Isabel Pardo: "A raíz de conocer un grupo de voluntariado local, te implicas más"

¿Qué te llevó a ser voluntaria?

-Tengo tiempo disponible y conozco a una de las personas que lleva el club. Al principio empecé a vender calendarios y este año, como estaba de ERTE, les iba ayudando a cosas como recoger almendras y poco a poco me he ido implicando en todo lo que he podido.

¿Por qué motivo escogiste este club?

-Mi marido comenzó a ir de andada con los Javieres y nuestra hija va a los Salesianos, así que fácilmente nos hemos metido. Conforme tengo tiempo y disposición, me gusta colaborar.

¿Cómo afecta la pandemia al voluntariado?

-Por ejemplo, yo me llevaba diez calendarios y los repartía en la clase de mi hija. Ahora no puedo. Hemos conseguido permisos, hemos empezado a vender a la salida del teatro, donde hay mampara. Tampoco puedo hacer corrillos grandes para vender... Hay que atar muchos cabos porque no puede pasar nada y hay que dar un ejemplo de que se hacen las cosas de manera correcta. Son pequeñeces, pero son pequeños detalles que hay que tener en cuenta.

¿Qué te reporta esta labor a ti personalmente?

-En el mundo ocurren muchas cosas en muchos sitios, y desgraciadamente no puedes ayudar a todos. Pero a raíz de conocer a un grupo de voluntariado local te implicas más. Si puedes darle de comer a un niño, ya es algo. Hay oenegés más grandes que quizás no sabes a la perfección qué es lo que hacen, pero estos grupos son más directos. Cuando conoces a alguien que está dentro, te da más confianza.

¿Por qué animarías a otras personas a hacerse voluntarias?

-Con un poco de disponibilidad y tiempo, ayudas a mucha gente. Y sin ningún ánimo de lucro. De momento que no trabajo puedo ayudar a los que recogen almendras. Con los calendarios igual: no me supone nada venderlos. No molesta ni supone mucho tiempo, al revés.