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Lourdes Marsó Bafalluy: "Quería hacer algo por devolver a la sociedad lo que me había dado"

Una vez jubilada de Obras Públicas, puso en marcha en Huesca el Centro de Educación Infantil Kid´s Garden con el objetivo de mejorar la educación y formación de los niños

Lourdes Marsó Bafalluy: "Quería hacer algo por devolver a la sociedad lo que me había dado"
Lourdes Marsó Bafalluy: "Quería hacer algo por devolver a la sociedad lo que me había dado"
S.E.

HUESCA.- Como la casa de Bandaliés, datada en 1765, que heredó de su padre y que conserva, adapta y mejora, Lourdes Marsó Bafalluy (Huesca, 1940) se mantiene firme, supera las dificultades y no deja de evolucionar. Su motor es trabajar por las personas, y en concreto por mejorar la formación de los niños de Huesca mediante su Centro de Educación Infantil Kid"s Garden, un proyecto que nació en 2007 a partir de su ilusión de, una vez jubilada, "hacer algo de Huesca y para Huesca" para devolver a la sociedad lo que de ella ha recibido.

Hija de Daniel y Balbina, vivía en Padre Huesca y fue al colegio Santa Rosa, Instituto Ramón y Cajal, y Magisterio. Ya en aquella época sabía de la importancia del trabajo y ayudaba a su padre, que era agente comercial colegiado, con los pedidos, duplicados y cartas. Optó por presentarse a unas oposiciones y entró a trabajar en Obras Públicas. En 1961 se casó con Nilo Pérez, con quien tuvo a sus hijos María Pilar, Rosana, Elena y José María. La vida dio a la familia un duro y traumático golpe con el fallecimiento en 1991 de su marido, "a quien tengo que agradecer mucho todo lo que me ayudó".

Disfrutó en gran medida desarrollando su labor en Obras Públicas. "Me gustaba trabajar, hacerlo bien, era feliz y encima me pagaban", por lo que sintió que adquiría una deuda. "Quería, al jubilarme, hacer algo por devolver a la sociedad lo que me había dado", asegura.

Con esa idea rondando hace años en su cabeza, un grupo de amigas se pusieron a analizar qué proyecto podía ser el idóneo para contribuir a una Huesca mejor. Valoraron, por ejemplo, una residencia de personas mayores, pero surgió la idea de un centro infantil de 0 a 3 años, a través del que "mejorar la educación y formación de los niños".

Descubrieron lo que querían, pero hacía falta "un proyecto que fuera bueno. Analizamos muchos y hallamos lo que buscábamos, educar desde los 0 años en una doble vertiente de valores, imprescindibles para una buena educación, y conocimientos", resume. Desde su base, "no se trata de ganar dinero, sino de que los niños crezcan como un árbol recto, preparados para la vida y como personas íntegras".

Así surgió el centro Kid"s Garden en Huesca en 2007, al que siguió una segunda sede dos años después. "Gracias a Dios que nos ha ayudado a hacer realidad este sueño, estoy muy satisfecha. Nos ha costado mucho trabajo, dinero y preocupaciones, pero es como cuando das a luz, pasas unos malos momentos aunque la satisfacción final hace que todo se olvide", ejemplifica.

Otorgando a esta etapa la vital importancia que tiene, en el centro "se da un proyecto educativo muy completo, les enseñamos castellano, francés e inglés, amueblamos la cabeza para las matemáticas -luego no se les hacen antipáticas-, hacemos mucho hincapié en la lectura...", y cuentan con clases extraescolares para que quienes han dejado ya el centro sigan aumentando sus conocimientos en bilingüe. Los exámenes externos a través del Trinity College avalan resultados impecables. Otro punto imprescindible es la educación en valores. Una rutina que la resume es que "cuando un niño se cae del triciclo van sus compañeros a levantarle y ayudarle; aprenden a pensar en el otro".

Esta labor ha dado a Lourdes "la mejor recompensa que podía tener: el cariño que me demuestran", además de que estar con los niños "te hace ser mejor persona; hay que dar ejemplo".

En el camino le acompaña la dirección y el personal -empezaron con siete trabajadoras y han llegado a ser 18-, en los que valora tremendamente su "entrega y responsabilidad".

El cambio de funcionaria a empresaria fue una transición suave para Lourdes, que agradece todo lo que ha absorbido de "unos dirigentes y empresas impresionantes" reunidas en el Foro Huesca Excelente, del que forma parte. "No era empresaria y aprovecho al máximo sus conocimientos, de todo he tomado nota". Y aporta su visión de que "lo fundamental en una empresa es la humanidad".

También le ayudó en esta nueva faceta su desempeño en Obras Públicas, donde conoció el cambio que supuso la llegada del sello de calidad. "Veía el trabajo de empresas muy buenas y todas tenían la ISO". Por eso, al año siguiente de abrir ya obtuvo la ISO 9001, y cuenta con la Responsabilidad Social de Aragón (RSA).

Una exigencia de calidad que por supuesto se mantiene con la pandemia, que ha obligado a reorganizarlo todo y a múltiples transformaciones y esfuerzos. El centro tuvo que cerrar en marzo y en julio recuperó la actividad con los protocolos avalados por la auditoría de una empresa especializada. Pero la crisis ha supuesto un gran cambio, la matriculación ha bajado un 50 %, no así el personal del centro. "Estamos haciendo todos virguerías, cosas impensables", por lo que pide que en este país haya "seriedad, mucho trabajo y cabeza para salir de esta". Lourdes lo tiene claro: "Continúo en la lucha, no me voy a dar por vencida".