Huesca

SANIDAD

La inserción laboral para personas con enfermedades mentales: una lucha constante en el mercado ordinario

Más de 220 personas reciben atención desde Arcadia en la provincia de Huesca, en busca de ser una parte activa de la sociedad

Los usuarios de Arcadia pueden buscar una vía de trabajo en el sector de la confección.
Los usuarios de Arcadia pueden buscar una vía de trabajo en el sector de la confección.
Rafael Gobantes

LA SALUD mental sigue siendo un tema tabú para gran parte de la sociedad. Sobre todo, en el caso de aquellas personas que sufren algún tipo de enfermedad mental grave que necesitan de recursos, apoyo y, por supuesto, un impulso y colaboración que les permita llevar una vida lo más similar posible a la de cualquier otra persona.

Arcadia no cesa sus esfuerzos en convertir todo ello en una realidad, lejos de la utopía que todavía sufren muchos de sus usuarios afectados. Concretamente, son más de 220 personas y 50 familias a las que brinda el máximo de recursos por toda la provincia de Huesca. Un esfuerzo altísimo que todavía no ha repercutido de la mejor forma posible, tal y como manifestaron durante el Día Mundial de la Salud Mental.

Quienes sufren un problema de salud mental también necesitan un techo, relaciones sociales y familiares estables y un trabajo para sentirse llenos. Sin embargo, se trata de un pilar fundamental que no siempre es posible para lograr canalizar todo el trabajo de rehabilitación llevado a cabo de forma habitual y progresiva.

Uno de los obstáculos más importantes es el del desarrollo laboral. Alberto Torres, gerente de Arcadia Huesca, incide en que “no solo es una cuestión de que sea bonito”, sino que consiste en algo “bueno por la satisfacción personal, llevar una vida lo más normalizada posible”. Por ello, desde sus diferentes puntos de atención ofrecen crecer en sectores como el de la jardinería, lavandería y confección entre otros, aunque el esfuerzo social siga siendo insuficiente para su aceptación plena.

Por desgracia, que dichas personas gocen de un puesto de trabajo en el mercado ordinario todavía “está más cerca de la utopía que de la realidad”. Torres afirma que el trabajo ha de ser en ambas direcciones, recíproco, pues todavía existe “falta de información”.

“Históricamente, hemos desplazado a un lado a estas personas para esconderlas y que no se vean mucho”, es una de las frases que más resuenan pues “todavía son pocas las personas que se han podido incorporar a empresas”. En ese sentido, confían en que los diferentes programas laborales y sociales puestos en marcha influyan en una evolución constante y decisiva para el devenir de una sociedad más inclusiva, con menos reparos y más capacidad de solidaridad.

Multitud de personas no llegan a ser atendidas

Una vez más, son muchas las reivindicaciones que siguen en pie con el paso de los años. Una de ellas es la falta de recursos, pues “somos parte del sistema de salud”, aseguran. Una de las razones que sostiene el centro asistencial es que la salud mental ha estado renegada, ocultada e incluso apoyada con menos recursos que cualquier otro ámbito del sistema sanitario, algo que “conlleva que sigamos estigmatizando a las personas”.

Al igual que el 7% de la población española se encuentran atendidas, también existe otro gran número de afectados que no reciben ayuda del sistema sanitario español. Un factor por el que más recursos para una mayor prevención resulta indispensable a todos los niveles. Por ejemplo, “desde la pandemia se ha duplicado el ingreso de jóvenes en el sistema de salud mental y 11 personas fallecen al día por suicidio”.

Por ello y más, es un hecho la importancia de “acercar los recursos a las personas”. No solo en edades tempranas, sino en edades y entornos más alejados como el del medio rural. “Se nos llena la boca al hablar del medio rural, cuando luego no llegan recursos” es otra de las frases que más queda grabada en la conciencia de organismos como Arcadia.

Así, consideran que “dando una mejor calidad de vida a las personas podemos reducir el impacto económico”, llegando de una manera mucho más efectiva a los territorios más extensos y despoblados de las comarcas altoaragonesas. Y es que “hay casos concretos de personas que tienen que irse de su casa a Huesca o a un centro tutelado para venir al programa laboral, sin poder trabajar con esa persona en su entorno, con su proyecto de vida y en su lugar de vida”.

Además “hay muchas personas que se quedan fuera del sistema” puesto que el sistema sanitario no tiene la solvencia social y económica suficiente para afrontar el apoyo necesario en toda la provincia de Huesca.

Otra de las reivindicaciones que llevan por bandera es el cariño del entorno hacia el afectado: “No es lo mismo ir al médico porque te has roto una rodilla a que tu entorno sepa que vas al médico porque tienes un trastorno bipolar. Dificulta bastante si no tienes a alguien que te comprenda”.

En definitiva, la evolución hacia un sociedad más comprensible es real desde hace 27 años con Arcadia, pero sigue grabada a fuego la sensación de que “nos gusta más hablar que hacer”.

El mundo actual vive un proceso de iniciación de lo que podría ser el verdadero impulso de las personas con enfermedades mentales.