Huesca

CORONAVIRUS

Pilar Guerrero y Joaquín Abiol, reconocidos con la Medalla al Mérito Civil

La directora de la Residencia Hogar Sariñena y el bombero del SPEIS han sido galardonados por la labor realizada durante la pandemia

Pilar Guerrero y Joaquín Abiol, junto a Pilar Alegría y Silvia Salazar
Pilar Guerrero y Joaquín Abiol, junto a Pilar Alegría y Silvia Salazar
Pablo Segura

“Se ha demostrado que unidos somos más fuertes”, con estas palabras ha despedido Pilar Guerrero, directora de la Residencia Hogar de Sariñena su intervención en el acto de entrega de Medallas al Mérito de la Protección Civil celebrado esta mañana en la Subdelegación del Gobierno en Huesca. El acto ha estado presidido por la delegada del Gobierno, Pilar Alegría, junto a la subdelegada del Gobierno en la provincia, Silvia Salazar.

Pilar Guerrero y Joaquín Abiol, bombero del SPEIS de la DPH, han sido los reconocidos en la edición de este año por su trabajo a lo largo de este año marcado por la covid-19. Como ha indicado Salazar, este reconocimiento es una forma de poner en valor “el trabajo que han realizado ambos colectivos con valentía y decisión en estos duros meses de pandemia”, y es que, la residencia que dirige Guerrero, es recordada por cómo las trabajadoras y trabajadores del centro se encerraron durante 60 días para proteger a todos sus residentes.

Así mismo, con las labores realizadas tanto desde la residencia como desde el servicio de intervención rápida de la Diputación Provincial de Huesca, “han desarrollado una impagable labor para las personas que habitan en el mundo rural”, ha señalado Salazar.

Pilar Alegría, por su parte, ha destacado “la vocación de servicio público” de los dos galardonados, ya que “la única finalidad de sus actos era salvar vidas”, por ello, los ha considerado como “la mejor cara de este año tan difícil que nunca olvidaremos”.

Así mismo, Alegría ha agradecido el papel de todos los trabajadores esenciales que han estado ayudando a toda la población desde el comienzo del Estado de Alarma, “como han sido las labores desempañadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las Fuerzas Armadas”. Alegría ha subrayado también el importante papel de los alcaldes y concejales en toda la provincia, “desde el pueblo más pequeño al más grande”, donde “siempre han estado al lado de todos los vecinos”, además, ha expresado su gratitud por “todos los héroes anónimos, como es el caso de Pilar y Joaquín”.

Por su parte, Guerrero ha confesado que este reconocimiento “es un orgullo para todas las personas que conforman la residencia, ya que es una forma de reconocer el trabajo que han realizado las personas que han llevado a cabo las tareas de cuidados”.

A pesar de definir la primera ola de la pandemia como “un horror”, Guerrero se muestra satisfecha porque ahora tanto residentes como trabajadores están vacunados, y “se está volviendo poco a poco a la normalidad”, aunque, destaca que son los propios residentes quienes no tienen mucho interés por salir a la calle, ya que “después de lo mal que lo han pasado, les está costando”.

Guerrero, emocionada, ha agradecido también todos los gestos de apoyo por parte de los vecinos del pueblo, “no sólo nos hacían llegar su cariño y apoyo en todo momento”, ha expresado, sino que también les dieron donaciones, productos de primera necesidad, y batas y mascarillas echas a mano, sin duda, “un goteo constate de gestos nobles y altruistas”.

Por todo ello, Guerrero ha asegurado que los vecinos han jugado un papel fundamental durante este año, y que gracias a ellos “juntos somos más fuertes”.

“Es un gran honor recibir este reconocimiento”, ha expresado Abiol, “pero como yo nunca he trabajado sólo y siempre he estado con compañeros, quiero compartir esta medalla con todas las personas que me han acompañado en todo momento”.

Abiol ha recordado las tareas que realizaron durante el confinamiento, como la desinfección de edificios públicos, guarderías o colegios. Además, desde el servicio de intervención rápida de la DPH también llevaban los deberes a algunos niños, o comida a personas mayores, además de ayudar, entre otras labores, a la propia residencia de Sariñena.