Casi 500 muertos y 4.000 parados más en Huesca tras un año de pandemia

Hace justamente un año, Salud Pública notificaba los dos primeros casos de covid en la provincia altoaragonesa. 365 días más tarde, 16.356 altoaragoneses se han infectado de esta enfermedad y 466 han fallecido, según los datos del Gobierno de Aragón. Si el 12 de marzo se reportaban los dos primeros contagios en la provincia, tres días más tarde, coincidiendo con la entrada en vigor del estado de alarma, se daba el primer ingreso hospitalario por coronavirus. Y siete días más tarde, el 22 de marzo, se reportaba el primer fallecimiento. Tras él vendría casi medio millar más de muertos.

Las residencias han sido los lugares donde más se ha ensañado el coronavirus y el virus entró en varias de ellas y causó decenas de muertes en apenas unas semanas. Los ejemplos más dramáticos fueron La Conchada en Biescas -pueblo que también sufrió un brote por un funeral al que fue gente de otras comunidades pocos días antes del estado de alarma-, la Alto Gállego de Sabiñánigo, la de Sariñena o la de Los Olivos en Huesca ciudad.

Eran las semanas en las que estábamos en casa y se aplaudía a los sanitarios a las 8 de la tarde, unos sanitarios a los que la DGA no dio material de protección suficiente y tenían que entrar en residencias o trabajar en la UCI prácticamente a pecho descubierto, valiéndose de epis hechos con bolsas de basura, un desabastecimiento total que los sanitarios llevaron a juicio en las tres provincias, ganando todos, y que causó la dimisión de la anterior consejera de Sanidad, Pilar Ventura.

La falta de medios de protección para los sanitarios dejó su golpe más cruel en los al menos dos profesionales que murieron por covid en Aragón en esas semanas.

Unas semanas en las que el desconocimiento sobre la enfermedad era casi total, lo que llevó a un miedo generalizado. Y es que entonces, cuando apenas se habían PCR por falta de material, se llegó a creer que la letalidad era del 30 %. Ahora, con pruebas a todos los casos sospechosos, la letalidad es de 3 fallecidos cada 100 contagiados.

La primera ola y las calles vacías pasaron y el país entró en la nueva normalidad el 21 de junio, pero la parte oriental de la provincia retrocedió a nivel 2 un día después por el brote iniciado entre temporeros, que causó la segunda ola, que no sufrió España.

Fue la tercera ola, la iniciada tras el Pilar, la más mortífera hasta ahora con alrededor de 200 en poco más de un mes de los 466 muertos de este año.

Pero la covid tuvo otras formas de golpear a la salud, ya fuera con la suspensión de todas las operaciones no vitales en la primera ola -para evitar el colapso total de los hospitales- o el cribado de cáncer de colon, por no hablar de la telemedicina y los problemas de los que se quejan muchos pacientes, especialmente para lograr ser atendidos, o de la pandemia de problemas de salud mental que se teme tras la covid.

Y de allí al plano económico. Un año de pandemia ha hecho que haya casi 4.000 parados más que el mes previo a la irrupción de la covid, un 45 % más. Además, otros 3.153 trabajadores altoaragoneses están en erte. Si sumamos a estos empleados en suspensión temporal de empleo, el número de altoaragoneses sin trabajar asciende a 15.665 personas. En febrero de 2020 eran 8.616.

Las cifras del paro evidencian los sectores más afectados por las restricciones para contener el virus. Así, el desempleo en servicios ha subido un 43 %, 2.532 parados más. La afiliación de todos los sectores en la provincia ha resistido mejor la embestida y “solo” ha bajado un 3 %.

Pero el golpe económico no solo se nota en el paro y las empresas que cierran, también lo hace, vía erte o bajada de sueldo, en el poder adquisitivo. Un estudio de Adecco cifra en el 4,1 % la bajada media de salario en Aragón.

El coronavirus ha causado 19.723 bajas laborales en Huesca, 7.543 por contagio y 12.180 por aislamientos.