Huesca

SAN LORENZO

"Este reconocimiento es al legado de todos los anteriores"

María Jesús Sanvicente, de La Confianza, homenajea a su familia y antecesores al recoger la Parrilla en un acto que rindió tributo a los sanitarios

Sanitarios, a la izquierda, y la familia de La Confianza, tras recibir el homenaje de la ciudad de Huesca.
Sanitarios, a la izquierda, y la familia de La Confianza, tras recibir el homenaje de la ciudad de Huesca.
Rafael Gobantes

El Ultramarinos La Confianza y los distintos gremios sanitarios han recibido este viernes el reconocimiento y aplauso de toda la ciudad con la concesión de La Parrilla de Oro para los primeros y un especial homenaje para los segundos tras año y medio de pandemia. La gala de entrega se ha adecuado a la situación pandémica y, lejos de las multitudes de otros años, se ha celebrado en un Palacio de Congresos con entrada limitada.

La ropa blanca y verde de algunos asistentes, la música laurentina que ha interpretado el cuarteto Bolskan y el “¡Viva San Lorenzo!” con el que ha finalizado su discurso María Jesús Sanvicente, propietaria de La Confianza, han sido las mayores concesiones a un espíritu laurentino que, en otras ocasiones, hubiera imbuido plenamente el acto.

Sanvicente, acompañada en el escenario por su hijo Víctor Villacampa -también “tendero” de La Confianza-, ha admitido que el reconocimiento de la ciudad es, en realidad, un homenaje a todas las generaciones que han regentado este comercio desde su fundación, hace 150 años.

Especialmente sentidas han sido las palabras que ha dedicado a sus padres -“nuestros maestros en el comercio por su alegría, dedicación y vocación”- y al “amor de su vida”, Antonio Villacampa, “artífice de los desayunos laurentinos en La Confianza para todo el que entraba”.

Sanvicente ha hecho hincapié en el especial vínculo de este comercio, el más antiguo de España, y de su familia con las fiestas de San Lorenzo, rememorando cómo sus padres cuidaban con esmero los preparativos para las fiestas, especialmente para el día 11 y la fiesta del mercado y el homenaje a los hortelanos en la misma plaza que La Confianza. Su padre dejaba lista la bebida y comida con la que avituallarían a los danzantes tras su actuación. “Así aprendí a conocerlos y a venerarlos. Los llevamos dentro del corazón. Para nosotras, eran dioses”, ha recordado Sanvicente sobre la honda impronta que los danzantes han dejado en esta familia.

El sentimiento laurentino, aprendido desde niña en casa, es tal que María Jesús ha declarado con orgullo que en sus 75 años “nunca” ha faltado a unas fiestas, una semana que la familia vive “con gran intensidad”.

Tras dar gracias también a los clientes, comerciales, vecinos y al barrio -“sin ellos no sería posible” cumplir 150 años-, ha anunciado que La Parrilla de Oro se expondrá en una vitrina principal de La Confianza y que cualquier persona podrá verla.

“Nunca había vivido una situación así en 30 años”

La enfermera Myriam Cabellud, la responsable de limpieza Laura Calvo, el celador Fernando Martín, la médica internista Teresa Omiste y el gerente de los sectores sanitarios de Huesca y Barbastro, José Ignacio Castaño, han representado a todos los sanitarios en la recogida de la placa de homenaje. Una placa diseñada por Julio Luzán -el empresario que tanto material donó en la primera ola- y que recoge uno de los momentos más crueles de la pandemia: un médico enfundado en un epi completo dando la mano a un enfermo ingresado, ya que la familia no podía verlo.

Castaño ha relatado que este año y medio está siendo “complicadísimo” y que “nunca” había vivido una situación tan dura en sus más de 30 años como gestor de la sanidad pública. Ha rememorado los días más duros de la pandemia, cuando “pensaba que al día siguiente íbamos a colapsar”. Pero eso no llegó a ocurrir “por el extraordinario compromiso de los sanitarios con la sociedad, con sus pacientes”.

La adaptación contrarreloj que tuvieron que hacer los centros sanitarios y hospitales -ampliación de UCI, cambios de destino, reconversión de residencias...- coincidió además con los momentos en los que se carecía de “muchísimas cosas”, en alusión a epis y mascarillas.

Castaño ha tenido palabras de agradecimiento para muchos sanitarios por su incalculable valor durante esta crisis -residencias, en especial la primera con brote, la de Biescas; La Abubilla, el “comando itinerante” de Enfermería, Primaria...-, sin olvidarse de ciudadanos como Julio Luzán y otros muchos que, al igual que empresas, ayudaron con sus donaciones a los profesionales.

Minutos antes del acto, Teresa Omiste, internista del San Jorge, ha explicado que para ella el acto era “muy, muy emocionante” en un doble aspecto: como sanitaria y como “nieta, sobrina y prima de La Confianza”.

De sus familiares ha destacado el ejemplo que “siempre” han sido en servicio, trabajo, ingenio, saber reinventarse y también de familia, mientras que de sus compañeros de profesión ha resaltado su empeño y esfuerzo por curar a los enfermos pero también, dadas las circunstancias, de “aliviarlos y de transmitir todo ese cariño y emoción que nos transmitían las familias por el teléfono”.