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El alzhéimer en el medio rural

Alzhéimer Huesca ha reclamado el mismo trato para los enfermos tanto en ciudades grandes como en pueblos pequeños.
Alzhéimer Huesca ha reclamado el mismo trato para los enfermos tanto en ciudades grandes como en pueblos pequeños.
Pablo Segura

E L ALZHÉIMER, que algunos expertos han calificado como una epidemia, se “agrava” en el medio rural. No es cuestión de que los pueblos estén más envejecidos, sino de que la falta de asistencia especializada haga más difícil a las familias sobrellevar la situación. En esta realidad, que pasa desapercibida en muchas ocasiones, ha puesto este año el acento Alzhéimer Huesca con motivo de la celebración, ayer en la Plaza de Luis López Allué, del Día Mundial dedicado a esta enfermedad. La soledad en el medio rural también se siente así.

“Cero omisiones, cero alzhéimer”. Con este lema, el presidente de la entidad, Francisco Javier Lasierra, pidió que no se discriminara ni marginara a los enfermos y que, a través de las investigaciones, se llegue a curar la enfermedad. La realidad es que se estima que más de 5.000 altoaragoneses padecen esta enfermedad. En muchos casos, de puertas para adentro, las familias palían la situación, pero necesitan apoyo. En otros casos, en centros asistenciales.

La consejera de Ciudadanía y Servicios Sociales, María Victoria Broto, resaltó que es fundamental que los mayores pueden permanecer en sus propias casas pero, eso sí, atendidos. Y aquí está la diferencia. El medio rural, como puso ayer Alzhéimer Huesca sobre la mesa, debe disponer de recursos sociosanitarios suficientes para que no exista una discriminación por vivir fuera de las tres grandes capitales.

No solo una escuela abierta y la oferta de empleo asienta población en el medio rural, sino que la posibilidad de los enfermos y de sus familias, o simplemente los mayores, de continuar en los pueblos es otro de los pilares fundamentales. Por si no fuera lo suficientemente grave, no puede ser peor padecer alzhéimer en el medio rural, no.

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