afectado de manera esencial por algo, como ahora el carbón de Teruel, tiene que reestructurarse toda una zona. Eso cada vez lo vamos a ver más, nuestros puestos de trabajo se van a quedar antiguos antes. El otro decía César Alierta que los puestos de trabajo de nuestros jóvenes hoy no sabemos ni de qué son, porque todavía no existen. La formación es absolutamente imprescindible. Tenemos que estar al menos informados de qué está pasando.

La pregunta es si la evolución-revolución tecnológica inquieta cuando se dice que el 50 % de las profesiones a veinte años vista son hoy ignotas para todos.

Para mí es emocionante. Es una oportunidad siempre. La tecnología siempre lo ha sido. Cualquier oportunidad que haya supuesto algún cambio muy importante ha cambiado la realidad de puestos de trabajo. Una de las revoluciones más importantes fue la introducción de los ordenadores en el día a día. Pasamos de donde había un montón de gente haciendo cosas el ordenador lo hacía todo y sólo había una persona que tenía que manejarlo. Y eso cambió el formato de oferta de puestos de trabajo. Sigo pensando que todos los cambios y procesos y crisis son una oportunidad, y si esta predicción de César Alierta se cumple y no tiene por qué no al ritmo al que vamos, veo puestos de trabajo de la gente joven y a veces me cuesta entenderlo cuando ves a alguien haciendo juegos de teléfono y vive bien. Si hace unos años mi hijo me hubiera dicho que quería dedicarse a eso, le hubiera preguntado qué hace. Pero hoy es la realidad tal y como vamos. Es emocionante. No sabemos por dónde va. Tenemos que estar muy atentos si estamos muy formados en todo momento.

En una crisis, y más en el entorno en el que nos hallamos, recuerdo una adaptación de un adagio popular de Juan Luis González, que decía que "ave que vuela, estacazo". La observación es vital.

El refranero es muy rico. En 2019, podemos seguir haciendo uso de refranes antiguos. Hoy, una empresa que funciona y perdura en el tiempo es la que tiene muy claro qué es lo que hace y es capaz de adaptarse a los cambios, que son tremendos. Si hacemos el ejercicio de plantearnos cómo estábamos en 1999, qué medios técnicos teníamos, cuál era nuestro día a día laboral y profesional, es sorprendente. Ha sido todo como un flujo razonablemente fresco. De repente nos damos cuenta de que cada vez que nos vamos de viaje o a la carretera, utilizamos un teléfono móvil que nos da una información antes impensable. Cuando los GREIM presentan los informes de accidentes, la tendencia hace unos años uno de los mayores problemas eran los cambios de temperatura en el Pirineo. Hoy, una tasa del 3 % la que afectan los cambios de meteorología. Todo el mundo sabemos de una manera muy sencilla qué tiempo va a hacer no sólo mañana, sino a una hora determinada. Son cambios tan grandes que casi no nos hemos dado cuenta y los tenemos encima. Esto nos obliga a estar encima y, pájaro que vuela, a la cazuela. Muchas de las predicciones no han llegado, como los coches que iban a volar en 2000 y no, pero ya hay drones. Si queremos como profesionales o empresarios que nuestra empresa dentro 5 o 10 años sigamos estando en candelero, activos, no podemos dejar de observar lo que hay y tratar en la medida de nuestras posibilidades de entenderlo.

En todo caso, frente a los tópicos del "desaprendizaje" y la "reinvención propia", tampoco está de mal recordar valores del pasado que debieran ser más vigentes.

No podemos olvidar nunca el pasado, que nos enseña mucho y, sobre todo, nos recuerda de dónde venimos. En economía siempre decimos que lo importante es la tendencia. No somos capaces de aventurar exactamente dónde vamos a estar dentro de 18 meses, pero sí tratamos con los medios más racionales posibles de ver las tendencias, si crecemos o no. Esta tendencia nos pone los pies en el suelo, pero no debemos olvidar de que vivimos en el presente. Venimos del pasado, estamos en el presente y tenemos que perdurar en el futuro. Tenemos que estar con un ojo avizor hacia delante para ver por dónde va todo, sin dejar de lado de dónde venimos, de nuestra familiar, nuestro territorio y nuestra formación. Es muy importante la formación, la cultura nos recuerda quiénes somos y dónde estamos, y nos rompe falsos mitos. Es importante ver la mejora que hemos tenido en calidad de vida en Huesca, pero también en España y el mundo. Cómo ha disminuido el número de pobres o de personas sin acceso al agua corriente. En esto es en lo que se basan los populismos, en que la gente cree que esta realidad es muy determinada como la ven.

Además de anuncios de omnipresencia de campos como la robótica o la nanotecnología, ¿qué sectores serán un nicho de oportunidades y empleo en el futuro próximo?

La robótica va a ser un medio para conseguir algo. Al margen de por dónde vaya el mundo, cada vez vivimos más y más tiempo, y significa que desde un punto de vista económico somos más costosos de mantenimiento. Todo lo que relacionado con la vejez y la prolongación de la vida va a tener muchísima importancia. Por ahí va una de las tendencias más importantes. Cada vez vamos a vivir más y estar más jóvenes, y eso significa que vamos a movernos más, y tecnología, sanidad, viajes, ocio, alimentación… va a tener que ir por esa línea más fácilmente que se pueden ver por dónde van a ir las tendencias del futuro. Un tractor muy importante.

Otro de los sectores que hemos de aprovechar, y en Aragón ya lo empezamos a hacer, es la logística. Hoy se mueven muchas cosas en el mundo y nos lo traen a casa. Todo lo que tiene que ver con movimientos de mercancías y personas tiene que seguir siendo muy importante, cada vez más. Compramos mucho y queremos tener ya.

Todos estos sectores van a llevar implicados muchos otros colaterales: sanidad, ecología, robótica, vehículos autónomos,… Todo lo que tenga que ver con estas grandes ideas, sensaciones de futuro para la humanidad. Deberíamos ser conscientes de que nos están abriendo la oportunidad y, en Aragón, con una población formada, con mucho espacio, muchos kilómetros, nos va a permitir plantearnos desarrollar cosas, y con una situación geográfica excepcional, porque estamos en medio del triángulo más rico de España y, si nos vamos un poco más arriba tomando distancia, desde Alemania, París, Londres y Roma… Son cosas en las que hacer hincapié porque es nuestro futuro.