El 4 % de los enfermeros de Aragón ha tenido coronavirus

HUESCA.- Un 4 por ciento de los enfermeros aragoneses ha sido diagnosticado con coronavirus, aunque un 18 por ciento ha tenido síntomas de la covid-19. Esta es una de las conclusiones del estudio sobre la situación y condiciones profesionales y laborales de los enfermeros durante la crisis sanitaria elaborado por el sindicato de enfermería Satse.

Los resultados proceden de una encuesta hecha a 8.218 enfermeros de toda España entre finales de mayo y principios de junio. El análisis ha sido realizado por la empresa especializada en estudios online Sondea, para Satse.

Entre las principales conclusiones del estudio, Satse destaca, además de "la alta afectación de la enfermedad dentro del colectivo enfermero", la falta de suficiente material y equipos de protección, así como de pruebas diagnósticas de la covid-19 -cabe recordar que un 18 por ciento de la profesión ha tenido síntomas pero solo se ha diagnosticado la enfermedad a un 4 por ciento-, y las "graves consecuencias" que su lucha contra la enfermedad ha supuesto a nivel personal y familiar.

A juicio de Satse, estas conclusiones refrendan las sucesivas y reiteradas denuncias que el sindicato ha realizado tanto a nivel nacional como internacional.

Respecto a Aragón, el estudio señala que casi 9 de cada 10 enfermeros (el 89,9 por ciento) ha trabajado durante la crisis sanitaria. De los que han trabajado, el 94,1 por ciento ha tenido contacto con pacientes diagnosticados o sospechosos de covid. En la actualidad, hay unas 5.000 enfermeras trabajando en Aragón.

En cuanto a pruebas de detección, se hicieron al 87 por ciento de los enfermeros aragoneses. El análisis pedido por Satse detalla que al 49,1 por ciento se les hizo PCR, al 57,4 test rápido y al 44,7, estudio serológico.

SUSPENDEN A SANIDAD POR LA FALTA DE PROTECCIÓN

Los enfermeros aragoneses consultados suspenden de forma clara al Departamento de Sanidad, al ponerle una nota media de 2,5 a la hora de solucionar sus problemas durante la crisis sanitaria.

También suspenden, con un 3, la cantidad y calidad del material de protección que han tenido a su disposición durante la peor fase de la pandemia, "viéndose obligados 8 de cada 10 a reutilizar las mascarillas FPP-2 o FPP-3". De hecho, el 71,9 por ciento de los profesionales consultados ha puntuado muy mal (entre el 0 y el 4) la cantidad y calidad de este material. Incluso ahora, superado el peor momento de la pandemia, la nota que la profesión da al Departamento es de 4,6 y un 45,3 por ciento de los encuestados suspende a Sanidad.

Sobre este mismo asunto, casi 8 de cada 10 enfermeros (78,3 por ciento) cree que necesitarían más información y formación sobre el uso de los EPI y 4 de cada 10 dicen no haber recibido ningún tipo de información o formación (39,1 por ciento).

El material que más han tenido que reutilizar las enfermeras han sido las mascarillas FPP-2 o FPP-3, en concreto, un 85,7 por ciento de los encuestados. Un 75,7 por ciento ha reutilizado mascarillas quirúrgicas y un 66,5 por ciento batas impermeables, mientras que un 14,8 por ciento tuvo que reusar trajes de buzo de los de un solo uso.

En cuanto a la implicación del centro sanitario o sociosanitario en el que trabajan durante la crisis, dan una nota de 3,9 sobre 10, mientras que puntúan con un 5,9 sobre 10 a la implicación de su mando superior.

El estudio realizado también concluye que un 31 por ciento de las enfermeras de Aragón ha realizado alguna denuncia, escrito de queja o similar respecto a las circunstancias de seguridad durante la crisis sanitaria.

Asimismo, la pandemia ha afectado en la estabilidad del puesto de trabajo al 19,6 por ciento de los encuestados, y un 11,5 por ciento ha necesitado ayuda psicológica por la sobrecarga laboral y duras condiciones (estrés, ansiedad, contacto permanente con el dolor y, en muchas ocasiones, la muerte...), según el estudio realizado por la empresa Sondea.

LA FALTA DE PREVISIÓN LES HA PUESTO "EN GRAVE RIESGO"

"Las conclusiones del estudio no dejan lugar a dudas de que la falta de previsión y diligencia de las autoridades competentes ha puesto en grave riesgo la salud y seguridad de las enfermeras y enfermeros, así como la de las personas de su entorno", subraya Satse, que insiste en que "todos los problemas, errores y deficiencias constatadas no pueden volver a producirse en caso de nuevos rebrotes, porque sería una falta de respeto a la dignidad de los ciudadanos y de los profesionales".