Huesca

OJO AVIZOR

Chucherías, un valor seguro para la satisfacción que merece innovar en tiempos de coronavirus

Jorge Vidal implanta en Kiosco Fustero vías comerciales para servir por unidades a domicilio, en máquina o presencialmente

Chucherías, un valor seguro para la satisfacción que merece innovar en tiempos de coronavirus
Chucherías, un valor seguro para la satisfacción que merece innovar en tiempos de coronavirus
S.E.

HUESCA.- El origen de todo supera los 25 años de antigüedad y hace escala en la jubilación de Carmen Cacho, día tras día ese cuarto de siglo ofreciendo prensa, chucherías y otros servicios en Torremendoza, oficialmente la calle Ramón J. Sender. El día de su jubilación, Marta -hija de Carmen- y Jorge apreciaron una "carga emocional" ineludible, cinco lustros en el barrio y símbolo de una plaza oscense muy viva. Jorge Vidal, periodista y autónomo, ha cambiado tanto sus rumbos fruto de una curiosidad insaciable que el nuevo reto le pareció precioso y oportuno. La idea era sostener el espíritu vocacional de Carmen pero, evidentemente, con la adaptación a un nuevo estilo de vida. Hacer confluir la tradición y la innovación.

Inmediatamente, empezó a valorar la gran marca de Kiosco Fustero (Dulces Fustero es su denominación social), su reputación de servicio, su especialización en las golosinas y su especificidad: "Es difícil encontrar un comercio en el que te puedas llevar producto por 20 céntimos".

Decidió Jorge Vidal incorporar tres máquinas de vending con chucherías, todo tipo de snacks y patatas, chocolatinas y refrescos. Unos 120 productos cuya elección responde a la observación de los gustos de los consumidores, desde bebés hasta los jóvenes envueltos en el carnet de la senectud.

El coronavirus asaltó los negocios y cerró los parques. Transcurrían finales de marzo y para el nuevo regente del establecimiento las certidumbres se metamorfosearon en inquietudes. Las únicas certezas eran que no había gente ni actividad, la clientela recluida y la fecha de retorno ignota. Cuando más necesitábamos el consuelo de un capricho, las calles eran hostiles al consumo. "Las "chuches son un valor seguro de refugio, todo el mundo encuentra en las chucherías una satisfacción rápida. Y además el espíritu de esta tienda es dar servicio".

"Si Mahoma no va a la montaña..." El aforismo inspiró a Jorge Vidal, que rápidamente montó una web, amparado en sus profundos conocimientos tecnológicos y de márquetin de sus anteriores vivencias profesionales. "Desde el primer día hubo un gran reconocimiento, la gente tenía ganas y estaba dispuesta a venir al kiosco a que les sirviéramos los pedidos o, con un coste de reparto, a que se los lleváramos a su domicilio".

Adquirir golosinas en internet no es novedad. Pero sí generar paquetes por unidades y a voluntad: 3 fresas, 4 moras, dos dedos, 8 jamones, 2 plátanos... El infinito universo. Pedir, pagar por "paypal" y recibirlo en casa. Conforme el miedo dejaba paso a la confianza y la seguridad de la higienización con rayos ultravioleta era ya norma en Fustero, muchos empezaron a recoger los encargos en la tienda. Distancia de seguridad total, porque los sirven dos cochecitos que Jorge Vidal había adquirido para alquilar para niños, lo que añade su puntito de espectáculo. Cuando el servicio es a domicilio, la bicicleta es el medio de transporte y las medidas de protección absolutas.

Realizados los pedidos en dulcesfustero.com, cada día ha partido la "expedición" desde la puesta en marcha el 27 de abril. Se han servido por esta doble fórmula (en puerta de tienda, favorecida con la apertura posterior del parque, o en las casas) más de dos mil artículos. "El "online" ya supera el 10 % de la facturación". El coste medio del tique es de 8,50 euros.

UN ESPÍRITU INQUIETO

Salvar un servicio esencial en la plaza de Torremendoza y mantener el sello de la afabilidad de Carmen Cacho ha sido posible por la creatividad innata de Jorge Vidal y el complemento perfecto de su pareja, Marta. Jorge, periodista, se inició en DIARIO DEL ALTOARAGÓN y posteriormente protagonizó la puesta en marcha de "Aragoneses en el mundo" de Aragón Televisión. Su talento no pasó inadvertido y fichó por Antena 3 Televisión. Pero le sucedió, por distintos motivos, lo que a Paco Martínez Soria, que la ciudad de Madrid no era para él.

Concurrió a varios proyectos y fue becado para acudir a Silicon Valley, donde multiplicó su preparación tecnológica, de márquetin y publicidad hasta convertirse en un referente profesional. Su paso por una compañía en Walqa resultó muy fructífero, pero pronto descubrió un nuevo filón: el "rollerski". Ideó un prototipo, lo probaron practicantes de esta herramienta que permite entrenar cuando no hay nieve para el esquí de fondo, y adquirió nombradía internacional. Lo probó la selección de Croacia y ahora sirve a Suecia, Macedonia, Bosnia, Serbia, Chile, Argentina y Ucrania, una potencia este último país cuyo combinado está forrado de medallas. En los últimos Juegos Olímpicos de Invierno, 12 deportistas usaban su material.

Jorge, que no practica el esquí (ni sabe), realiza el montaje en Huesca con material provisto desde República Checa, Pakistán o Francia, y el modelo actual exige un producto de carbono procedente desde China, aunque otra evolución incorpora grafeno desde Zaragoza.

Su producción se multiplica igual que su proyección, gracias al márquetin "online". Mantiene su esencia formativa ("el periodismo es como estar bautizado y por tanto ser cristiano, practiques o no") y su última satisfacción, eso sí, es cumplir con ese gran servicio que es endulzar la vida de esta azotada sociedad.