Huesca

SERVICIOS SOCIALES

El camino de los menores tutelados en la provincia de Huesca al cumplir los 18 años

El Iass, aunque ya no sea su obligación legal, les apoya para su inserción total

El camino de los menores tutelados en la provincia de Huesca al cumplir los 18 años
El camino de los menores tutelados en la provincia de Huesca al cumplir los 18 años
P.S.

HUESCA.- El Gobierno de Aragón ayuda a los jóvenes a los que tuteló siendo menores con tres programas para facilitar su paso a la vida adulta y para formarse e insertarse. Aunque por ley, el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (Iass) solo los deba tutelar hasta los 18 años, el organismo "nunca los deja abandonados" a no ser que rechacen cualquier ayuda o participación en los programas, ya que ya son mayores y nadie les puede obligar.

Las iniciativas principales del Iass para estos jóvenes a los que ha tutelado hasta poco tiempo antes son el Programa de Transición a la Vida Independiente (PTVI, pisos compartidos), el Youth Employment Initiative (YEI ), cofinanciado por la UE, y el 17 Plus, para menores extranjeros no acompañados (menas) y centrado en que adquieran "habilidades de todo tipo, también laborales". Los tres incluyen también una "beca" económica en función de las necesidades -agua, luz, comida...- y capacidad de gestión económica que tiene el joven, y una parte, mientras aún era menor, se la guarda el Iass como ahorro para cuando alcance la mayoría de edad.

El requisito para acceder o continuar (en el 17 Plus se puede entrar desde los 17 si se tiene "madurez suficiente") en estos programas es la petición voluntaria del ya mayor de edad y "un compromiso en hechos, no verbal, de esforzarse y lograr los objetivos, como presentarse a las ofertas de trabajo. Si no, no siguen", afirma Javier Ferrer, subdirector provincial de Menores y Tutelas. "Los que llegan son los que se lo han ganado" con buen comportamiento.

"El mayor de 18 que incumple los proyectos o normas de convivencia se va", agrega. Pero no es una ruptura total: "No se le deja en la calle, se busca a su familia, lo que necesite para irse... Si eres serio te ayudamos; si no, no".

El IASS trabaja con jóvenes nacionales a los que tuteló y con menores extranjeros no acompañados que cumplen 18. Aunque los oriundos de otros países, los menas, ocupen buena parte del debate, hay tutelados más menores de entre 15 y 17 años españoles (26) que extranjeros (16).

De hecho, el IASS lleva "más de quince años trabajando" con menas. "No es un trabajo nuevo, aunque sí es cierto que desde el año pasado ha llegado un número muy elevado", casi todos ellos de Marruecos, afirma Ferrer.

La posible razón del aumento es el cierre del espacio Schengen a los mayores de edad. El Iass respondió abriendo el centro de menas en 2019, por el que han pasado unos 40 menores, con una ocupación media de 16 a 18.

Cuando un menor, con independencia de su nacionalidad, pasa a estar tutelado por el Gobierno de Aragón, el primer trabajo es darle una acogida en residencias. Cuando cumplen los 18, el Iass tiene pisos compartidos en convenio con entidades sociales, como Ymca para Huesca, donde siguen bajo supervisión, que ya no tutela, aunque algún menor, de 17 años, puede entrar en estos pisos también "pero no es lo habitual".

En estos pisos, una educadora supervisa el día a día y la evolución de los jóvenes. "Revisa que hayan cumplido los turnos de las tareas (domésticas), cómo van en el colegio o en el instituto, las cuestiones médicas...".

La convivencia es buena y "los problemas que pueden provocar no son distintos a los del colectivo (no tutelado) de su edad". "Buena señal es que nadie sepa dónde están los pisos" en Huesca ciudad, apunta Ferrer.

A la vez, los chavales acuden a las clases que les corresponden o a cursos como los de Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI). En este momento, hay cuatro en el curso de Viveros y Jardines, por ejemplo.

La formación que reciben "se adapta a la que necesitan" y acuden a las clases como uno más. "No se segregan", sostiene Ferrer, que también cita los casos de un joven que está compatibilizando trabajos temporales con el graduado escolar en la Escuela de Adultos o el de otro que se está sacando un módulo de FP.

Todo este apoyo del Iass y las entidades asociadas sigue a los 18 años si el joven se ha esforzado y ha tenido un buen comportamiento anteriormente.

El objetivo final es que "todos se pongan a trabajar a la mayor brevedad cuando se hayan formado". El jefe de Protección de Menores incide en la importancia que el Iass da a la educación de estos chavales porque será la que permita su integración total en la sociedad. Dicho de otra manera: "Preferimos un buen jardinero tras un tiempo formándose que no que se ponga a trabajar en reparto de comida a domicilio para unos días. La cualificación será la que les permita tener cierta solvencia cuando estén solos".

Volviendo a los menas, Huesca "no es un destino frecuente", sino que suelen recalar aquí "tras un periplo por todo el Estado", siendo Madrid, Barcelona y Bilbao los destinos más usuales.

A lo largo de estos años, "algunos menas ya se han independizado tras acabar la formación y ven que tienen más posibilidades laborales en otra ciudad", por lo que vuelven a emigrar. Pero también hay en Huesca "menas que llegaron hace diez años y ya tienen un trabajo estable y están totalmente integrados, incluso emparejados con españoles", dice Ferrer, que insiste en que este fenómeno "no es nuevo".

LOS MENAS, "EXACTAMENTE" LO MISMO QUE LOS NACIONALES

El subdirector provincial de Menores niega tajantemente que los menas tengan más recursos que los nacionales tutelados: "Eso es radicalmente falso, tienen exactamente la misma situación que cualquier otro español" en las mismas condiciones. La única diferencia es el programa Plus 17, para menas, y en realidad es una adaptación del YEI.

Ferrer también refuta que sean gente "que venga a chupar del bote". Al contrario, "en cuanto ven que tienen capacidad económica se van. No vienen a vivir del Estado, sino a lograr un trabajo, a mandar parte de su sueldo a su país y a vivir tranquilos". El responsable de Menores y Tutelas en la provincia pone el ejemplo de un joven ghanés "que manda dos tercios de lo que gana para medicamentos de su madre. Allí no tienen sanidad y lo que aquí es una tontería, allí no lo es".

Es más, los menas tienen un obstáculo adicional para conseguir trabajo: los papeles, indispensables para tener empleo. Una de las primeras cosas que hace el Iass es lograr la documentación y regularizar su situación, gestionando la concesión de un pasaporte de su país de origen, un NIE provisional, una reseña en Extranjería de la Policía Nacional y otros documentos con los que "asegurarnos de su nombre, edad, lugar de nacimiento...".

"VEO UN FUTURO BUENO Y TENGO OBJETIVOS CLAROS"

El Iass comenzó a tutelar a Laura (nombre ficticio) hace un par de años y ahora, con 18 años cumplidos hace un tiempo, Laura sigue bajo el paraguas del Instituto Aragonés de Servicios Sociales a través del Programa de Transición a la Vida Independiente (PTVI) y el piso en Huesca que comparte con otras dos jóvenes.

Laura estudia por las mañanas el grado medio de Comercio y Márquetin y por las tardes hace las prácticas en Ymca del curso de monitora de tiempo libre que hizo en verano, periodo en el que también realizó el de atención al cliente.

Laura vislumbra un futuro "bastante bueno" y tiene los objetivos "muy claros": "Terminar el grado y estudiar Educación Social porque me gusta ese trabajo". La joven reconoce que su elección por esa profesión viene por lo que ha visto en Ymca -que gestiona proyectos del Iass para menores- y porque también quiere "ayudar a otros".

De nacionalidad española, el Iass asumió la tutela de Laura por los problemas que había en su familia. Hasta hace unos meses, cuando alcanzó la mayoría de edad, vivía en la Residencia Lorenzo Loste, pero ahora está en un piso compartido con otras chicas. "Este cambio fue muy duro. Cambia todo y te tienes que responsabilizar de todo: hacer la comida, la compra, estudiar, tener un orden en casa..., pero a día de hoy estoy muy bien", manifiesta Laura.

La joven explica que los años pasados bajo la tutela del IASS le han ayudado a "tener un poco más claras mis metas y a aclarar mis ideas". Laura resalta la "muy buena convivencia" que hay en los pisos compartidos, en los que "siempre que se le necesita, está María José" Torrecilla, la educadora social de Ymca.

Laura también critica la mala visión que partidos y medios dan de los menas: "Ese concepto lo deberían cambiar. Convivo con ellos y salgo con ellos. No son como dice la gente ni como salen en las noticias. Estudian y son muy buenos. No es justo", afirma la joven, que recuerda que una condición para seguir en los programas del Iass tras cumplir los 18 años es el comportamiento y los avances hechos: "No entra cualquier persona", sentencia.

"CON HIJOS TIENES 20 AÑOS PARA QUE SEAN INDEPENDIENTES, AQUÍ TIENES MESES"

Los menores tutelados por el Iass "han tenido experiencias que ningún niño debería haber tenido" y el papel de los Servicios Sociales es prepararlos para ser independientes en unos pocos meses. Una tarea difícil porque, como dice Javier Ferrer, subdirector provincial de Menores y Tutelas, "con tus hijos tienes 20 años para que sean independientes, aquí tienes meses" o unos pocos años.

Con 42 menores de 15 a 17 años tutelados en la provincia (26 nacionales y 16 menas), estos jóvenes, cuando alcanzan la mayoría de edad, suelen estar "muy comprometidos porque saben que tienen que esforzarse mucho más" y la mayoría "sale adelante". Ferrer califica de "muy gratificante" verlos unos años después con una vida normal y totalmente integrados en la sociedad.

Ferrer atribuye el mayor compromiso de estos jóvenes, al menos en parte, a las duras experiencias que les ha tocado vivir. De allí que reconozcan más cualquier ayuda u oportunidad.

En el caso de los nacionales, estos niños han visto en sus casas "rechazo, violencia, consumo o tráfico de drogas, abusos sexuales...". El Iass tiene 225 expedientes de protección de menores en la provincia. Aparte de las tutelas, también hay declaraciones de riesgo -se quedan en su casa pero con apoyo del Iass- o guardas temporales cuando los padres entran en programas de desintoxicación, por ejemplo.

Los casos de huérfanos son "residuales", ya que es muy difícil que un niño pierda a sus padres y no tenga abuelos o tíos que se hagan cargo de él.

Aunque el perfil de los menas "cambia mucho" -con casos de uno que viene de una familia de pastores y otro de los suburbios de Tánger-, Ferrer los compara a los emigrantes españoles de los 60, con quienes comparten "tener muy claro que vienen a por los papeles, el trabajo y enviar dinero a casa".

El objetivo concreto de darles una oportunidad de mejorar su vida se combina con otro más global de "evitar problemas mayores en el futuro". "No se van a crear guetos como en Francia", asegura.

"HE VENIDO A TRABAJAR Y A AYUDAR A MI FAMILIA"

De África Occidental a Huesca pasando por Argelia, una Libia en guerra, Italia -para llegar a sus costas tuvo que hacer dos intentos en patera-, Francia, Gerona, Madrid, Belver y Zaragoza. Cuando salió de su casa, Mauro tenía apenas 15 años e hizo todo ese camino solo. Hoy, tres años después y ya mayor de edad, está en un piso compartido de Ymca con otros jóvenes, entrena tres o cuatro días a la semana en un equipo de fútbol, tiene partido los domingos en un filial, aunque ya ha debutado en Tercera, y trabaja en los empleos ocasionales que le salen de jardinero tras haber hecho el Programa de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) del Ayuntamiento oscense y ser, apunta Ymca, "el único del curso que tituló".

En marzo, Mauro empezará otro curso, ahora para obtener un certificado de profesionalidad con el que espera tener un mejor horizonte laboral, ya que su objetivo al dejar atrás su casa fue lograr trabajo en España y poder ayudar a su madre y dos hermanos que siguen en África.

El camino de Mauro hasta aquí no ha sido nada fácil. Empezando por el inicio. Aunque había comentado con su madre sus intenciones de irse, decidió no despedirse para evitar un muy mal trago a ambos. La siguiente vez que hablaron fue por teléfono desde Italia. Habían pasado tres meses sin que ella supiera nada de su hijo mayor.

Aunque su destino era España, entró al viejo continente por Italia por dinero: "Las pateras a Italia son más baratas porque son más peligrosas". La mafia que tripulaba la embarcación robó todo el dinero a los emigrantes e incluso en algún caso hasta móviles y ropa. "No entras al barco ni con un euro".

Madrid fue su primer destino en España, pero las complicaciones seguían: una prueba médica decía que era mayor de edad y puso en riesgo tanto su estancia en el país como toda su tramitación como menor. Al final, la jueza dio la razón a su abogada de justicia gratuita y dictó que era menor y, por tanto, que pudo acogerse a los programas del Iass, a través de Ymca. Entre medias, recaló en Fraga porque allí vive desde hace años un amigo de la familia, que le dio cobijo hasta que el joven entró en las iniciativas del Iass e Ymca.