Huesca

ECOS/DE CERCA

José Luis Baringo: "El socarrón aragonés puede dar la vuelta al mundo"

El actor “aragonés de pura cepa” nació en 1949 “en el antiguo Hospital Provincial de Huesca y bautizado en la Iglesia de Santo Domingo”

José Luis Baringo.
José Luis Baringo.
S.E.

¿Cuál es el emoticono que define su personalidad?

—El pensador, pero no el de Rodin... (risas).

Genio y figura. ¿Se identifica?

—Hasta la sepultura; eso dicen…

¿No le parece imprescindible para cualquier actor que se precie?

—Para un actor lo importante es el talento, y como decía el gran Fernán Gómez: “saber esperar”.

¿El negocio es la negación del ocio o usted se divierte currando?

—El ocio, diversión u ocupación reposada es imprescindible para mí, como lo fue para los filósofos griegos. Los curas, con los que estudié, declaraban la guerra al ocio. No sé por qué.

No es fácil dedicarse en cuerpo y alma a lo que a uno le gusta ¿le ha sido muy difícil hacerse un huequito?

—Muy, muy difícil, y me sigue costando. En esto siempre se está empezando. A veces he tenido que dedicarme a otra cosa para poder llegar a fin de mes.

Ha logrado una carrera con importantes papeles en series y películas de éxito ¿ha tenido que hacer “sacrificios” para ello?

—No he hecho papeles muy importantes; colaboraciones puntuales, sí. Viviendo a salto de mata, en este “Viaje a ninguna parte”, he pasado hambre como cómico de la legua.

¿Por qué se decidió por el mundo de las artes escénicas y literarias?

—Normal. De niño, en el colegio y fuera de él, la única evasión que me quedaba era el cine, en blanco y negro al principio, y a todo color después. Yo quería entrar en ese mundillo. Lo de las artes escénicas vino luego en Barcelona.

¿Esto le obligó a irse fuera de Aragón?

—Es que en Aragón no había absolutamente nada. En casa llegaba algún periódico de Madrid y La Vanguardia de Barcelona. Fue en esta última donde leí un anuncio de una escuela para actores en la Ciudad Condal. Y ahí que me aventuré con apenas 15 años.

¿Sigue ligado a través de su participación en la Casa de Aragón en Madrid?

—La Casa de Aragón en Madrid tiene un grupo de jota muy bueno. Hacen tertulias y presentación de libros. Yo he participado en algún proyecto.

¿Cuál es la excitación que más le irrita?

—La de los y las fans de famosos, youtubers, influencers y demás.

La sonrisa es el lenguaje universal de las personas inteligentes. ¿Sonreímos poco?

—Christine Lagarde decía que había que sonreír. Ella siempre lo procura y no le ha ido mal.

Dice Howard Gardner que no hay buen profesional que sea mala persona. ¿No conoce a alguno para contradecirle?

—Los grandes profesionales, con los que he trabajado, eran muy exigentes; pero que fueran buenas o malas personas, no sabría decirte. Sí he conocido alguno que trató de humillarme, pero ese no era un buen profesional.

¿La hipocresía cotiza al alza o a la baja?

—Cada vez más al alza, por supuesto y por desgracia.

¿Por qué vestimos tan gris los hombres occidentales?

—Eso me pregunto yo. Pero en lo que a mi concierne y respecta, procuro comprar y llevar la ropa con colores.

¿También somos grises en la cultura?

—En España venimos de una dictadura muy larga, gris y pacata. Eso no se cambia de la noche a la mañana, aunque hemos avanzado. No creo que ahora seamos grises en la cultura.

¿La inmigración es una bendición o una necesidad?

—España necesita mano de obra cualificada y somos el país con los índices de natalidad más bajos del mundo. Las pensiones del futuro peligran. ¿Cómo arreglamos esa ecuación?

¿Poderoso caballero es don dinero?

—Eso ya lo denunciaba Quevedo en el siglo XVII y es de rabiosa actualidad en nuestros días.

¿Más aún si hablamos del sector de las artes?

—El dinero es importante, pero el talento, como ya dije antes, y sobretodo los contactos, lo son más.

¿Digital o analógico?

—Respeto lo digital y me reciclo constantemente, pero vengo del analógico y eso lastra.

¿A palabras necias, oídos sordos, la otra mejilla o mamporro –dialéctico-?

—Hay palabras que hieren, pero como decía Tierno Galván: “es menester...”. Y lo de poner la otra mejilla…, mira como le fue a Jesucristo.

¿Orgullo altoaragonés y/o cosmopolitismo planetario?

—Las dos cosas se pueden compatibilizar. El socarrón aragonés puede dar la vuelta al mundo.

¿En qué está usted centrado en la actualidad?

—En cuidarme, hacer deporte, comer poco y sano, viajar, leer, escribir, dibujar, vivir…

Ojo avizor. ¿Se precia de ver las intenciones a la distancia?

—Sigo siendo bastante ingenuo, por lo que me doy cuenta de algunas intenciones tarde.

¿Qué es lo que le gusta exprimir hasta la saciedad?

—El amor, el arte y la naturaleza.