Huesca

DESESCALADA

O' Cambalache vuelve a recorrer la provincia para asistir a las mujeres que se prostituyen

Durante el confinamiento las atenciones se han llevado a cabo por vía telefónica y ahora la unidad móvil retoma los desplazamientos para realizar apoyos en los locales, la mayoría clubes de alterne o pisos

O' Cambalache vuelve a recorrer la provincia para asistir a las mujeres que se prostituyen
O' Cambalache vuelve a recorrer la provincia para asistir a las mujeres que se prostituyen
R.N.

El programa O" Cambalache de Cruz Blanca en Huesca, dedicado a atender a las mujeres que se dedican a la prostitución, ha regresado desde la segunda semana de junio a realizar visitas en los locales en los que se ejerce -mayoritariamente pisos y clubes- aunque durante el confinamiento la asistencia a este colectivo tampoco ha cesado. Como explica la responsable en la capital altoaragonesa de este proyecto, Pili Paúl, durante las primeras fases del estado de alarma se ha realizado un seguimiento telefónico.

"Hemos estado llamando a los contactos de las mujeres que teníamos, para ver qué tal estaban y cómo lo estaban llevando, porque durante el confinamiento se ha cerrado todo, es decir, no se ha mantenido la actividad de la prostitución. Hemos estado acompañando y atendiendo necesidades ", señala Paúl. De esta forma, se ha realizado seguimiento en 16 espacios diferentes, donde se alojaba más de una mujer. Desde la unidad de Huesca se cubre así la zona de la capital, además de Barbastro, Monzón, Binéfar, Sabiñánigo y Jaca. La entidad cuenta además con otra unidad móvil activa en el área de Fraga. La provincia de Huesca cuenta así con tres mediadoras del total de seis de la organización en Aragón, además de unas ocho voluntarias.

Como afirma Paúl, algunas de estas mujeres decidieron marcharse a casas de amigos o familiares u otros domicilios para confinarse, aunque algunas sí que han permanecido en los locales pero sin ejercer la prostitución. Durante ese tiempo, explica Paúl, han sobrevivido de los recursos de los que disponían, "siempre escasos", incide, y han contado también con un dispositivo puesto en marcha por el Instituto Aragonés de la Mujer (IAM) para aquellas que no contaban con un sitio en el que poder quedarse o en situación de urgencia.

En este programa, se incluían también aquellas mujeres que se encontraban como cuidadoras internas de mayores o dependientes y tuvieron que salir de sus domicilios cuando esas personas eran ingresadas en hospitales o regresaban con sus familias. "Tenían que dejar el domicilio y quedaban en la calle si no contaban con una habitación propia o alquilada", afirma la responsable de O" Cambalache. Se derivaron así al IAM tres casos de este programa, "bien por no tener ingresos o por tener que salir de su espacio y no tener donde ir".

En este tiempo de confinamiento los anuncios de personas que ejercen la prostitución se han visto además muy disminuidos por las circunstancias, algo que, en opinión de Paúl, tiene una doble lectura. "Por un lado, la gente se ha ceñido a que no podía salir y tenía que confinarse y los establecimientos debían permanecer cerrados, sobre todo lo que son clubes y por otro lado el miedo que hemos pasado a causa de la covid-19 al no saber a qué nos enfrentábamos", subraya Paúl.

Ahora, con la llegada de la fase 3, añade, los locales vuelven a abrirse y con ellos, aparecen nuevos riesgos. "La distancia de seguridad no se puede mantener, por lo que la preocupación cuando se retome esta actividad es que alguna de estas mujeres pueda verse contagiada", comenta la responsable de O" Cambalache en Huesca. "Cuando retomemos la actividad con la unidad móvil empezaremos a ver lo que nos ha dejado este confinamiento y el impacto que ha tenido sobre las personas. Nuestros esfuerzos también se centran ahora en la prevención sanitaria de la covid-19 ", añade Paúl.

La atención presencial ya se retomó hace unas semanas en el centro de Cruz Blanca Hermano Isidoro, en el número 19 de la calle de Gibraltar de Huesca. Para ello se han adoptado todas las medidas de seguridad necesarias en estos momentos, con citas previas y trabajos de desinfección, entre otras.

Se trata, de esta forma, de velar por un colectivo vulnerable a la situación de crisis económica que está dejando la pandemia. "Estas mujeres han de mantener un ingreso porque si no, también su nivel de endeudamiento termina incrementándose", afirma Paúl, quien incide en que la prostitución "también es un lobby en el que mucha gente saca dinero y la pérdida de posibles ingresos es un riesgo y una vulnerabilidad".

Cruz Blanca también se ha dedicado durante el confinamiento a atender a familias en situación de necesidad que han acudido a ellos, colaborando además con el Ayuntamiento de Huesca y otras entidades. "Estamos en el sector sanitario de Santo Grial, realizando muchos apoyos en la parte informativa y también participamos en los servicios sociales del Ayuntamiento de Huesca y realizando acompañamientos a personas que no podían salir de casa comprar alimentos o acudir a la farmacia", señala Paúl.