Huesca

GUERRA EN UCRANIA

Más de 80 familias se ofrecen para acoger a los niños ucranianos

La Asociación Asistencia a la Infancia agradece el apoyo y la respuesta de los oscenses

El matrimonio oscense carga la furgoneta antes de partir de viaje a Varsovia.
El matrimonio oscense carga la furgoneta antes de partir de viaje a Varsovia.
Pablo Segura

El teléfono de la Asociación Asistencia a la Infancia no deja de sonar. Unas 40 familias de la provincia de Huesca y otras tantas de Zaragoza se han ofrecido para acoger a niños ucranianos desde que en la madrugada del jueves 24 de febrero las tropas del ejército ruso entraron sin previo aviso y por la fuerza en este país.

Agustín Abadía, presidente de Asistencia a la Infancia, confiesa estar algo “desbordado” y agradece el apoyo de estas más de 80 familias aragonesas. Adelanta que está previsto que a partir de este fin de semana comiencen a llegar los primeros niños refugiados procedentes de Ucrania, aunque las informaciones que va recibiendo son “poco precisas” debido al conflicto.

Pero tras nueve días de asedio en el país ucraniano y combates armados que se han cobrado la vida de más de 2.000 civiles, algunas de las familias de acogida de niños ucranianos del Alto Aragón no pueden más.

Rescatar a once personas

En apenas 24 horas, un matrimonio oscense tomó la decisión de recorrer los más de 5.000 kilómetros que separan Huesca y Varsovia para tratar de rescatar a once personas que huyen de la guerra entre Rusia y Ucrania. Viajan en estos momentos en una furgoneta prestada por el Seminario Conciliar Santa Cruz de Huesca, cargada hasta arriba de ropa, mantas y comida.

Tras ellos, una acompañante en las mismas condiciones, dispuestos a dejar todo el equipaje en la Iglesia Ucraniana Salvación de Dios en la capital polaca y traer de vuelta el próximo lunes a once ucranianos a Madrid.

“Ha sido la providencia”, señaló Sandra Totín, sanitaria oscense de 45 años, que se puso en contacto con la sede de esta iglesia en Madrid porque “tenían que hacer algo”, remarca. Ella y su marido, Fernando Mayo, dejaron a sus hijos ayer por la mañana con sus familiares y se pusieron en contacto con casi 20 familias oscenses que les prestaron dinero y enseres para hacérselos llegar a los refugiados de la guerra y afrontar el viaje. “Consideramos que todos son nuestros hermanos y tenemos que ayudarles”, indicó el ingeniero de sistemas de 48 años.

En torno a las 13:30 horas, una mujer, cuya hermana comparte clase con sus hijos, leyó los mensajes y no dudó en unirse. “Estoy temblando de los nervios, pero muy emocionada”, aseguraba instantes antes de partir. A las 18:00 comenzaron a cargar los coches y recibieron la bendición del padre Alegre antes de emprender el trayecto.

Viajarán a través de Francia, Alemania y Polonia. Harán turnos para dormir, comer y descansar al volante. Únicamente saben el punto de reunión, no saben a quien recogerán, ya que inicialmente iban a traer de vuelta a una familia con nueve hijos, “pero la guerra avanza tan rápido”, afirmó Fernando Mayo, “que ya han podido obtener asilo”.

“Sobre todo queremos traernos a las personas. No sabemos las necesidades que tienen, por ello llevamos todo tipo de material”, apuntó el ingeniero oscense. La congregación asiste a las personas que están huyendo de Ucrania a Varsovia. Elaboran listas para clasificar a qué países quieren ir los refugiados y coordinan su asilo. Aquí, en Madrid, cada familia ucraniana tiene su punto de acogida.

Escasez de conductores

Según les han transmitido, en estos momentos existe una gran escasez de conductores y vehículos en el país polaco para asistir a los miles de refugiados. La necesidad de transportistas para trasladar a las personas es acuciante y es donde ha querido poner énfasis este matrimonio.

“Esta situación nos ha pillado a todos de improviso, pero a las organizaciones les está costando mucho reaccionar. No es el momento de esperar, hay que arriegarse y actuar”, aseguraron estos oscenses.

Remarcan que las grandes empresas de transporte están teniendo la opción de sumarse a este tipo de iniciativas, al gozar de la posibilidad de transportar en un solo trayecto a alrededor de 50 o 60 personas.

Su regreso es todavía una incógnita. En total serán 96 horas al volante. Nunca han hecho un viaje de estas características y esperan estar de vuelta al inicio de semana. “Pararemos en un pueblo, buscaremos una iglesia y esperaremos que nos acojan”, afirmó Fernando Mayo.

Lo que tienen seguro es que “de vacío no se van a volver”. Comparten el dolor de la guerra que están viviendo los ciudadanos ucranianos. Tienen familia y han tenido que hacer también sacrificios, “pero es que en cualquier momento nos puede pasar también a nosotros. ¿A quien no le gustaría que le ayudasen en esta circunstancia?”, se preguntaba Sandra Totín.

“Yo pienso en la incertidumbre que tenemos ahora nosotros antes de salir, que vamos a viajar a un sitio desconocido, y se me viene a la cabeza lo que están pasando estas personas. Han tenido que dejar su casa de la noche a la mañana, traspasar una frontera y ahora, se encuentran perdidos. Este es nuestro primer paso, ayudarles y acogerles como hermanos”, señaló Fernando Mayo.

En su viaje tratarán de informarse acerca de la situación sobre cómo se encuentra los refugiados en Varsovia. Intentarán abrir nuevas vías y explorarán nuevas opciones para prestar ayuda.

“Es un cúmulo de emoción, ilusión y ganas. Confiamos mucho en poder ayudarles. Esta iniciativa está llevada a cabo por la gente que cree y este es el mandato que tenemos como seres humanos”, señalaron antes de partir.

Camas y hoteles para los refugiados

La Asociación de Hostelería de Huesca acude al llamamiento de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos-CEHAT que se prepara para recibir a refugiados ucranianos. Anabel Costas, empresaria hotelera del Pirineo y vicepresidenta del sector de Hospedaje de la Asociación Provincial de Hostelería y Turismo, explicaba ayer a este diario que es “mucho más fácil hacer frente a una acción de estas características si la iniciativa parte de la Confederación, y a ella hacemos llegar desde las asociaciones provinciales, la disponibilidad de los hoteles de nuestro territorio para con esta causa”. Desde la Confederación pidieron ponerse en contacto con los asociados para ofrecer habitaciones y camas que podamos, “y la respuesta está siendo muy buena también en la provincia”, valoró.