Huesca

CORONAVIRUS

Acatamiento casi unánime del confinamiento por el coronavirus en Huesca salvo cinco bares

Los oscenses obviaron el buen tiempo y las calles estuvieron vacías

Acatamiento casi unánime del confinamiento por el coronavirus en Huesca salvo cinco bares
Acatamiento casi unánime del confinamiento por el coronavirus en Huesca salvo cinco bares
R. G.

HUESCA.- Los oscenses acataron ayer con notable disciplina la orden de confinarse en sus hogares incluida en el estado de alarma decretado el sábado por el Gobierno. Aunque oficialmente, los límites a la circulación por la vía pública no empezaban hasta hoy a las 8:00 horas, ya durante la jornada del domingo las calles de Huesca estaban casi desiertas.

La nota discordante la pusieron la madrugada cuatro bares de ocio nocturno y un establecimiento de comida rápida, que incumplieron la orden del estado de alarma y seguían abiertos pese a la orden de cierre.

Según confirmó la Policía Nacional y fuentes de la Policía Local, ambos cuerpos intervinieron en los cinco casos para exigir el cierre inmediato de los locales, lo que ocurrió sin más contratiempos "y con civismo".

No se pusieron denuncias porque "en las primeras horas -de confinamiento- se pide a las personas que sigan las instrucciones y que vuelvan al domicilio", apuntó la Policía. El mismo proceder se llevó a cabo con los ciudadanos que el domingo no habían hecho caso de las órdenes de aislamiento.

A diferencia de lo ocurrido en estas primeras horas de aislamiento, la Policía sí sancionará a quienes incumplan la orden ahora. Esta mayor laxitud en los primeros momentos se saldó con advertencias verbales, que eran obedecidas "inmediatamente", y que ambos cuerpos policiales atribuyeron al "desconocimiento" inicial o a una "mala interpretación" de las medidas de emergencia.

Policía Local y Nacional patrullan desde ayer la ciudad para hacer cumplir la orden de confinamiento domiciliario y, conforme pasaban las horas del domingo, se hacía más evidente que el seguimiento de esta medida era prácticamente total, según afirmaron las fuentes citadas.

Ambos cuerpos van a mantener reuniones diarias de coordinación para el seguimiento de las medidas, compartir las incidencias detectadas y estudiar si es necesario tomar nuevas medidas.

MULTAS DE HASTA 600.000 EUROS Y PENAS DE CÁRCEL

La Policía Nacional recordó que el incumplimiento de las medidas de alarma está penado con multas que alcanzan los 600.000 euros e incluso penas de cárcel para los casos más graves.

Los actos menos graves, como retirar cintas o vallas, se sancionan con multas de hasta 600 euros, la desobediencia a los agentes de la autoridad acarrea sanciones de entre 601 y 30.000 euros, y las conductas u omisiones muy graves están penadas con entre 60.001 y 600.000 euros de multa.

Los delitos de desobediencia o resistencia grave, por su parte, están castigados con entre 3 meses y un año de cárcel.

LA POBLACIÓN CUMPLE EL AISLAMIENTO

La mañana del domingo, pese al tiempo primaveral que en otras circunstancias habría sacado a todos los vecinos a la calle, fueron escasos los vecinos que se aventuraron fuera de sus casas. Entre la poca gente que se veía caminando por la ciudad, predominaban los que portaban bolsas de la compra o los que iban paseando a su perro.

Casi todos iban solos, aunque se veía alguna pareja que otra y, aunque eran muy pocos los casos, había quien se paraba a charlar casualmente con algún conocido o a sentarse un instante en un banco.

Tampoco circulaban apenas vehículos por las calzadas y, de los pocos que había, en la inmensa mayoría iba una sola persona.

Por los Cosos, la calma solo se veía interrumpida por algún bebé animoso que salía al balcón a gritar, seguramente asombrado de que su voz se impusiese en la habitualmente bulliciosa vía. O por un camión del servicio de limpieza del Ayuntamiento, que lleva varios días desinfectando los sitios donde pudiera transmitirse el Covid-19, como los bancos, los portales de las casas o los contenedores de reciclaje.

De repente aparece un coche patrulla que pide por megafonía la colaboración de la población y que no salga de casa "sin una causa justificada". "Nos encontramos ante una situación de emergencia sanitaria grave que nos afecta a todos", advierte.

El silencio en el Tubo era casi sepulcral. Lo mismo que en el parque Miguel Servet, donde la soleada mañana solo era aprovechada por algún que otro dueño de una mascota que la llevaba a hacer sus necesidades.

También fueron pocos incluso los que salían a sus balcones para tomar el aire y aliviar el encierro hogareño.

En los Porches de Galicia el kiosco de prensa permanecía abierto al mediodía. Tras los montones de periódicos, Luis Valero no podía disimular su disgusto por las pocas ventas del que es su día fuerte de la semana: "Llevamos toda la semana regular y hoy ha sido un desastre. Han venido menos de la mitad de lo habitual"